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Oh, al medio día de un sábado. ¿Cuánto tiempo había pasado ya? ¿Un mes? ¿Casi dos? No lo recordaba pues el tiempo había estado volando. SeulGi y yo habíamos comenzado formalmente a salir por fin, lo que era un enorme avance y un gran paso para lo que deseaba en realidad.
¿Cómo iba mi relación con YeoJoo? A ella le comenzaba a agradar que saliera con su madre porque podía estar más tiempo con ella, sólo que hacía sus berrinches después al estar solos por haber besado y tocado a su madre mejor que a ella, lo que era adorable viniendo de sus bellos labios de polen.
¿Mi relación con Dior? Igual que siempre, encuentros en el aula que no pasaban de besos, tampoco quería más.
¿Mi plan? Páginas más adelante lo comprenderán.
SeulGi me había invitado a un picnic al parque, con YeoJoo incluida y yo no iba a negarme. Verla con ropa veraniega era una de las tantas fantasías que pasaban por mi mente a la media noche donde mis sentidos se aturden por un bochorno que no voy a explicar.
El parque era bastante común, no tenía algo memorable más que ser un sitio perfecto para cualquier tipo de cita en donde lo primordial era besarse bajo un árbol frondoso.
No me había preocupado por mi apariencia como lo habría hecho otras veces, unos pantalones beige, una camisa sin mangas de un blanco radiante, mocasines cafés de un tono algo claro, yendo al marrón, un reloj en mi muñeca derecha y mis lentes dorados tan irrelevantes de repente pero primordiales para ver cada peca en las mejillas de aquella muchachita tan feroz.
Llegando al sitio, tuve que caminar un poco para poder localizarlas. YeoJoo estaba ojeando una revista con su pecho recargado en la sábana debajo de ella. Tan encantadora con ese vestido color durazno con un moño blanco, con tirantes no tan gruesos, un escote tan inútil en un cuadrado; a penas llegaba tres dedos sobre la rodilla.
Sonreí con obviedad, perdida en esa revista con sus cabellos alborotados cubriendo parte de su pequeñísimo rostro.
Una lástima que la vista fue interrumpida por un canvas menos agraciado que no dudó en sonreírme como si su felicidad fuera contagiosa.
Nada más que tedioso, SeulGi es una mujer estandarizada y varios me halagarían por tenerla conmigo si tan sólo los prejucios no fueran tan devastadores para una mujer con mil manos postradas en su piel que parecía tan inocente.
Tomados de la mano, me llevó a aquella escena estrictamente planificada donde halagar la estética fue olvidado a penas YeoJoo me saludó con sus pequeños ojos cerrándose en una sonrisa cálida.
—Debes venir sediento.
Más palabras elegantes muy lejos de su normalidad.
—No en realidad.
Si hubiera tenido otra alternativa, definitivamente no estaría sentado ahí comiendo peculiares panes con mermelada, escuchando chistes pésimos con risas escandalosas llenas de aburrimiento.
La odiaba.
Tan común, tan... sin chiste ni motivo alguno por el cual siquiera pudiera justificar lo banal de su existencia.
¿Por qué?
Sólo esa pregunta.
¿Por qué?
Diario pasa por mi mente la idea de si YeoJoo existiera sin ser producto de algo tan insignificante como SeulGi; sería sencillo tomarla de la mano y cubrirla de la molesta luz del sol, si tan sólo fuera en otra realidad... Aunque fantasear de esa manera es una pérdida de tiempo, ridículo.
La comparación de ambas manos en las mías... la sensación era distinta, mataría por mantener una.
Con motivos cuestionables, aún así no es algo diferente a lo que mucha gente haría con tal de robar el aliento de la persona que realmente quieren, sólo que yo sería crucificado sólo por tener anhelos hacia la persona equivocada.
Parezco no ser capaz de hacerlo, de realmente conocer y saber todo lo que estoy haciendo mal pero lo que realmente ocurre es lo insignificantes que son las consecuencias para mí.
Una mente maestra detrás de la obsesión hacia una niña, seduciendo a su madre para estar cerca suyo.
Si los castigos para una persona cuyo único pecado fue haber preferido comer su pan antes de dárselo a un indigente eran de lo peor en un panorama bíblico, no imaginaba el sufrimiento eterno que viviría entre el rojo vivo del subsuelo y el que vería en mi piel a cada latigazo de odio que recibiría.
Y aún así, estaba tan dispuesto a todo por YeoJoo.
Así como hubiera estado dispuesto a todo por DaHye.
En el atardecer mientras miraba al cielo con mayor interés que en todo lo que SeulGi balbuceaba, bebí de mi copa con champán en silencio pero YeoJoo no podía estar en paz sin tener un poco de atención mía, se la daría sin dudar pero el cansancio de algo tan monótono como todo lo que su madre podía ofrecerme, hacía que sólo quisera perderme por un rato.
—Entonces esa señora pensó que iba a irme sin pagar y comenzó a ponerse bastante a la defensiva. O sea, comprendo que no me veo como la persona más pudiente del mundo pero realmente eso qué tiene que ver con la moral y valores de alguien.
—Tal vez sólo fue algo que ya había ocurrido y prefirió ser precavida, no justifico que haya sido grosera pero cómo sea, mejor no vuelvas a ese salón.
—Aunque me gustó cómo quedaron las uñas, me dolerá no volver porque tampoco fue tan costoso.
Si realmente supiera lo irrelevante que estaba siendo todo para mí. Era una mujer hermosa pero con una actitud molesta en ocasiones, realmente llegaba a esforzarse tanto para hablar de cierta manera y fingir que podía estar a un nivel que no.
Pero a la vez, no iba a negar que la lástima hacia ella, la compasión que llegaba cada que cuestionaba mis verdaderos sentimientos, me hacían cuestionarme el por qué era tan cruel con una mujer inocente.
No era muy diferente a YeoJoo, realmente no lo era para nada pero era estorbosa.
YeoJoo jugaba con mi mano y la miré sólo de reojo antes de que mi mano temblara y terminara por derramar algo de líquido sobre su muslo izquierdo.
Tantas cosas nublando el vacío de mi mente provocaron el extraño temblor como un reflejo de frustraciones. ¿Por qué sólo ahora estaba sobre pensando todo lo que había estado haciendo?
Y por qué aún así, después de aceptar todo lo que estoy haciendo como pecado, ¿aproveché la situación para tocar la fina y suave piel de ese trozo de porcelana?
Incluso abusando de la confianza, tomando el champán de su piel con mi pulgar para llevarlo a mi boca mientras SeulGi buscaba una servilleta para secar a su pobre niña.
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ʟᴏʟɪᴛᴀ ¡! ᴋɪʜᴏ ғʀᴏᴍ ᴍᴏɴsᴛᴀ x
Fanfiction~ Nombre que rima en cada sílaba, locura mía, pecado mío.