Narra Itzi
Después de ver a aquel chico marcharse, me fui, me fui a casa de mi querida tía Monique, en Italia.
Entré por aquellas puertas del cuarto de mi tía y la miré con una sonrisa en la cara.
- Ha terminado, todo ha terminado. La guerra ha acabado, Voldemort ha desaparecido, para siempre.
- Es genial, pero, ¿y el chico?
- Harry está perfectamente -dije sin entender nada
- ¿Y el chico, tú chico Malfoy?
- Ya no es nada mío, en realidad, creo que nunca lo fue.
- ¿Qué os ha pasado?
- Cuando salimos de aquí, nos fuimos al bosque de Londres al que tú, yo, Theo y mamá siempre íbamos. Al cabo de un tiempo, se presentaron allí mortífagos, nos atraparon, nos llevaron a la mansión de los Malfoy y como a las dos semanas, me dejó.
- Pero, ¿no has hablado con él sobre eso?
- No tengo por qué, a él le ha parecido bien hacerlo así, pues yo no estoy de acuerdo, pero no voy a estar rogándole a una persona que no quiere estar ni cerca de mi
- ¿Vas a hacer algo, verdad?
- Voy a escribirle una última carta, diciéndole todo lo que sea necesario, y al final, le diré que necesito que no me responda ni me escriba, ya que necesito no saber nada de él. También le escribiré una carta a Theo diciéndole donde estoy, donde estaré y que ya nos comunicaremos.
- Me parece una decisión muy sensata, no la fastidies y sal a la calle a que te de el aire, vete con tu amigo Paolo, despéjate.
Después de esa conversación, subí a mi habitación y me cambié de ropa. Escogí un vestido verde con pequeñas margaritas y salí hacia la casa de Paolo.
Al llegar, me lo encontré en la puerta y lo saludé.
- ¡Paolo!
- ¡Marlena!
- Voy a estar por aquí un tiempo, así que espero que vayamos un día de fiesta
- Iremos todos los que quieras -contestó en inglés, ya que yo no estaba hablando en italiano
- ¿Y el rubio guapo?
- Ya no hay más rubio guapo, me ha dejado sin motivo
- Che bastardo, lo ucciderò (qué cabrón, lo voy a matar)
- No, no atentes contra él.
- Espero que estés bien
- No me voy a arrastrar por nadie
- Perfecto, ponte un vestido más de fiesta, que conozco un sitio buenísimo y que siempre está lleno de gente.
Paolo, Paolo era un chico bastante alto, más o menos de metro ochenta y cinco, delgaducho pero definido, tenía el pelo de un color castaño claro y siempre revuelto. Tenía la nariz recta y algunas pecas, los ojos de un color miel y los labios finos. Se notaba a leguas que era Italiano. Era muy divertido y siempre te trataba de levantar el ánimo, siempre estaba ahí para tí si tú siempre estabas ahí para él y era bastante listo, pero no solía demostrarlo.
Fuimos a casa de mi tía y me cambié, me puse un vestido negro de fiesta y cuando lo cogí, recordé que Malfoy una vez me dijo que debía de ponerme ese vestido, que esa igual de precioso que yo y que me iba a quedar perfecto. Y era verdad, me quedaba perfecto, pero no porque él me lo hubiera dicho, era porque volvía a tener algo de confianza en mí misma.
Salí al salón con el vestido, unas medias de rejilla, una coleta y unos tacones bajos que le robé a mi tía.
- Estás guapísima, hoy vas a conquistar el corazón de todos los que estén allí
- Muchas gracias, Paolito
- De nada, Marlenita.
Narra Draco
Llegué a mi casa y lo primero que hice fue ducharme, una vez que ya estaba limpio, bajé a la cocina y me comí un pastelito relleno de chocolate, esos que le gustan tanto a la chica Nott. Me dolía, me dolía pensar en ella, en qué estaría haciendo, con quién estaría, pero ese ya se suponía que no era mi problema. En el fondo sabía que ella siempre sería mi problema, pero sabía que también iba a ser siempre mi solución.
Subí a mi cuarto con un pastelito en cada mano y empecé a llorar como un tonto que estaba loco, loco por ella.
Había roto su corazón, pero en el proceso, había dejado al mío casi peor. Sentía que me faltaba algo, no algo, si no alguien, me faltaba ella. Yo mismo la había apartado, y yo mismo la quería de vuelta. Se que ella nunca volverá a por mí y se que yo no soy lo suficientemente valiente como para pedirle que vuelva o que simplemente no se enamore de alguien más.
Mi madre entró en mi cuarto y me abrazó. No me importaba que mi madre me viera llorar, era mi madre, y sabía lo mal que lo estaba pasando.
- Hijo, tienes que dejarla ir, ella va a formar su vida
- Pero yo quiero formar parte de su vida -dije llorando como un niño pequeño al que sus padres no le le compraban el nuevo juguete que quería
- Sal al jardín, date un baño en el lago de aquí cerca y despéjate. Hazlo por mí, por favor, Draco.
- Vaaale. -dije mientras salía de la habitación y me dirigía fuera de casa.
Llegué al lago y me quité la camiseta, quedándome con los pantalones cortos que traía puestos. Me tiré al agua y me di cuenta de que estaba congeladísima para ser ya casi verano. Nadé un rato y lloré de vez en cuando.
Había pasado casi toda la tarde nadando hasta que me harté. Salí del agua y me cubrí con una toalla que mi madre me trajo hace un rato. Me puse a pensar, otra vez, y esta vez llegué a la conclusión de que estaba siendo muy egoísta. La quería y la había dejado yo. Mi razonamiento no tenía sentido. Yo la había dejado ir, y yo la quería otra vez de vuelta. Yo era el que la había fastidiado, ahora tenía que ser yo el que luchara por ella, no ella por mí.
Entré en mi casa y me duché de nuevo. Bajé al comedor y cené otro pastelito relleno, esta vez estaba relleno de mermelada de fresa, su favorita.
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Eoooo, eo, eooooo
Volvimooooos
Y con esto damos por concluido el primer capítulooooo
Espero que os guste Stay
Muchos besos en la frente <3
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𝐒𝐓𝐀𝐘; Draco Malfoy
Fanfiction2ª parte de Together [Draco Malfoy] La guerra ha acabado, pero los problemas no. Las cosas siguen torcidas y hace falta que todo se aclare. Itziar Sayre, de antes Nott, tomó una decisión, y seguirá con ella. Draco Malfoy, al que le hicieron tomar d...