"El legado de las sombras"
Adira.
Habían pasado tres días desde que Jonathan fue arrestado, pero las sesiones de interrogatorio habían sido inútiles. Se negaba a hablar, manteniendo un silencio impenetrable.
Mi padre y Alonso comenzaban a perder la paciencia, frustrados por no haber conseguido arrancarle ni una sola palabra. Incluso Luke, con su temperamento habitual, había intentado obtener respuestas, pero una vez más, Jonathan se había cerrado como una roca.
El día apenas comenzaba. Mientras me vestía, observé a Luke salir del cuarto de baño de su habitación. Como en los días anteriores, habíamos dormido en la sede, donde el aire estaba cargado de tensión.
Me puse la camiseta, el algodón rozando mi piel, y me acerqué a él, dejando un beso suave en sus labios. El Comandante reafirmó su agarre en mi cintura, profundizando el beso con un deseo que siempre lograba despertar mis sentidos.
Alargó el beso por unos instantes más hasta que, finalmente, nos separamos. Cada vez que sentía su calor, cada vez que sus labios se encontraban con los míos, un torbellino de emociones me envolvía. Amaba esa sensación, la forma en que me hacía sentir viva.
Miré sus ojos, cansados pero llenos de determinación. Acaricié su mejilla con ternura, sintiendo la leve aspereza de su barba incipiente. A pesar de su evidente agotamiento, él no dejaba de regalarme sonrisas.
- Volveré a intentarlo hoy.- dijo con firmeza, aunque en su voz había un tinte de incertidumbre.
- ¿Crees que lograrás sacarle algo?
- No lo sé, pero tengo que intentarlo de nuevo.
Sabía que se refería a Jonathan. Había intentado hablar con él en varias ocasiones, solo para enfrentarse a la misma muralla de silencio. Ninguna palabra, ningún gesto, solo esa mirada fría y calculadora que enervaba a todos.
Cada vez que Luke salía de la sala de interrogatorios, lo hacía con el rostro tenso, la frustración evidente en cada línea de su cuerpo. Maldecía por lo bajo, enfurecido por la actitud exasperante de Jonathan.
- Es como si disfrutara vernos desesperar por obtener una declaración.- suspiró, la frustración palpable en su voz.
- Smith lo crió.- dije mientras me giraba para recoger mis cosas.- Le encanta torturar a la gente.
Escuché a Luke moverse hacia la mesita de noche junto a la cama, revolviendo el cajón con rapidez, buscando algo.
- ¿Qué buscas?- pregunté mientras me ponía las botas de entrenamiento, ajustando los cordones con un tirón firme.
- Mi placa.- respondió, aún hurgando en el cajón.- La dejé en el cajón de...
Me até los cordones con cuidado, tomándome un momento antes de levantarme.
- ¿La encontraste, amor? -pregunté, pero Luke estaba de espaldas, concentrado en algo que tenía en las manos.
Estaba a punto de repetir la pregunta cuando él se giró lentamente, mostrando un trozo de papel que sostenía entre sus dedos.
- ¿Y esto? - preguntó, sus ojos centelleaban con una mezcla de sorpresa y algo más... tal vez ¿Alegría?
Mi corazón se detuvo por un segundo al reconocer lo que era. Había olvidado que lo dejé ahí.
- Oh, eso... - dije mientras me rascaba la nuca nerviosamente.- Es solo... una tontería.
Luke me miró, sus labios esbozando una sonrisa que era mitad burlona, mitad encantadora.
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Más que un monstruo [1]
ActionElla es la fusión de lo bueno y lo malo, un puente entre dos mundos opuestos. Por un lado, su madre fue una reconocida agente secreta estadounidense; por el otro, su padre, el mafioso más temido de Francia. Desde su nacimiento, fue rechazada por su...