Ivankov
Verla asi, con las piernas abiertas para el me desenfreno, no solo porque es otro hombre diferente a nosotros, mas bien porque es un enemigo de mierda, un simple mocoso con aires de mafioso que no nos llega ni a la suela de los zapatos, y la tiene ahí, contra la pared haciéndole sentir todo lo que nosotros no le hemos podido dar estos últimos días.
Mi sangre hierve, y el no queda desconcertado de verme aquí, me pregunto si Atenea le habrá dicho algo.
Ella lo aleja y me mira con rabia.
- ¿Qué haces aquí? -
-Vine a buscarte, pero te noto muy ocupado...- no controlo mis palabras, y temo que se vuelva una situación parecida a la de la última vez.
-Que celoso rusito, pero no te preocupes, ya no serás mi blanco para sacarle dinero-
Aún está molesta por eso, y lo entiendo completamente.
-No he dicho eso, y sabes que me arrepiento, pero no es el momento de hablar. -
- ¿Tan temprano te vas Ivankov? - y espeta esa mierda.
-No gasto mi tiempo con niños como tú, mocoso, si no quieres salir con la mitad de la cabeza impregnada en balas es mejor que te calles y dejes de entrometerte con lo que no te importa ni te pertenece. -
-No tenía idea de que la mujer del italiano y el turco sea un territorio para marcarlo, si quieres viene acá y la orinas, como el perro que eres-
No me interesa en lo más mínimo lo que salga de su maldita boca, asi que me acerco a Atenea para llevármela sin problemas.
-No... me toca-
-Atenea no te pongas dificil y vámonos. -
-Eso es lo que hare...-
Camina como solo ella lo hace cuando está enojada, en cada paso que da tiembla la tierra.
-Sabes ruso, esa mujer será su perdición, no podrás sacar nada bueno de ella más que su belleza y sensualidad, es mejor que no te gastes en ella-
-Y tú eres el indicado para decirme eso, ¿Por qué? -
-Simple, porque si no se cuidan la espalda de ahora en adelante, esa mujer será mía, y no pienso compartirla con ustedes, dejamos algo pendiente y sabes bien que yo en vida cierro todos mis tratos. -
-Si, tu ¿y cuantos mas? -
-Dos más, para que se preparen, estamos igualados ruso, y con tener a tu mujer como mi puta hare lo que sea, lo prometo. -
Atenea
Me desplomé en la camioneta, estaba tan cansada y muerta del sueño, me desperté hace cinco minutos y estoy en un avión, claramente no es del italiano, más bien es del ruso, asqueroso ruso.
Estoy en una cama y una bandeja con diversos alimentos se encuentra al lado mio, no por mucho, porque me la devoro sin tapujos.
- ¿Tenías hambre? - miro al que pregunto.
Es Alejandro.
-No sabia que fueras tan tonto-
-Deja de estar asi conmigo pequeña, te debo una disculpa por lo de la otra vez y en verdad me siento arrepentido, pero no es necesario que te comportes de esa manera conmigo, yo solo quiero remediar lo que hice. -
-Ándate y déjame comer tranquila, que te veo y se me va el hambre. -
-No me iré, hasta que me escuches. -
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DIOSA
RomanceLo que lograba hacer aquella mujer de ojos cuál esmeraldas y pelo como la noche sin estrellas era lo suficientemente fuerte para que las mafias más grandes de todo el mundo posaran sus miradas en ella. El estocolmo era una palabra ajena para esa ch...