Capítulo 5: Comencemos bien

98 4 4
                                    

Narra Draco

Estaba fatal, completamente destrozado. Sus palabras acababan de destrozar lo que quedaba medianamente bien de mi corazón. Estaba llorando a mares con la maldita carta en la mano. 

Y si, que me hubiera deseado lo mejor me había dolido más que todo lo que alguna vez me había dolido.

Pero no, no estaba enfadado con ella, estaba enfadado con mi padre por volverme a destrozar la vida y conmigo por haberle hecho caso.

Me metí en la cama y me tapé hasta la cara con la colcha. Ella me había confirmado que estaba en Italia, pero ¿para qué me servía? si me había dejado bien claro que no quería saber nada de mí. Salí de la cama y cogí el sobre, le di la vuelta y de él cayeron dos papelitos. Me agaché y los recogí del suelo. 

El primero que vi era una notita.

Te quise y aunque no quiera creerlo, siempre te querré. Gracias por todo, Malfoy ♡ Posdata: Felicidades adelantada.

El segundo estaba del revés, le di la vuelta y entonces lloré aún más que antes. 

Era una foto. 

Una foto nuestra.

En Grecia.

Sonriendo.

Abrazados.

Yo dándole un beso en la cabeza.

Con gafas de sol.

Siendo felices.

Estando bien.

Sin preocupaciones.

Con todo un amor, ahora acabado, por delante.

Miré un poco más abajo y leí una frase:

La verità è che non so cosa farei senza di te, penso che mi perderei in mezzo a tanta gente. Ti amo per e per sempre. ♡

Corrí rápidamente a la biblioteca a por un diccionario de italiano-inglés. Lo encontré en una estantería al lado de un libro que a ella le fascinaba. Traduje palabra por palabra y luego les di un contexto. Después de eso volví a llorar, muchísimo más que antes. La frasecita decía:

La verdad, es que no se que haría sin tí, creo que me perdería entre tantas personas. Te amo por y para siempre. 

Perdería la cabeza por esa chica, pero no me quedaba otra, la amaba más que a mí mismo y ella ya me había dicho que no quería saber nada de mí.

Volví a mi habitación y me volví a meter en la cama, esta vez con la foto en la mano y llorando aún más que antes.

Narra Itzi

Había pasado un mes y medio desde que envié la carta, el cumpleaños de Malfoy ya había pasado y yo me encontraba mucho mejor. Estaba comprando pan, de nuevo. Esta vez, me quedaría hasta que su turno acabase. Hace poco me di cuenta de que no me gustaba, solo la quería como se quieren dos amigas. Las cosas ya no eran raras.

Hoy iría a comer con sus amigos, con Paolo y con la pelinegra peligrosa.

Amelie terminó su turno y salió, nos dirigimos a un restaurante cercano de un lago y nos sentamos en una mesa que teníamos reservada.

Al poco tiempo llegó Paolo junto a su querida pelinegra.

- Hola chicas, esta es Madeline, mi, mi ...

- Su novia, soy su novia. Encantada de conoceros. ¿Cómo os llamáis?

- Yo soy Amelie

- Y yo soy Marlena

- ¿Tú eres la tal Marle?

- Si, soy yo

- Gracias por ayudar a este tarado a declararse, si no hubieras intervenido nos hubiéramos llevado sin decir nada otros ocho millones de años -dijo sinceramente Madeline sonriendo.

Se sentaron y esperamos a que llegaran los demás. Al cabo de diez minutos llegaron todos.

- Yo soy Missy -dijo una rubita con los ojos negros enérgicamente

- Yo soy Liza -dijo una pelirroja con los ojos verdes

- Y yo soy Alexandre, pero podéis decirme Alex -dijo un chico alto con el pelo negro y los ojos de un azul muy clarito.

- Deja ya de ser así de coglione 

- No me llames capullo, hermanita. Se que estás celosa de mi nuevo pelo. Porque tú sigues siendo una zanahoria y yo ahora soy aún más guapo

- No estoy ni estaré celosa de ti. Y no, nunca has sido guapo. Y además las zanahoria están buenas. ¿A qué si?

- Muy- contesté inconscientemente

- ¿Y tú quién eres?

- Soy Marlena, amiga de Amelie.

- "Amiga", de segurooo -dijo haciendo comillas con los dedos

- Pues sí, somos amigas  y además, no debería de importarte nada sobre mí, ya que me acabas de conocer.

- Pues ahora has hecho que quiera saber más de ti. -me contestó el chico del pelo teñido con una sonrisa en la cara. 

Seis meses, habían pasado seis meses desde que conocí a Alex y ahora nos llevábamos muy bien. Resultó ser que ellos dos también habían ido a escuelas de magia, solo que ellos habían ido a otra más cercana a Italia. Estábamos dando una vuelta por las calles más escondidas  hasta que me paró.

- ¿Qué te parece si en este momento visitamos a tu hermano?

- No se, ni siquiera se si está en casa

- Da igual, lo que salga salió. ¿Qué te parece?

- Me has convencido, vamos.

Corrimos hasta la casa de mi tía y por la chimenea fuimos a mi casa. Nada más llegar a mi casa, lo primero que vi fue a mi madre sentada en un sofá. Ella se giró y al verme corrió hacia mí y me abrazó.

- Cariño, llevo sin verte un año, te he echado mucho de menos.

- Yo también te he echado de menos

Mi madre levantó la cabeza y vio a Alex aún parado en la chimenea.

- ¿Y tú quién eres? -preguntó mi madre muy seriamente

- So... Soy A.. Alex, u... un ami... amigo de.. de Ma...Marlena -contestó aquel chico que nunca tenía miedo de nada tartamudeando.

- Ahm, me gusta tu chaqueta -dijo mi madre.



𝐒𝐓𝐀𝐘; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora