Capítulo 19: Despertar

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Narra Itzi

Desperté en una cama que no era mía y con un dolor de cabeza horrible. Todo me daba vueltas. 

Miré a mi lado y allí lo vi a él, como le dije anoche, el rubio de mis pesadillas. Me  levanté de la cama y busqué mi ropa. Anoche había sido una noche demasiado extraña y un tanto alocada.

Acabé encontrando toda mi ropa y me la puse. Entré en el cuarto de baño y me lavé la cara. Me miré en el espejo  y en mi cuello vi pequeñas zonas un poco moradas. Al principio me asusté, pero luego conseguí recordar por qué esas marcas estaban ahí. 

- ¿Ya te has vestido? -preguntó él mirándome desde la puerta

- Estamos en Diciembre, si quieres que coja una pulmonía me lo dices. -dije eso y después él se empezó a reír. 

- Puedes ducharte si quieres, te dejaré ropa.

- Vale, gracias.

Me trajo ropa y yo me duché. Salí de nuevo a la habitación y allí me encontré con todas mis cosas ya lavadas y la cama hecha. 

Bajé las escaleras de la casa con mis cosas en la mano  dispuesta a irme hasta que lo escuché.

- ¿No te quieres quedar a desayunar?

- Si me lo dices así.

Me senté y él puso un plato de tortitas en el centro de la mesa. También trajo dos vasos de chocolate caliente. Empezamos a comer y él preguntó algo que no alcancé a escuchar bien. 

- ¿Has dicho algo, Draco?

- No, no, tranquila -dijo restándole importancia

- ¿Qué has dicho, Draco? -pregunté de nuevo. -Dímelo, no te preocupes

- ¿Qué si te arrepientes de lo de ayer?

- Si lo hice fue por algo. No me arrepiento. ¿Por qué, tú te arrepientes?

- No, para nada.

Terminamos de desayunar y un rato después volví a mi casa. Entré y en mi sofá encontré a Alex acostado con mi perrito Kurt encima chupándole la cara. 

Me acerqué a ellos y desperté a Alex. Lo mandé a ducharse en el baño de abajo. Le di ropa suya de la que le robé cuando vivía con él y fui hacia arriba con Kurt siguiéndome. 

Entré en la habitación donde solía escribir y estudiar. Miré bien la habitación hasta que encontré algo muy extraño. Me acerqué más y vi que era una estantería, una maldita estantería preciosa llena de libros. Del tirador de la puerta había colgado un papelito. Tiré de él y comencé a leerlo.

Hola amiguísima, soy tu querido cuñado, mejor amigo y Blaise favorito. Este es el regalo de cumpleaños que te he dicho que te iba a encantar muchísimo. Espero que te encante tanto como a mí me ha encantado regalártelo. Si te has fijado, dentro tiene un montón de libros, incluidos los que tu has escrito (cortesía del rubio). Hay tres baldas vacías, para que tú las llenes de historias, tanto escritas por ti como escritas por otros. Te quiereeeeeeee, el mejor del mundo.

Terminé de leerlo y lo puse encima de la mesa. Abrí la estantería y allí me encontré con demasiados libros. El la primera balda estaban los libros que yo había escrito y en el resto de las baldas, menos en las tres de abajo, había un montón de libros. 

Anduve un poco más por la habitación y en una esquina me encontré con una guitarra eléctrica preciosa, era blanca y azul metalizado. Justo al lado había un amplificador enorme. Me acerqué a ella y vi que encima del amplificador había una notita. Abrí la notita y comencé a leerla.

Hola :), soy yo Draco. Te regalo esto porque lo único que quiero es que cumplas tu sueño. Espero que te guste y que cuando aprendas a tocar algo me lo enseñes. Bueno, no creo tener nada más que decir. Hasta otro día. 

Él me tenía confundida, me dejó y ahora volvía hacia mí. No tenía nada de sentido, y lo peor era que muy en el fondo no me importaba que no tuviera sentido. Tampoco quería admitirlo, pero si pasaba un poco más de tiempo a su lado me acabaría enamorando de él otra vez. Y odiaba eso, también odiaba la sensación de que no debería hacerlo de nuevo, ya que en cualquier momento podría hacer lo que hizo de nuevo.

Salí de esa habitación y decidí que lo mejor sería sacar a Kurt a dar un paseo. Cogí la correa y se la puse. Abrí la puerta y salimos de la casa, dejando a Alex dentro. Andamos una distancia relativamente corta hasta que pasamos por delante de la casa de Draco y me asomé a la casa de  Theo y Blaise y me paré como una tonta al ver eso.

 Por la ventana se podía ver a mi hermano, escaso de ropa, y a mi querido cuñado, también muy falto de ropa, besándose de una manera en la que iban a acabar sin boca. Me asomé un poco más, gran error, ya que de repente sentí unas manos en los hombros.

- ¡JODER! -grité asustada mientras me separaba y Kurt ladró

Entonces Draco se empezó a reír.

- ¡NO TIENE GRACIA, MALFOY! 

- Shhh, no grites, podrías interrumpirlos -dijo tapándome la boca con la mano

Le quité la mano de mi cara y él me miró sonriendo

- ¿Por qué tan colorada, Sayre?

Se acercó a mí e inesperadamente me acorraló contra la pared poniendo sus brazos uno a cada lado de mi cara.

- ¿Acaso te pongo nerviosa?

- No sabes cuanto -respondí sin miedo

Al escuchar eso se separó de mí y se puso rojo como un tomate.

- ¿Ahora quién es el que está nervioso, Malfoy? -me burlé

- Ya veremos quien ríe el último.

Draco me acompañó a pasear a Kurt y cuando el perrito se cansó volvimos a su casa.

Entré a su casa y miré a la ventana de mi hermano, ahora se le veía sobre la cama, pero en el cristal de la ventana se podían ver claramente marcadas las palmas de unas manos. Solté a Kurt en la casa y él subió a la planta de arriba.

En realidad, la casa de Draco era enorme, mucho más grande que la mía. Tenía dos plantas, un sótano y un maldito desván precioso. En la primera planta estaba la cocina, el comedor, un salón gigante un cuarto de baño y tres habitaciones. En la segunda planta había ocho habitaciones normalitas, un cuarto de baño (en siete de las anteriores), un cuarto de baño a parte y un gran pasillo. En el desván había una cama enorme, un montón de estanterías llenas de libros y un cuarto de baño enorme. Y en el sótano había muchas más estanterías con pociones y libros, tres escritorios, un cuarto de baño y un montón de cojines y mantas.

Volví a la primera planta y allí me encontré con él.

- Se te ha olvidado esto hoy -dijo dándome el bolso que llevé ayer

Al recogerlo de su mano, nuestras manos se rozaron y sentí el impulso de besarlo. Nos acercamos rápidamente, tiré el bolso al suelo y nos besamos.

𝐒𝐓𝐀𝐘; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora