Atenea
-Vístanse de inmediato, tenemos que encontrar a nuestra mujer. –
Dice antes de salir el alemán y nosotras estamos boquiabiertas con lo que acabamos de ver.
Al rato después llegan los hombres que trabajan para la organización de Yong y se llevan a lo que queda de Charlotte.
-Hermana...- susurra Katherine.
La miro para ver si esta todo en orden y al parecer va a vomitar.
-¿Con ellos te casaras Atenea? –
-Son mafiosos Katy. – es lo único que atino a decir.
Si bien sabía que los chicos no hacían manualidades cuando iban a trabajar, jamás los vi haciendo nada de otro mundo, y cuando el chino, el alemán y mi británico me raptaron, fueron delicados a comparación con lo que acabo de mirar.
Mientras pienso en cómo son de sádicos al momento de acabar con la vida de alguien, mi hermana vomita la vida en un tarro de basura que estaba cerca.
Voy hacia ella y le tomo el cabello para que pueda vomitar más "cómoda"
A los segundos me mira limpiándose la boca y sonriendo como una loca.
- ¿Qué pasa? – le pregunto media asustada.
-Te vas a casar perra. –
Francesco
Mi principessa, mi mujer, mi vida.
Cada día que pasa estamos peor, ya no sabemos lo que es comer y el trabajo se acumulado tanto como para que nuestras manos derechas hagan todo prácticamente.
No tenerla me está quitando de a poco la vida, sin ella no soy nada.
Recuerdo su sonrisa y como me besaba. Es lo que me mantiene respirando todavía.
Matar a esa perra no fue suficiente, saber que nuestro hijo murió porque mi muñeca tuvo un estrés tan intenso y negativo es lo que me colma la paciencia y las botellas vuelan de aquí para allá en toda la habitación desde hace días.
Estamos todos en mi despacho, y la dimora se siente más silenciosa que nunca en estos momentos, la respiración de los seis está hecha mierda por los continuos ataques de ira que tienen a cada nada, algunos lloran el piso, otros no saben nada por lo ebrios que están, y otros como yo tiran todo lo que tienen en la mano.
Irla a buscas siempre ha sido una opción, pero se la respuesta que nos dará y no queremos hacerla sentir peor de lo que debe estar con saber que sus futuros esposos la engañaron e hicieron que perdiera a su hijo.
Seis semanas, fui padre por más de un mes, y alucino viéndola con un precioso bebé en sus brazos, tan hermoso como su madre.
Tocan la puerta y no gasto mi tiempo en responder.
-Señor. – gritan de afuera.
Tocan nuevamente y ya me están probando la paciencia.
-Jefe, disculpe... es que hay alguien buscándolo. –
Tocan nuevamente y de verdad que me parare y reventare a balazos a quien sea que joda tanto.
-Es de suma importancia señor. –
Tocan y tocan hasta que cabrean al ruso.
-Deja que entre ese hijo de puta y lo mato para que no joda más. –
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DIOSA
RomanceLo que lograba hacer aquella mujer de ojos cuál esmeraldas y pelo como la noche sin estrellas era lo suficientemente fuerte para que las mafias más grandes de todo el mundo posaran sus miradas en ella. El estocolmo era una palabra ajena para esa ch...