Capítulo 24: Viejos conocidos

70 4 2
                                    

Narra Itzi

Me levanté de la cama y me mareé demasiado. Me volví a sentar en la cama y rápidamente fui al cuarto de baño a vomitar. Enseguida estaba él allí, sujetándome el pelo.

- Joder, odio estar así

- ¿Así cómo? -preguntó atontado

- Así sintiéndome mareada y horrible

- ¿Horrible? -preguntó mirándome mientras me ayudaba a levantarme

- Sí, me veo horrible y además he puesto aún más peso

- ¿Y por eso te ves horrible?

- No me digas que tú no me ves horrible -hablé incrédula

- No, para mí te ves adorablemente preciosa. Con tu pijama enorme, tus pelos despeinados y tu barriga de cuatro meses. -habló sincero

Me terminé de lavar los dientes y le di un beso.

Hoy tendría que ir a una entrevista de trabajo al ministerio y él no podría acompañarme, ya que tenía que arreglar un asunto con su padre.

Aún no habíamos dicho nada de lo del bebé, pero no tardarían en darse cuenta. Aunque creo que Theo y Blaise tienen sus sospechas.

Me arreglé lentamente y unas dos horas después salí de casa. La única manera de llegar a Londres sin hacerle daño ni al bebé ni a mí era o en Thestral o con los polvos Flu. El problema de los polvos Flu era que la chimenea más cercana en la que no fuera mal recibida estaba o en la mansión Nott o en casa de Theo. Ya que Lucius me odiaba un poquito mucho desde el incidente de la no boda.

Así que fui a la pradera más cercana dando un paseo y entre los árboles vi a un precioso Thestral y sí, puedo ver a los Thestral desde la batalla de Hogwarts, él se acercó a mí y lo acaricié.

Un ratito después estaba sobrevolando en cielo de Londres con cuidado de no ser vista.

Llegué al ministerio y el Thestral se quedó en un bosque cercano. Entré por la puerta principal y comencé a ver a gente con la que había estudiado en Hogwarts.

Me dirigí a la recepción y allí me mandaron al despacho de un auror. Como no había leído muchos periódicos no sabía quienes eran ni el ministro ni ninguno de los aurores, así que fue una sorpresa encontrarme con un cartel en la puerta del despacho en el que ponía Harry Potter.

Llamé dos veces a la puerta y cuando me lo indicaron pasé. Entonces vi a Harry, aún con esas gafas que tanto lo caracterizaban, y él me miró. Luego de ver que era yo se levantó de su asiento un poco sorprendido.

- ¿Itz Nott, eres tú realmente? -preguntó aún sorprendido

- La misma, aunque te agradecería que me dijeras Itziar Sayre, ya que el otro apellido me trae malos recuerdos

- ¿Puedo abrazarte? -preguntó feliz después de ver a alguien con quien estudió

El abrazo fue corto, pero significó mucho, ya que eso suponía que habíamos dejado nuestras diferencias a un lado y que ya no nos clasificábamos en Gryffinfor y Slytherin, sino en personas que al fin y al cabo habían luchado para salvarse.

- Pensé que habías muerto -dijo Harry mientras se volvía a sentar

- ¿Por? -pregunté confusa imitando su gesto

- Porque no te vi después de la guerra y Neville me dijo que te había perdido de vista.

La entrevista fue bien y dijo que lo más seguro era que entrara en el puesto.

Después de eso estuvimos charlando un poco más, hasta que me miró extrañado.

- Perdona que te lo pregunte, pero es que te he visto un brillo especial en los ojos, ¿estás embarazada? -dijo cuidadosamente

- De cuarto meses

- Wow -dijo sorprendido

- Y, ¿quién es el padre?

- ¿No lo sabes? -respondí

- ¿Por qué debería?

- Pensé que lo sabías, ya que salimos en El Profeta hace un tiempo

- No leo el profeta, solo dicen mentiras y tonterías. Pero, ¿quién es?

Me quedé callada un momento, ya que no sabía si decirle que el padre era su enemigo de la infancia. Pero bueno, él es el que ha preguntado.

- Malfoy

Entonces sus ojos se abrieron y su mandíbula casi que cayó al suelo.

- ¿Malfoy es en serio el padre?

- Sí, lo es

- Wow, eso no me lo esperaba. Pero bueno, para gustos las personas.

Un poco después alguien llamó a la puerta y tuve que salir del despacho.

Volví a mi casa después de haberme tomado un té verde y una palmerita de chocolate.

𝐒𝐓𝐀𝐘; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora