Capítulo 42

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Capítulo 42

Las sombras

I

Dentro de los confines de Reich der Finsternis, la cruel muerte iba en constante búsqueda de sus desafortunadas víctimas, no obstante, dentro de su guarida el escapar de ella había resultado ser un desafío. Todo lo ocurrido rebasaba los bordes de lo racional; la figura de un Günther agonizando de rodillas sobre el pavimento era la prueba de ello.

Aunque Liz ya no confiaba en lo que sus cinco sentidos percibían, su sexto sentido desarrollado por la maldición de la sangre le indicaba que frente a ella se encontraba en efecto una figura del jefe del campo de concentración en carne y hueso. En la medida que Günther sentía el calor de su muerte, tosía con sangre y sus bigotes quedaban manchados de rojo; Liz se le acerco agarrando su arma con firmeza; Nick y Jake no lo perdieron de vista.

—Bien— Liz murmuró ante la mirada del hombre agonizando— ha sido una interesante corrida, pero por lo visto las cosas entre usted y yo terminan aquí...— hizo una pausa casi rozándole su ametralladora en la cara— señor Günther.

—Herr Dr. Günther— bramó con un poco de aliento tratando de ponerse de pie. Jake recargó su escopeta y apuntó a la cabeza de Günther.

—Sabe, doc—dijo Jake— enserio me gustaría concederle unas palabras antes de volarle la cabeza como a un perro, pero enserio, que el aburrimiento me gana— Nick blanqueó los ojos, y contestó recargando su rifle.

—¿Qué te parece si mejor nos dejamos los discursos y acabamos con estos de una vez?

Con solo escuchar la voz apesadumbrada de Nick, el doctor Günther soltó una débil risa de demencia, su rostro adquiría una palidez casi espectral, a pesar de que todavía padecía los síntomas de su brutal herida, logró expresar sus ideas con mayor claridad.

—¿De verdad creen que con eso conseguirán librarse de mi?— comentó Günther— ya han sido testigos de la unión, he entregado parte de mi humanidad para la causa del señor Holzmann, mi poder está a merced de todos ellos, no tienen escapatoria—tosió sangre un par de veces más y continuó. Comenzaba a sudar aun ante la baja sensación térmica— somos el alfa y omega de este nuevo mundo, pueden hacer lo que quieran con mi cuerpo terrenal, pero ya lo han visto. Mi memoria perdurará y con ella el don de la sangre. Tengan presente, que hasta el final de los tiempos estaré con usted...— levantó la voz mirando hacia Liz e introduciendo su mano en su saco ahora manchado de sangre— señorita Sharrow.

—No lo creo— musitó Liz entre dientes— ya no tienes poder sobre mi mente, muchos menos sobre mi humanidad. Y no te molestes, que tendrás mucho tiempo para preparar tus ridículos discursos en el maldito infierno.

Günther lanzó una bofetada contra el aire que terminó generando una cortina de humo entre él y los agentes. Nick no dudó en abrir fuego contra él, sin embargo, tras la desaparición de la nube el hombre ya no estaba ahí; había sido otra de sus demostraciones de poder.

—El cambio está por venir— nuevamente la voz de Günther, esta vez se pronunciaba desde las orillas de los abismos infernales. Con una mano cargaba su pistola Luger con la que apuntaba a los agentes, mientras que con la otra sostenía sus profundas heridas—mi cuerpo desaparecerá, mis memorias perdurarán, pero si tengo que irme esta noche, USTEDES VENDRÁN CONMIGO— no lograba apuntar con claridad a nadie.

Finalmente, Günther había perdido la cordura, al juicio de todos, un efecto de la pérdida de sangre. Los agentes se prepararon para abrir fuego y acabar con el hombre de una buena vez, fue entonces cuando algo inesperado ocurrió. Una enorme figura monstruosa brincó desde lo profundo del abismo, era Max, algo en lo profundo del abismo había devorado su carne de la zona toráxica. Su garra de demonio permanecía intacta, atravesó al doctor Günther que se había tambaleado tras la inoportuna aparición, lo levantó varios centímetros sobre su cabeza con los pocos rasgos humanos que prevalecieron para terminar arrojando a su enemigo a una columna que quedó manchada de sangre para que luego se perdiera en la profundidad de las tinieblas. Escucharon el cuerpo de Günther caer por el abismo. Max dio un último rugido, su corazón palpitante se detuvo y calló muerto al suelo soltando una lágrima de su ojo derecho.

El legado de la sangre oscura (SPANISH ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora