•°•50•°• Desenfreno

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Se suelta de forma brusca de mi agarre y soy apuntado por los guardias que los custodian.

- Sabes las reglas Lobo - Sentencia Cuervo y se retira guiando a Mía posando su mano en la parte baja de su espalda.

Mis hermanos intentan ir tras de ellos.

- No, aún no - Los detengo.

- Pero es nuestra - Alex se jala el cabello.

- Eso está en duda, para ser heredera de Cuervo debió hacer algo muy malo - Murmuro con dolor.

- Nuestra hija - Aiden murmura.

- Vamos a buscar una solución - Nos retiramos del castillo para subir en las camionetas blindadas. Al estar alejados de la última ubicación una motocicleta se nos adelanta.

- Sigan la - Grita Alex

Nos fijamos con atención y es Mía que maniobra un par de veces sobre el motor se dos ruedas.

La caravana de caminonetas blindadas la siguen de cerca pero gracias al tráfico de la ciudad tiene una ventaja de un minuto.

Vemos cómo se detiene en un valet y entra a un edificio apresurada.
Se detiene el vehículo y bajamos a toda prisa del mismo.

Rodean el lugar nuestros hombres y entramos al lujoso edificio, que nada más y nada menos es un hotel cinco estrellas.

- Habitación 215 - Nos comunica la recepcionista con un tono coqueto.

Corremos al ascensor y marcamos el último piso, se nos hace eterna la llegada, pero cuando ya estamos en el lugar una de las tres puertas se encuentra abierta una clara provocación para acceder en ella.

Atravesamos la puerta y en medio de la habitación se encuentra Mía tomando un trago observando nos cautelosa.

- Dejen las armas en la mesa - Con su mentón señala la misma.

Mi furia aumente y me acerco peligrosamente a ella tomándola del cuello.

- No sé que maldito juego es este Mía Santaella - Murmuro en su rostro y aprieto el agarre.

Siento el cañón del arma en mi abdomen, mis hermanos rodean nuestra posición.

- Tengo una explicación - Logra hablar su rostro se torna rojo por la presión, con su mano libre me acaricia el pecho recorriendo los botones de mi camisa.

La siento de golpe en el sillón y la apunto también, ella arroja el arma al otro lado del sofá, y me lanza una mirada de fiera.

- ¿No me escucharán? - Murmura un poco ronca.

- ¿Nos dirás qué mierda es lo que sucede contigo? - Pregunta Aiden tomando posición a mi lado.

- Por el momentos no puedo, lo siento - Nos regala una sonrisa sádica, se levanta del sillón.

Veo como luce su cuerpo en una braga de jeans de pantalón y camisa manga larga, súper ajustada a su suerpo esbelto, el embarazo solo aportó más carne en los lugares correctos.

Tiene un cierre delantero que ahora noto que se ha bajado por el ajetreo anterior mostrando un poco de sus pechos redondos y pezones ya que no lleva sujetador.

- Nos dirás qué mierda esta pasando o no respondo - Alex la toma de la cintura y le sujeta un costado de su cuello para que levante la vista de su vaso de licor.

En el intento que tiene de empujarlo derrama el líquido ámbar sobre la camisa de Alex volviendo la transparente.

Y en sus ojos asoma el deseo, aunque ambos se retan Mía se arroja en sus brazos para besarlo con inquietud.

Bajo Sus Encantos ©️ [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora