OCHO

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CARLA P.O.V

Un beso de Samuel fue el recordatorio que no quiero estar con él, estaba confundida y ya. Pero, sin duda, le dije a Lu sobre todo lo que paso.

- ¿Y?

- ¿Qué?

- ¿Qué paso después? – cuestiona entusiasmada

Para Lu esto fue como ver una telenovela, era divertido.

-Nada, es una tontería.

No quería hablar sobre Samuel, ese no me interesaba para nada.

-A mí no me parece como una tontería, me parece que te gusta Samuel y mucho.

Fijo mi mirada hacia Lu, haciéndole entender que no bromea con cosas como esas.

- ¿Te estás drogando o qué? ¿Ya te olvidaste que el que a mí me gusta es Christian?

Ella se ríe.

-Por favor, Carla... te conozco.

- ¿Y qué?

-Te gusta Samuel y por esa misma razón vas diciendo que no le soportas, que te parece aburrido o no sé qué... te encanta, pero no quieres confesarlo.

-Lo que tú digas...

No quería seguir discutiendo, no tenía razón.

- ¿Van juntos a la gala de beneficio de tu mamá?

Joder, ya se me olvidaba de ese evento.

-Voy con Samuel, pero Christian también va a estar allí.

-Ya sé lo que estás intentando, pero no tienes que hacerlo conmigo.

- ¿Qué estoy intentando según tú?

-Esconder lo que sientes, es primera vez que veo así y te juro que me gusta verte así. Me gusta que estés enamorada y...

- ¡No estoy enamorada!

Este grito se podía haber oído por todas las calles, pero no voy a seguir soportando esta estupidez.

-Vete, ¿sí?

-Estás enojada conmigo.

-Por favor, vete.

Lu se levanta de la cama tomando todas sus cosas.

-Ya te darás cuenta de que tengo razón, cari – decía

-Claro...

Cierre las puertas con un golpe, aunque es mi mejor amigo, no voy a poder soportar estar oyendo esas estupideces que está inventando.

Pase todo el día encerrada en mi habitación, escuchando la música alta y no me importaba el resto del mundo, al menos hasta que Samuel entra en mi habitación.

Yo estaba acostada en cama viéndole cruzar los brazos y fruncir el ceño, me gusta enojarlo.

- ¿Podrías apagar la música? – cuestiona

- ¿Por qué?

-Estoy trabajando.

Le hice el caso, pero no le dejaba ir tan fácil.

- ¿Contento?

-Eres imposible, de verdad.

Le sonreí a propósito.

- ¿Por qué? – finjo inocencia

-Lo haces a propósito.

-Ya, dejas de quejarte como si fueras un niño.

Samuel bufa frustrado.

Me encanta verlo así, tan molesto y desesperado.

Cuando se fue me sentí un poco mal, no debí haberle hecho eso, no quería molestarle con música alta, igual debería pedirle perdón.

SAMUEL P.O.V

Ya no la soporto, me está haciendo la vida aún más difícil porque no tengo otra opción que seguir viviendo con ella.

Pasé el resto del día durmiendo en el sofá, primero decidí preparar algo para comer.

Cuando desperté fue gracias al ruido que llegaba de la cocina.

Camino y entro allí viendo a Carla arreglando todo el caos.

- ¿Qué estás haciendo? – dije

-Arreglando el puto desastre que dejaste – responde molesta

Me acerque, tratando a ayudarle.

-No, déjalo.

-Quiero ayudarte.

-No me ayudes, que ya habías hecho suficiente.

No lo podía creer, de nuevo quería iniciar una pelea.

¿Cómo es posible?

-Tenía hambre, luego no me sentía bien, no había tomado medicamentos, así que tenía que descansar un poco.

-No soy tu sirvienta, Samuel.

Me parecía ridículo lo que acaba de decir, me reí sin querer.

-Pasaste todo el día encerrada en habitación como de protesto, ahora sales y lo único que haces es pelear.

-No me dejas otra opción, lo haces a propósito.

-Joder...

No podía seguir escuchándola, ni mucho menos pelear, camino hacia el salón, pero ella me detiene, tomándome por el brazo.

- ¿A dónde crees que vas?

-Lejos de ti, porque si sigues molesta sin ningún motivo no me dejaras otra opción que irme a un hotel.

-Vete.

- ¿De verdad?

-Lo único que hacemos es pelear, ¿no?

-Es por tu culpa, haces problema de algo que no tiene nada que ver.

Estaba muy cerca de ella, podría oír su corazón latir fuertemente.

-Es tu culpa... - decía al empujarla

-Carla, para con esto ya.

-Tu puta culpa – decía al volver empujarme, pero esta vez logro sostenerla por ambos brazos

Trataba entender por qué estaba tan enojada, no era la misma de antes, no era tan fría por dentro, creo que era más dolida y sensible.

-Suéltame!

-No voy a hacerlo hasta que me digas que te pasa.

Logra empujarme, pero estaba muy cerca de mí, aferrándose a mi camiseta.

-Tú me pasas, siempre quieres saber lo que me pasa, siempre quieres ser mi puto héroe – grita

-Quiero ayudarte.

-Y yo no quiero estar cerca de ti porque me quemo por dentro.

Fruncí el ceño, antes de poder preguntarle a qué se refiere y qué coño le pasa, sentí sus labios sobre los míos, besándome locamente mientras sus manos se encontraban metidas en mi pelo.

Wash over - CARMUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora