Capitulo 59

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"Despegar o morir"

Adira.

Nos movimos rápidamente hacia el vehículo. El oficial dirigió su mirada a Jonathan, quien estaba en el asiento trasero. Me tensé, esperando una señal de alerta, pero él simplemente asintió y nos dejó pasar.

En ese momento comprendí que Smith tenía más contactos de los que jamás imaginé. Podía comprar a cualquiera, y esa certeza me llenó de una mezcla amarga de enojo y alivio.

Sentí una punzada de culpa en el pecho. Sabía que si mis compañeros descubrían mi traición, las consecuencias serían devastadoras. Imaginé sus miradas de decepción y el peso de la culpa que me perseguiría, haciéndome sentir aún más atrapada.

El conductor pisó el acelerador, y en cuestión de minutos llegamos a la pista de despegue, donde un helicóptero nos aguardaba.

Los hombres de Smith se movieron rápidamente, cargando a Jonathan y asegurándolo con el cinturón de seguridad justo cuando comenzaba a despertar.

Mi estómago se revolvía. Estaba a punto de ayudar al hombre que todos nosotros habíamos arriesgado nuestras vidas por encerrar.

Dentro del helicóptero ya estaban Smith y Alex.

- ¡Idiota!- gruñó Smith, frustrado.- Tengo que venir a sacarte de la cárcel yo mismo.

- En realidad, fui yo quien lo hizo.- le corregí mientras subía a bordo del helicóptero, intentando ignorar su mirada acusadora.

Cuando Jonathan despertó por completo, me miró con furia. En un arranque de rabia, se lanzó hacia mí, pero Alex reaccionó rápido, sujetándolo con fuerza en su asiento.

- ¡Me dejaste inconsciente!- gritó Jonathan, con los ojos desorbitados por la rabia.

- Solo fue gas somnífero.- respondí, tratando de sonar indiferente.- Deja de quejarte, no fue para tanto.

Jonathan luchaba por soltarse de Alex, empujándolo violentamente.

- ¡Suéltame!- exigió, fulminando a Alex con la mirada.- ¿Qué demonios haces aquí, de todas formas?

El ambiente se volvió aún más tenso. Jonathan apretó los dientes, sus manos temblaban de furia, mientras Alex se cruzaba de brazos, su mirada fija en Jonathan con desdén. Cada entre ellos estaba cargada de odio puro, como si una chispa pudiera encender una pelea.

- ¿Cómo crees que supimos qué vehículo interceptar?- le espetó Alex, con el mismo desdén.- Pedazo de inútil. La próxima vez, quizá deberíamos dejarte encerrado para...

- ¡Basta!- Smith cortó la discusión con una sola palabra, su tono glacial. Alex y Jonathan se quedaron en silencio de inmediato

Había tantas cosas que me sorprendían. Lo primero era el miedo que todos sentían hacia Smith. No lograba entenderlo, porque a mí no me provocaba nada. Quizás se debía a la manera en que los había criado. Después de todo, los hijos siempre terminan respetando a sus padres, y Smith era eso para Alex, además de haber criado a Jonathan como uno más de su prole.

Pero una cosa estaba clara: Alex y Jonathan no se soportaban. La forma en que se hablaban no era la típica rivalidad entre hermanos; era un desprecio profundo, un resentimiento que solo podía haber crecido con los años.

A pesar de todo, yo no le bajaría la mirada a Smith. Nunca.

- ¿Todo listo para despegar?- preguntó el piloto.

Mientras nos preparábamos, un sonido rompió el aire. Disparos.

Nos agachamos instintivamente. Al mirar hacia fuera, vi una lluvia de balas cayendo sobre los hombres de Smith, disparadas por los soldados de ASPA.

Más que un monstruo [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora