Wash over - CARMUEL

TREINTA

CARLA P.O.V

Samuel no se dejaba llevar, es como si su odio se hacía más y más grande, yo no quería ni seducirlo ni nada, pero solamente buscaba su perdón.

-Yo te amo, Samuel.

-Por favor...

- ¿Por qué no confías en mí?

- ¿De verdad me lo preguntas?

-Prefieres coquetear con Ari en vez de estar hablando conmigo.

Samuel se aleja de mi lado, desesperado.

-Estaba siendo amable.

-Ya, no me jodas...

Ya no sabía que hacer más para ganar su perdón, no confiaba en mí, me miraba como si fuera su enemiga.

-Fuiste tú quien empezó con todo esto, estabas hablando con el de nuevo.

- ¿Es todo lo que ves? ¿Lo único que ves es a Christian? ¿Sigues con esa obsesión de que yo quiero estar con él?

Me miraba fijamente en los ojos y no tenía nada que decir, era evidente que desconfiaba de mí.

-Lo único que quiero es paz y tú sigues con lo mismo cada día, sigues provocándome y tratando a seducirme.

-Increíble.

- ¿Qué? ¿No tengo razón?

-Te mueres por besarme, pero no sé hasta cuando vas a seguir con este comportamiento tuyo.

Volví acercarme a él, tomándole por camiseta, aferrándome a él.

-Bésame, Samuel – susurro en su oído

-Carla...

-Miente y di que no quieres besarme.

Samuel no para de mirar mis labios, estaba dolido y también seguía con muchas ganas de besarme, lo sabía.

SAMUEL P.O.V

No podía más, estaba tan cerca de mí y haciéndome sentir tremendas ganas de besarla.

- ¿Por qué tienes tanto miedo de besarme?

-Miedo no, pero sé que esto no va a cambiar nada.

Joder.

No podía estar tan cerca de ella y no hacer nada.

¿Es normal sentir todo lo que estaba sintiendo?

¿Cómo se puede amar de esa manera, amar tanto que duele?

Si la termino besando esto no va a tener un fin, voy a querer hacerle el amor y ahora.

-Samuel, no tienes ni idea lo que provocas en mí.

Ella rodea las manos sobre mi cuello, por un momento parecía muy sincera.

-Te amo – susurra en mi oído

-Es difícil confiar en ti, no después de todo lo que paso.

Ella toca mi labio con su dedo haciéndome sentir todo lo creía que ya no existía en mí.

-Yo sé que tú confías en mí, pero tienes miedo de sufrir.

Pongo la mano sobre su mejilla acariciándola.

-Y si te doy un beso vamos a estar en mismo lugar que antes, ¿no? ¿Vas a hacerme daño de nuevo y luego pedirme perdón?

-Sería incapaz de hacerte daño, yo solamente quiero estar contigo y asegurarme de que estás bien.

Joder.

No podía confiar en ella, joder.

-No, Carla...

Quitaba sus manos de mi cuello, negaba con cabeza, no podía hacer esto de nuevo.

Ya cometí este error la vez anterior y terminé con corazón roto.

-No puedo, espero que puedas entenderlo por qué.

Ella asintió con cabeza, pero no creo que estaba bien, yo tampoco lo estaba, pero a estas alturas solamente quería ser su amigo.