Más que un monstruo [1]

Capítulo 54

"Protección y traición"

Narrador omnisciente.

Los días que siguieron habían sido una batalla interna para la agente. Las emociones se le acumulaban, las dudas la asaltaban constantemente, y la revelación de Jack la había desestabilizado más de lo que dejaba ver. Aunque intentaba lidiar con la confusión que le carcomía la mente, en ciertos momentos no podía evitar imaginar cómo sería realmente infiltrarse en aquella mafia.

El único respiro que encontraba era cuando el Comandante estaba a su lado. Con él, podía reír y olvidar, aunque fuera por un momento, el peso que llevaba. Sin embargo, incluso Luke había comenzado a notar su extraño comportamiento. La veía más distraída, perdida en sus pensamientos, como si su mente estuviera a kilómetros de distancia.

Cada vez que él le preguntaba, ella lo tranquilizaba asegurándole que estaba bien. Aunque en su interior, sabía que era una mentira.

Mientras tanto, en la Agencia, los murmullos y las miradas de recelo hacia Adira habían vuelto. El rumor de que había visitado la celda de Jonathan no tardó en propagarse, y parecía que todos tenían una opinión al respecto. "¿Por qué tanto escándalo?", pensaba ella. Jonathan era solo un prisionero, y ella una agente, ¿qué había de raro en que lo visitara? Pero, como siempre, si alguien más lo hacía, no pasaba nada; si era ella, parecía que se desataba la tercera guerra mundial.

A pesar de todo, Adira decidió ignorar las habladurías, aunque en el fondo le dolía. Era agotador darlo todo y seguir siendo vista como "la hija de tal", en lugar de por lo que realmente era.

Por otro lado, el rumor de su relación con Luke ya era de dominio público. La prensa los había visto juntos durante esa salida con sus amigos, capturando imágenes de ellos abrazados y besándose. Los titulares no tardaron en salir, y la noticia se confirmó cuando ninguno de los dos se molestó en desmentirla.

Dentro de la sede, ambos mantenían un trato profesional, aunque cada vez que se veían, compartían miradas cómplices. Y cuando estaban solos, la química entre ellos era innegable.

Luke también lidiaba con sus propias batallas. La reciente pérdida de su abuelo aún lo afectaba profundamente. Adira lo había encontrado despierto varias veces por la noche, incapaz de conciliar el sueño. En esas ocasiones, se quedaba a su lado, hablaban de cualquier cosa hasta que ambos caían dormidos, abrazados.

A pesar del dolor, Luke siempre encontraba la manera de hacer sonreír a los demás. Se refugiaba en el cariño de Adira, en las bromas de su mejor amigo, y en los momentos con su madre. Aunque extrañaba a su tío, mantenían contacto constante.

El juicio de Jonathan estaba a pocos días. Había contratado un abogado, pero todos sabían que la libertad no era una opción. Quizás pudiera reducir su condena, pero estaba claro que pasaría muchos años en prisión.

- ¿Qué haces? -preguntó Adira, apoyando su mentón en el hombro de Luke.

Él suspiró profundamente antes de responder y dejar el celular a un lado.

- Hablo con mi abuelo. Tal vez suene loco, pero... contarle sobre mi día me hace sentir que aún está conmigo.

- No suena loco.- respondió Adira con suavidad.- Si piensas eso, recuerda que yo, cuando veo mariposas, creo que es mi hermana quien está allí.

El comentario le sacó una pequeña sonrisa a Luke.

Adira lo besó en la mejilla, y Luke aprovechó el gesto para tomar su rostro entre sus manos y besarla en los labios, con una dulzura que parecía detener el tiempo. Con un movimiento suave, la acomodó sobre su regazo, admirándola en silencio. Con el paso del tiempo, había descubierto algo que lo fascinaba, le encantaban las pecas de Adira. Tanto así, que prestaba atención a cada pequeño cambio en su piel, notando incluso cuando una nueva marca aparecía en su rostro.