Atenea
Me siento en una silla aparte para que me entretengan.
El primero que se para no es nada más y nada menos que mi italiano, es tan animado que no me extraña.
Me recorre con la mirada mientras se quita la camisa...
Se prendió esta mierda.
Su corbata la deshace y se mantiene con los pantalones puestos mientras se dirige a mi como un león a punto de comer un pobre conejo.
Me besa con una pasión que...joder... ya me mojo.
Después de eso se va hacia atrás y me levanta el cabello para lamer mi cuello de una manera que debería ser ilegal.
Se ubica nuevamente delante mio y enrolla su corbata en mi cuello, de modo que cuando comienza la música me lleva hacia delante quedando frente su pene, y comienza a moverse como un maldito experto.
No creí que mi hombre supiera mover tan bien sus caderas, de adelante hacia atrás como si de sexo se tratara.
No desaprovecho y subo para lamer su torso completamente, sin dejar de mirarlo a los ojos y paseando mi boca por su pecho lo empujo para que me deje salir de mi espacio y yo sentarme encima de él, y asi los dos danzar como si de un espectáculo estuviéramos hablando.
A cada momento siento su pene rozar mi vagina, y es que ando con un vestido tan corto que ya se me subió hasta la espalda baja pues me quedaba muy apretado.
Muerde mi labio inferior y al conectar miradas me toma del rostro y dice a milímetros de mi boca...
-No sé si seas capaz de caminar mañana, Amore mio. -
En ese momento siento Mi cabello ser jalado con rabia hacia atrás, y claramente me sorprendió ver al chino agarrando mi pelo de una forma tan salvaje.
No pasa ni un segundo cuando me come la boca, con tanto deseo que parece que nos tuviéramos ganas desde hace mil años, aprieta mi cuello sin llegar a lastimarme y me separa del cuerpo de Francesco para darme vuelta, tomar mi cintura con una mano y con la otra bajar mi tren superior.
Siento la primera estocada de su zona en la mía, y lo hace repetidas veces hasta que en momento deja su paquete justo en la entrada de mi coño y se mueve hacia delante y hacia atrás sin dejar de sentir su maldita verga, la cual dije siempre que era muy pequeña pero ahora que solo esta con el maldito pantalón la siento, aunque Yong se aleje de mi por unos segundos.
Me palmetea el culo y lo siento arder por tan grande manotazo, tiene la mano dura y el bulto entre sus piernas también.
Mi mirada se centra en unos marrón y cabello con pocas canas, me muerdo mi labio de forma provocadora y en un instante se encuentra frente a mí, levantándome el rostro con un dedo, para que lo mire hacia arriba pues sigo en la misma posición en la que me puso el chino.
-Te demostrare que se moverme mejor que todos estos mocosos solo que será de diferente forma. -
Baja el cierre de su pantalón para dejar su erección a nada de distancia de mi boca.
Mueve su bóxer y tengo lo que me ha sacado gritos de placer en cada oportunidad que se nos ha dado.
Lo toma entre su mano y me lo introduce a la boca, paso mi lengua por su falange para mojarlo y que entre con facilidad.
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DIOSA
RomansaLo que lograba hacer aquella mujer de ojos cuál esmeraldas y pelo como la noche sin estrellas era lo suficientemente fuerte para que las mafias más grandes de todo el mundo posaran sus miradas en ella. El estocolmo era una palabra ajena para esa ch...