ʟᴏʟɪᴛᴀ ¡! ᴋɪʜᴏ ғʀᴏᴍ ᴍᴏɴsᴛᴀ x

O26; ɴᴇᴡ ᴘᴇʀsᴏɴ, sᴀᴍᴇ ᴏʟᴅ ᴍɪsᴛᴀᴋᴇs

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El amor puede matarte, puedes matar por amor y perderte de por sí. Palpar cada sentir de agonía y retorcerte por cada sentimiento inexpresable que te aprieta el corazón al no saber canalizarlo con propiedad.

A veces el amor puede ser violento.

Me pregunto... si alguien llega a leer estos diarios; ¿alguna vez sintió tanto amor a alguien que su única manera de expresarlo era haciéndole daño?

Sin llevarlo a un extremo, con sólo un abrazo en el cual tu mente se enciende, llevando un destello de impulso por aplastar a esa persona entre tus brazos hasta dejarla sin aliento, malamente, podría ser un ejemplo amigable.

El impulso de morder, apretar y pellizcar; llevado a un extremo en el que, con concavidad, le quitas todo brillo a...

—No es un placer verte.

—Hijo...

—He vuelto con aquella mujer, esa psiquiatra que me habían asigando hace más de una década.

—HoSeok.

—¿Qué tienes para decirme? Después de tanto tiempo, tampoco vengo a darte un perdón que claramente no mereces.

—Creciste tanto, parece que eres un gran hombre.

—Quiero saber qué sentiste, cómo te habías sentido después y cómo te sientes ahora.

—HoSeok, hay cosas que tenemos en común. Algo en tu mirada está intentando intimidarme pero a la vez buscando clemencia, ¿qué hiciste?

—No busco clemencia, ni siquiera un ápice de lástima o preocupación. Sólo necesito respuestas.

—¿Por qué después de tantos años la compadencia te dejó venir a verme?

—¿Todavía crees merecer ese jodido privilegio? ¿Tener la satisfacción de ver al hijo que no dañaste crecer? ¿Alguna vez por las noches te has quedado anonadado imaginando qué sería de ella? Porque yo sí.

—¿Quieres escuchar lo que es obvio por moralidad?

—¿A qué nivel estás arrepentido? Me quitaste lo que yo más amaba y estás tan contento sin sufrir nada más aquí adentro, mientras yo cargo con la penitencia de todos los traumas y el coraje de haberte visto hacerle eso a mi hermana.

—Lloré, lloro y lloraré cada noche por lo único que he anhelado a partir de eso, HoSeok. No quiero perdón de nadie, estoy consciente de lo que hice pero tampoco voy a sentir arrepentimiento de todo lo que probablemente hiciste ya. Tu rostro de niño asustado... Dime, ¿viniste a ver en mí lo que podrías ser tú?

Huh...

—¿Crees que soy la misma escoria que tú, Lee YoHyeon? ¿En tu mente crees que soy capaz de abusar de mi propia hija y asesinarla con mi propia piel?

El sudor frío comenzó a aterrarme a penas me di cuenta de lo que acababa de decir. Inconscientemente... tal vez...

—Así como yo, HoSeok. Vas a anhelar la libertad, no el perdón, ni en tu mente te arrepentirás, hijo mío. Lloro por mi libertad, ¿es tan aberrante no llorar por haber asesinado a mi hija? Un sentimiento tan egoísta, tal vez cobarde, el odio del cielo respira en nuestra nuca.