Capítulo 37

198 50 14
                                    

"Hermosa.
Hermoso"

Luke.

La veo dirigirse hasta el estacionamiento casi corriendo y con una sonrisa en el rostro, su sonrisa es tan contagiosa que el simple hecho de ver como sus ojos se achican y su boca se curva en una gran sonrisa, me provoca querer sonreír también. 

- Adiós Agente.- dice un soldado que acaba de montarse en su moto para marcharse.- Adiós Comandante.

Respondo su saludo con un asentamiento de cabeza y una pequeña sonrisa, mientras Adira mueve su mano despidiéndose.

Y tenerla frente a mí, aun con una sonrisa en su rostro, me provoca querer besarla apasionadamente. 

- No te puedes imaginar la cara que pusieron todos cuando les dije que luego de la fiesta, me había ido a casa de mi novio.- aún sigue sonriendo.

- ¿Qué?- la sonrisa no se me borra.- ¿Les confesaste que tienes novio?- ella asiente con la cabeza.

- Iba a decirles también que eras tú... pero creo que mereces ver sus reacciones cuando se lo diga.

- Mierda mujer, ahora mismo estoy deseando besarte.- digo cerca de su boca, inclinándome para estar a su altura.

- ¿Y qué estás esperando?- su voz sale suave y sus labios me piden a gritos que los bese.

Cuando le beso los labios, paso mi mano por su cintura, pegándola más a mí, mientras ella pone sus manos en mi pecho, nuestros latidos se sienten a través de la ropa. Y puedo sentir la sonrisa que se le escapa cuando me besa.

Se aleja juguetonamente de mí, y la veo con la intención de ir en su coche.

- ¿Qué haces?- la sujeto de la mano.- Ven en mi coche.- señalo el Lamborghini negro que se encuentra a unos pasos de mí.

- Iré en mi coche.- responde.- ¿Qué? ¡No lo mires así!- me golpea cuando veo con disgusto su coche. 

No es que su coche sea feo, es solo que no es el tipo de coche que usaría.

- Perdón si no tengo gusto tan... mejor no digo nada.- suspiro.

- Mi Range Rover es divina, tú no sabes nada. ¡Yo no ando en coches enanos!- me saca la lengua como una niña pequeña antes de montarse en su bendito coche.

Y así, sin más, con una sonrisa en el rostro, enciende su motor y acelera, obligándome a hacer lo mismo. 

¿Acaba de llamar enano a mi coche? Maldita. 

Me monto en mi coche y ambos nos dirigimos a mi casa, Adira me molesta varias veces cuando en la autopista conducimos a la par. 

Me hace caras, se me adelanta, o me deja pasar y luego me toca bocina, es como una niña a la que le gusta molestar. 

En los semáforos me detengo a mirarla varias veces, mientras escucha su música y la canta apasionadamente. 

No puedo evitar sonreír por la imagen que me está dando, se ve demasiado hermosa. 

Luego de unos minutos, llegamos a casa. Dejamos los coches y ambos descendemos de ellos mientras nos tomamos de las manos y caminamos hacia la entrada. 

- Tengo hambre ¿Y si cocinamos algo?- pregunta cuando estamos dentro.

- Ninguno sabe hacer ni siquiera un huevo frito.

- Ese es el chiste, cocinar sin saberlo.

- ¿Y en el chiste también viene incluida la probabilidad de quemar todo?

Más que un monstruo [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora