Capítulo 34
El asilo: La orden de Amelie
I
La noche había pasado en un abrir y cerrar de ojos, el resultado del operativo en el campo de concentración de Günther restaba como una incógnita para Liz. Su estado de impureza atacaba su estado mental sin piedad, a tal punto que distinguir entre su realidad y su imaginación resultaba imposible.
Recordaba su camino por el bosque, cientos de voces misteriosas le susurraban incomprensibles frases al oído, entre ellas, distinguía especialmente la voz del señor Holzmann repitiendo "el momento de la verdad está cerca, la reunificación vendrá pronto".
Finalmente, Liz abrió los ojos acabando con lo que para ella había sido todo menos un descanso reparador, recordaba solo la voz de Steffi dejándola en la cama antes de sumergirse nuevamente en el temible abismo que guardaba todas sus pesadillas. Se encontraba en una habitación un tanto modesta con paredes blancas y muebles fabricados en roble en estilo medieval; en una esquina, encontró un gran espejo. Un intenso olor a fragancias de flores la sorprendió en lo que vislumbraba los rayos de luz solar traspasar las ventanas
Sin mucho esfuerzo, se levantó y se desplazó hasta el espejo para atisbar su propia imagen. Portaba su camisa de tirantas blanca y su chaqueta de cuero sintético colgaba en un antiguo perchero al lado. Miró detenidamente su rostro, pudo notar un leve hematoma cerca de su ojo derecho; detrás de ella, proyectado en el espejo, un rostro conocido la sorprendió. Ella no podía creer lo que veía, un sentimiento de indescriptible alegría se apoderó de ella al contemplar el rostro de Bernard sonriéndole; Liz se dio la vuelta y corrió a abrazar a su amigo.
—¡Bernard!, pero, ¿cómo?, ¿cómo llegaste aquí? — preguntaba ella con voz eufórica, sintiendo a su vez un leve dolor en las costillas que sus aventuras pasadas le habían dejado.
—¿Enserio creíste que podrían conmigo? — Bernard se burlaba, su voz transmitía paz al alma— por lo visto los Holzmann no son los únicos que tienen el poder de engañar a los demás.
Liz se separó momentáneamente de él sin borrar su sonrisa, estaba confundida, la imagen de su cadáver con el cuello fracturado sobre la tierra había sido muy real.
—¿Entonces?, todo esto....— se preguntaba Liz en voz alta dándose la vuelta de nuevo al espejo— No ha sido verdad, ¿ha sido solo una ilusión?, ¡un mal sueño! — su semblante se mostraba ahora más sereno, la imagen de Bernard estaba realmente en el espejo. Liz cerró los ojos por unos segundos para asimilar lo que realmente había ocurrido y bajó su cabeza pasando del rostro de Bernard en el espejo a un elegante florero que posaba sobre un mesón.
—Todo eso depende, de lo que tú definas como la realidad o una ilusión— dijo la voz de Bernard, Liz no comprendía lo que su amigo le quería decir— Así es, cuando estamos subyugados por los sentimentalismos terrenales, nuestras mentes son vulnerables, y es así como traspasamos la delgada línea de lo que concebimos como la realidad tangible y la nueva realidad que el señor Holzmann prepara para nosotros —Escuchar aquellas palabras de la boca de Bernard la había dejado anonadada; conocía al hombre por más de tres años y en definitiva él no hablaba así— así es, señorita Sharrow, esta nueva realidad no hace distinciones del bien o el mal, aquí solo el poder existe.
La voz que había pronunciado la última frase se había distorsionado en su totalidad, una voz que revivió otro de sus más profundos temores. Lentamente regresó su mirada al espejo, encontrándose con otro rostro que confirmó otro de sus aterradores presagios, justo donde había visto antes a Bernard.
—¡GÜNTHER! — gritó Liz separándose del espejo despavorida— ¡eres un maldito...!
—Sin malas palabras señorita Sharrow— la interrumpió el doctor Günther— como le informé, en este nuevo espacio metafísico todos somo uno, nuestros recuerdos, experiencias y deseos forman parte de este nuevo mundo. Gracias a ello, su transición se mantiene pese a su intento de frenarla, sé que no aguantará por mucho, debería aceptar su realidad. En este nuevo espacio, la muerte no marca más que el fin de la existencia en su mundo tangible, si acepta su realidad, nunca más tendrá que llorar la muerte de sus seres queridos.
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El legado de la sangre oscura (SPANISH ORIGINAL)
HororEl el umbral de lo natural y lo sobrenatural, la agente Elizabeth "Liz" Sharrow de Dark Forest Police Department (DFPD) se enfrenta a un nuevo caso que pone a prueba no solo su valentía, sino también su percepción de la realidad. Junto con su compañ...