XX

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— ¿Yoongi, dónde vas?

— Tengo que ir a buscarlo — respondió sin dejar de caminar hacia el ascensor, pero una mano lo detuvo.

— Deberías calmarte, no estás pensando con claridad — Yoongi se soltó del agarre y lo enfrentó

— ¿De qué hablas? Ya me porté como un canalla con él, necesito disculparme 

— Pero estás alterado... eso no es bueno... ¿Leíste toda la carta? — preguntó sintiendo curiosidad. ¿Debería felicitarlo? Yoongi asintió y pasó una mano por su cara. No sabía qué hacer.

— Voy a ser papá... — susurró — realmente lo seré — Taehyung lo rodeó con sus brazos

— ¡Felicidades! Es una gran noticia, vas a tener un hijo con el hombre que amas — Sin poder evitarlo, Yoongi comenzó a llorar. Se sentía tan mal por cómo había tratado a Jimin. Quería verlo y disculparse con él.

— Gracias — se limpió las lágrimas — Tengo que ir por él

— Uhm, Yoongi...

— ¿Qué pasa ahora?

— Jimin dijo que iba a viajar... — la cara de Yoongi se fue descomponiendo más de lo que ya estaba — Y Jungkook me contó que... cambiaron al profesor de Yeji porque Jimin renunció

— ¿Qué?

...

A pesar de lo que le había dicho Taehyung, Yoongi tenía una pequeña esperanza de que no fuera así y que encontraría a Jimin. El primer lugar al que se dirigió fue el Jardín Infantil, donde la directora le confirmó lo dicho por su amigo, Jimin había renunciado al trabajo.

¡No podía ser verdad! ¿Cómo lo iba a encontrar? Tenía que hablar con él, verlo, saber que se encontraba bien.

Solo le quedaba comprobar que no estuviera en su casa. Quizás ya había regresado de su viaje.

Recordaba vagamente el camino, por lo que se tardó un poco más de lo esperado, pero dio con el lugar.

Tocó el timbre un par de veces, hasta que le abrieron la puerta.

— ¿Necesitas algo? — le daba igual sonar descortés, estaba sumamente ocupada y ni tiempo para descansar tenía.

— Oh... — se rascó la nuca como un gesto nervioso —Busco a Jimin — la rubia lo observó detenidamente, se le hacía conocido de algún lugar — Soy Yoongi —le estiró su mano para saludarla — Quisiera hablar con Jimin

— Él no se encuentra

— ¿Como a qué hora puedo encontrarlo? — preguntó tranquilamente

— Eso va a ser un poco difícil... Jimin se fue

— ¿Cómo que se fue?

— Se fue a casa de sus padres — ella se rascó la cabeza — ¿Quieres pasar? — le ofreció al ver lo mal que se veía Yoongi en su puerta, aunque eso hiciera que se tardara más tiempo.

Yoongi tomó asiento, pero ella siguió con lo que estaba. Buscando algunas cosas que necesitaba para su viaje, mientras le ofreció un vaso de agua.

— Creo que se fue por mi culpa — Yoongi comenzó a hablar, llamando la atención de la rubia — Lo traté muy mal...

— Él se fue porque necesitaba descansar

— Pero también para alejarse de mí... ¿Sabes que está...?

— Sí — lo interrumpió — Lo supe cuando llegó luego que lo corriste de tu casa.

— Fui un imbécil, no sé cómo no me di cuenta

— Eso no puedo negarlo y a pesar de todo, él te ama

— Lo sé, pero siento haber arruinado todo lo que teníamos — se llevó ambas manos a la cabeza — No creo que pueda perdonarme

— Entonces no lo conoces muy bien

— ¿Y tú sí? — la pregunta había sonado más dura de lo que esperaba

— Aunque no lo creas, así es. Con Jimin nos conocimos hace muchos años. Primero nos hicimos amigos y luego novios, ahora que lo pienso... — la rubia dejó lo que estaba haciendo y tomó asiento frente a Yoongi — Las señales estaban ahí, nuestro compromiso fue más porque su familia lo atosigaba con el tema, él nunca... — se sentía un poco incómoda hablando de ellos con un completo desconocido — me tocó indebidamente y cuando íbamos a dormir, eso era, solo dormir. Cada uno por su lado. Varias veces intenté que pasara algo, pero solo recibía su rechazo y eso me enojaba. Pensé que me podría estar engañando y le reclamaba. Últimamente teníamos muchos problemas, y luego apareciste tú.

Recuerdo la primera vez que nos vimos, estábamos teniendo una discusión frente tuyo y cuando él te presentó, tu nombre se me hacía conocido, pero no sabía de dónde. Hasta que luego lo recordé — Yoongi la miraba con una ceja alzada, esperando que continuara con la historia — Jimin te nombraba en sueños — a Yoongi inconscientemente se le comenzó a dibujar una sonrisa en los labios, su Jimin lo quería de antes de que comenzaran algo.

— Necesito encontrarlo

— Quisiera poder ayudarte, pero no conozco el lugar. Intentaré comunicarme con él, aunque no te aseguro nada. La señal es muy mala... — la rubia se levantó de su asiento al ver la hora en el reloj de pared. — No quisiera tener que correrte, pero tengo que seguir empacando, tengo un vuelo en un par de horas más

— Sí, disculpa — Yoongi se despidió de ella y salió de esa casa.

Una vez que subió a su auto, comenzó a manejar sin rumbo alguno. ¿Cómo podría encontrar a Jimin si la única persona que podría ayudarlo, no tenía idea dónde vivían sus padres?

Se detuvo y golpeó su cabeza contra el volante.

En esas dos semanas pasadas que no tuvo noticias de Jimin, no podía evitar pensar en el él. No entendía por qué si debía odiarlo, su corazón se empeñaba en recordarle los momentos felices que habían vivido juntos y sentía que seguía amándolo. Pero su razón fue más fuerte, y en esas 2 semanas, tomó algunas decisiones de las que ahora se encontraba arrepentido. Ni siquiera su mejor amigo lo sabía, no se atrevía a contarle lo que había hecho.

Buscó entre sus contactos el número de Jimin y luego del tercer intento que lo mandaba a buzón de voz, decidió dejarle un mensaje. Guardó su teléfono, esperando que cuando Jimin tuviera señal, le respondiera. No importaba la hora, solo quería escuchar su voz, incluso si era para regañarlo.

Yoongi se sentía derrotado, él esperaba llegar a la casa de Jimin y dar con él. Pedirle perdón, incluso de rodillas si fuera necesario, necesitaba verlo.

Abrió la puerta de su departamento y fue recibido por unos brazos que le rodearon el cuello y comenzaba a repartirle besos por toda la cara y cuello.

— Hmm... te extrañé — Yoongi quitó aquellos delgados brazos y se apartó.

— Jisoo... — la castaña lo besó, para impedir que siguiera hablando. Por su estado de ánimo, podía imaginar que lo que tuviera que decirle, no sería nada agradable.

— ¡Papá! — Beomgyu corrió hacia Yoongi cuando lo escuchó y se lanzó a sus brazos. Yoongi se apartó de Jisoo y feliz lo cargó.

— ¿Qué haces aún despierto? — le preguntó con una sonrisa en el rostro. Eran más de las 11 de la noche — deberías estar durmiendo

— Es verdad, Beom. — Jisoo lo tomó en brazos y comenzó a caminar hacia el cuarto del menor. — Papá y mamá tienen cosas de adultos que hacer — la castaña se volteó y le guiñó un ojo.

Yoongi solo agachó la cabeza ¿En qué se había metido?

Mi Final Feliz. YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora