CATORCE

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CARLA P.O.V

En vez de besarme Samuel se aparta de mí sonriéndose, no sé qué le pasa, de pronto me sentí perdida y confundida.

-Eres un imbécil, Samuel – dije molesta

-Solamente quería hacerte entender que no puedes jugar conmigo, creo que te lo había dejado muy claro, ¿no?

-Yo quería cenar contigo, ser tu amiga incluso, pero tú siempre sigues dudando de mí.

Samuel me mira fijamente en los ojos, no sabía si estaba diciendo la verdad, estaba dudando de mí.

- ¿Ser mi amiga? – se ríe

¿Qué coño le pasa?

-Lo mejor que puedes hacer ahora es mantenerte alejada de mí.

De un día a otro ha cambiado tanto, no sé por qué.

-Te estoy invitando a cenar conmigo por las buenas, Samuel.

- ¿Y qué vamos a hacer durante esas dos horas de cena?

- ¿Hablar?

-Está bien, tú ganas.

Ya, es bipolar o le gusta enojarme.

Nos fuimos a mi restaurante favorito, mi intención era conocerle mejor y sacar esos pensamientos que tengo de él, necesito de una buena vez terminar con estas imaginaciones mías que tienen que ver con Samuel.

-Relájate – dije

-Estoy muy relajado, pero sigo pensando en trabajo.

- ¿Por qué Christian no está trabajando contigo?

-A él le gusta vivir libremente, irse de fiestas y esas cosas, a mí me toca ser el hijo responsable.

No me convence de nada, creo que él realmente quiere ser libre.

- ¿Y tú no quieres ser libre de hacer lo que quieres?

Samuel me mira muy pensativo, supongo que no tenía respuesta a esa pregunta, pero en el fondo quiere ser libre.

SAMUEL P.O.V

¿Ser libre?

Igual quería, pero no podía.

Me toca la lotería de ser el hermano responsable que tiene que encargarse de todo, joder.

A veces me molesta, creía que cuando me fui a Londres logré salvarme de mi familia, pero no.

-Da igual, no estamos aquí para hablar sobre libertad o no sé qué estupideces.

-Mientes, Samuel – susurra al acercarse más hacia mí

- ¿Por qué haces todo esto? ¿De repente te interesa lo que hago o dejo de hacer con mi vida?

Ella me ignora, sigue bebiendo su copa de vino.

Seguíamos en silencio, hasta que fije mi mirada hacia una mujer que reconocí, era una clienta con la que me había comunicado hace días, me alegre mucho al verla.

Sonreí y me levanté de mesa para saludarla.

-Ahora regreso.

Salude a Ana y estábamos hablando por un buen rato.

- ¿Viniste solo? – cuestiona

Antes de poder responder sentí la mano de Carla sobre mi brazo.

- ¿Nos vamos ya? – decía

- ¿Ahora?

-Si, en casa vamos a tener mejor diversión.

Ya sé lo que estaba haciendo, lo hacía a propósito, es ella quien dice que entre ella y yo no hay nada, pero ahora viene a hacer estos putos escándalos.

-Nos vemos mañana de todos modos, guapo – susurra Ana

Carla y yo nos fuimos a casa, durante camino a casa ella no decía ni una sola palabra.

¿Estaba enojada?

-Es una clienta – dije mientras estábamos entrando en casa

- ¿Te crees que me importa?

-No sé, dímelo tú...

- ¿Qué?

Me acerqué a ella y no pienso moverme hasta descubrir que mierda le paso.

-Lo que hiciste fue un ataque de celos de tu parte.

-Ya, estás muy equivocado – susurra sonriéndose

-No me convences de estar equivocado, para serte sincero.

-A mí me gusta otro.

Al oír eso pensé que debería dar vuelta y terminar con este puto trato, pero me di cuenta de que no estaba siendo sincera.

Puede ser que le gusta otra persona, pero lo que paso entre nosotros era real.

-Vete con él, entonces.

Ella sigue callada, no dice nada, solamente sigue con mirada fijada sobre mí.

- ¿Por qué no te vas con él? – cuestione al dar un paso más hacia ella

Ella pone las manos sobre mi pecho, deteniéndome.

-Responde mi pregunta, por favor – susurro

-No tiene sentido.

- ¿No quieres confesar que igual si quieres a otro, pero también estás sintiendo algo por mí? ¿Estarás sintiendo algo por mí que te hace sentir que todo encaja bien y que no quieres perderme?

Ella baja mirada, no podía ni mirarme en los ojos.

Wash over - CARMUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora