CINCO

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CARLA P.O.V.

No estaba celosa de Samuel y esa tipa, no puede ser, creo que sigo muy confundida y confundo las cosas fácilmente.

- ¿En qué estás pensando? – decía Samuel al pasarme la botella del vino mientras estábamos sentados sobre el suelo en el salón

-Esa chica estudiaba con nosotros – dije

- ¿Ari?

Asentí con cabeza, no soportaba su carácter de chica lista cuando no lo era.

-Se hace la tonta y de un momento a otro coquetea contigo como si no supiera que estamos casados.

Él se ríe.

-Es un matrimonio falso.

- ¿Y eso que?

Él sonríe al fijar su mirada hacia mí.

-Tiene todo el derecho a coquetear conmigo, ¿no?

-Si quieres buscarte una mujer, entonces deberías elegir a otra persona, a una que sea digna de tu corazón.

No sé cómo habíamos iniciado esta conversación, es una locura.

¿Será que de verdad estaba celosa?

No, no puede ser.

Es que, a mí me gusta Christian, no puedo estar sintiendo cosas por Samuel.

-Bueno, dejemos de hablar sobre estas cosas que no tienen ni pies ni cabeza, ¿vale?

-Entiendo – decía como si hubiera leído lo que acaba de pasar por mi mente

- ¿Qué es lo que entiendes?

-Te da miedo decir lo que sientes, ser tú, ser sensible y enamorarte, ¿no?

-No – dije sonriéndome

Da un paso hacia mí, tomándome por la mano.

Me estaba sintiendo demasiado nerviosa, no podía pensar tranquilamente.

SAMUEL P.O.V.

Carla era una reina del hielo y sabía que tendría que pasar mucho tiempo antes de que decida dejar de ser tan fría por dentro. Antes de todo quería ser su amigo, pero no sabía cómo conseguirlo.

- ¿Te sorprende que sea tan fría?

Niegue con cabeza, no me sorprende nada.

-Me voy a dormir, que ha sido un error beber toda la noche.

Estaba a punto de levantarme del suelo, pero ella me agarra por el brazo.

-Todo vale – susurra

- ¿Qué?

-Todo lo que siempre querías hacer lo puedes, pero solamente por esta noche.

Me reí.

No éramos adolescentes, somos dos personas adultas.

-Todo lo que quiero hacer... - dije al acercarme a ella – ya lo puedo hacer, pero no se me apetece.

No era la respuesta que ella esperaba oír, lo sé.

-Tú te lo pierdes – decía un poco molesta

Ella se levanta caminando hacia cocina, camino siguiéndola y veo que está abriendo otra copa del vino.

- ¿Necesitas ayuda?

-Pensé que querías irte a dormir.

Sonreí al acercarme a ella, tomando la botella.

-Bésame – susurra en mi oído

- ¿Qué?

-Quiero que me beses.

-Pero...

-Es lo que querías hacer de todos modos y yo necesito hacer esto para que todas mis dudas desaparecen de una puta vez.

¿Dudas?

¿Acaso está confundida?

Wash over - CARMUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora