Capitulo 26

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"Verdad"

Luke.

Sigue enojada conmigo, apenas y me ha dirigido la palabra en todo el día, incluso cuando me la cruce "accidentalmente" en los pasillos, me hablo con una frivolidad la cual me sorprendió, no he podido evitarlo y como de costumbre estuve revisando su rutina, entreno como siempre y luego se metió en las salas de computación que tenemos, estuvo todo el día organizando informes y arreglando distintas bases de datos.

Me preocupa no haberla visto, dirigirse a su habitación o al comedor a descansar un rato, muchas veces la he regañado por eso mismo, se la pasa trabajando y se olvida de ella misma.

La sigo desde las cámaras y veo como teclea con el ceño fruncido ante la computadora, hasta enojada se ve linda.

Me quedo mirándola hasta que veo como alguien más ingresa a la sala.

Peter.

Se acerca con una sonrisa y para mi malestar, ella le devuelve el gesto.

Se sienta en una de las sillas a su lado y le habla de no sé qué, no puedo escuchar lo que dicen, ya que estas cámaras no poseen audio.

Espero a que se marche, pero no lo hace, sigue ahí molestando y hablándole. La conversación parece interesante, ya que aunque no logre escuchar sé por el movimiento de la boca de Adira, que acaba de reírse.

Peter se levanta y va hacia otra zona de la sala, buscando no sé qué cosa.

Tomo mi móvil llamándola, y rueda los ojos antes de contestar.

- ¿Diga?

- ¿Disfrutando el descanso?- pregunto con ironía.

No dice nada por un instante, y la miro detenidamente.

- Bastante.- responde poniéndome de malas.

Entonces da media vuelta en su silla giratoria, quedando frente a una de las cámaras.

- Ven a mi oficina Adira.- demando.

- No estoy disponible ahora mismo.- sonríe maliciosamente ante la cámara antes de colgarme.

Se levanta de su puesto yendo hacia Peter, la cámara no me deja ver más, así que me fijo en las demás que hay en la sala.

Hasta que consigo la que los apunta directamente.

Peter está frente a una computadora tecleando y Adira se acerca a él apoyándose e inclinándose junto a él para colocar su mano sobre el teclado de la computadora.

Tiene su rostro y ojos puestos en la pantalla, pero no puedo decir lo mismo sobre Peter, ya que este no le quita los ojos de encima a Adira.

La sangre se me sube a la cabeza cuando veo como atina a mirarle los pechos, ya que Adira lleva puesta una remera la cual deja a la vista a lo que es mío.

Lo voy a matar.

Y a ella la voy a castigar.

Vuelvo a hacer sonar su teléfono como un desquiciado y al tercer pitido Adira regresa al escritorio en el que se encontraba, recogiendo su teléfono.

Más que un monstruo [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora