Capítulo 54

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Ya siendo de noche. Cerramos el local y todos fueron a cambiarse para irnos.

Como siempre Scott espera por mi para dejarme en la residencia.

Cuando termino de cambiarme, me despido de mis compañeras de trabajo y salgo de la habitación.

Scott ya listo para irnos, justo la mujer de esta tarde me detiene.

—Hola.-Saluda con mucha confianza.-

—Hola.-Saludamos los dos al mismo tiempo.-

—Quisiera hablar contigo.-me señala y yo veo a Scott.-Él puede venir.-

—Claro.-Asentimos.-

La tienda lo cerramos complemente asegurado y la mujer nos guía al auto que está aparcado frente. Es un carro muy lujoso, así que nos montamos detrás y la mujer comienza a manejar.

Nos sentimos como niños secuestrados.

—¿Los dos comen mariscos?-Pregunta la mujer y Scott asiente.-

—Yo si. Pero Kate no come mariscos, ella es alérgica a los mariscos.-

—Oh...se que puedo ser alguien rara para ustedes pero...soy la jefa y la fundadora de La Villa Rosé.-

Scott y yo nos miramos sorprendidamente.

—Es un gusto conocerla.-dijimos al mismo tiempo.-

—También me da mucho gusto en conocerlos a ustedes dos.-

En diez minutos, llegamos a un restaurante algo lujoso. Lo cual Scott y yo nos quedamos algo incomodos por nuestra vestimenta.

Aún así, la mujer nos invita a entrar y era normal que las personas nos miraran por estar vestidos algo informal.

Nos guiaron a una mesa de cuatro y estaba el mismo hombre que me llamó a su oficina.

El hombre se sorprende al verme y a mi amigo Scott.

El mesero nos invita a sentar y eso hicimos. El hombre y la mujer comenzaron a discutir en voz baja pero después nos sonrieron.

—Un gusto en conocerlos.-

—También, es un gusto en conocerlo.-Habla Scott.-

—Entiendo que es algo sorprendente en haberlos invitado. Lo siento si es raro para ustedes y se sientan incómodos.-

—Bueno...-veo a Scott que está nervioso.-Muchas gracias por invitarnos. Ustedes que son nuestros jefes, es una gran sorpresa.-

—Pidan lo que quieran. Nosotros pagamos.-Dice Gisela.-

Scott y yo pedimos nuestra comida. No tardaron mucho, llegó aproximadamente unos veinte minutos la comida. Scott pidió una pasta, yo un pollo a la plancha, el señor Jerry y la señora Gisela un platillo de chuleta ahumada.

Al terminar de comer, trajeron la cuenta y no quiero imaginarme el millón que hay pagar por la comida.

El señor Jerry pago la comida y salimos del restaurante.

—Tenemos que irnos, el último bus se puede ir.-Me dice Scott y yo asiento.-

—Muchas gracias por invitarnos a cenar.-agradecemos a los señores y ellos nos sonríen.-

—Los llevaremos a sus casas.-

Miro a Scott y nosotros sonreímos.

—Gracias. Yo puedo irme solo, Kate es la única que vive en la residencia y tiene toque de queda.-

—Oh! Pues, Jerry puede llevar a Scott y yo a Kate. Es rápido, trajimos los dos autos.-

—Preferiblemente puedo llamar a nuestro chofer.-dice Jerry abrazando a su mujer pero está se separa.-

Una Vida, Dos caminos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora