Septiembre 1997.
- Este me gusta.- dijo Ada, levantando un vestido negro con una sonrisa de emoción.- Con esos zapatos plateados que tienes, te verías increíble.
- Es... decente, supongo.- respondí, tomando el vestido con expresión indiferente.- Aunque, sinceramente, es lo más básico que he visto en toda mi vida.
Ada puso los ojos en blanco, suspirando con dramatismo mientras me arrebataba el vestido de las manos.
- ¡Por favor! Hemos recorrido cada tienda de la ciudad. ¿Cómo es posible que no te guste nada?
- No es mi culpa que esta ciudad tenga un gusto tan... mediocre.
- ¿Mediocre?- replicó Ada, mientras seguía buscando entre los percheros.- Has criticado cada prenda como si fueras una crítica de moda con veinte años de experiencia.
Sacó un vestido verde con un escote pronunciado en forma de V y lo sostuvo en el aire con entusiasmo.
- ¿Qué tal este? Sexy, ¿no crees? Jake se desmayaría al verte con él.
No pude evitar una sonrisa. Ada tenía un estilo peculiar, siempre optando por lo más atrevido.
- Con eso solo me faltaría una estrella en la cabeza y estaría lista para la cena de Navidad.- respondí, riendo.
Ada soltó una carcajada y colgó el vestido de vuelta en el perchero.
- Tienes razón, parecerías un árbol de Navidad. Pero, eso sí, ¡el árbol más atractivo de todos!
Seguimos buscando entre las perchas. Mi entusiasmo por encontrar algo se había desvanecido. Los vestidos eran demasiado aburridos o exageradamente extravagantes. Ningún punto medio.
- ¿Qué tal algo más claro?- sugirió Ada, levantando un vestido beige.- Este podría ser interesante.
La miré incrédula.
- ¿Beige? Soy tan pálida que parecería un fantasma. Nadie sabría dónde termina mi cara y empieza el vestido.
Ada me observó un segundo, con las manos en las caderas, fingiendo frustración.
- ¿Te he dicho lo mucho que detesto ir de compras contigo?
- Sí, lo dices todo el tiempo.- respondí mientras me dejaba caer en un puff cercano, agotada.
- ¡Y claramente no lo suficiente!- bromeó, soltando una risita divertida.
- A este paso, terminaré yendo a la cena con una bolsa de basura negra.
Ada se rio a carcajadas.
- Conociendo a Jake, podrías ir envuelta en papel aluminio y seguiría mirándote como si fueras lo más hermoso del mundo.
Sonreí, pero algo seguía incomodándome. Sabía que Ada tenía razón. Jake siempre me hacía sentir especial, incluso en mis peores días, pero encontrar un vestido que realmente me hiciera sentir bien parecía imposible.
Ada, notando mi expresión, me dio un leve empujón en el hombro.
- Tranquila, encontraremos algo. No podemos rendirnos ahora.
Suspiré, agradecida por su determinación, aunque todavía escéptica.
- Espero que tengas razón.
Recorrimos varias tiendas más hasta que encontré el vestido perfecto: color vino, ceñido en la cintura y el busto, cayendo suavemente por encima de las rodillas. Era sencillo, elegante, y me hizo sentir bien por primera vez en toda la tarde.
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Más que un monstruo [1]
ActionElla es la fusión de lo bueno y lo malo, un puente entre dos mundos opuestos. Por un lado, su madre fue una reconocida agente secreta estadounidense; por el otro, su padre, el mafioso más temido de Francia. Desde su nacimiento, fue rechazada por su...