Atenea
- ¿Hija? –
Me remuevo de donde me encuentro aturdida, ¿Qué me paso?
Al abrir mis dos ojos con dificultad logro divisar una sala completamente blanca y muchos aparatos en mi cuerpo.
-Helena, despertaste hija...-
Al escuchar a mi padre decirme por mi apodo que hace años me puso con cariño por el parecido de mis ojos con los de mi madre, después de lo que me conto esa bruja de Roxana, lo único que deseo es que no me llame ni hija.
-Germán. – solo frialdad se logra distinguir en mi voz.
- ¿Cómo te sientes mi amor? ¿Deseas ir a casa con tu médico de cabecera? Si gustas le preparo una habitación a tus seis amigos, no tengo mayor inconveniente. –
- ¿Puedo pedirte un favor, papá? –
-Claro hija. –
-Trae a los maf... amigos míos por favor, necesito hablar con ellos de manera urgente y privada. –
-Atenea yo entiendo tu molestia conmigo, solo me gustaría...-
-Dudo que estés en condición de pedir cosas, tú fuiste el culpable de nuestra ultimo conversación aquí en Chile, además, no creo que deberías preocuparte, por lo que veo ya podrás tener dos hijas con tu apellido y viviendo en tu hogar. –
-Roxana me dijo sobre su conversación. Lamento que haya sido todo tan repentino, pero entiéndeme chiquitita, solo quiero ser feliz y surgir después de la muerte de tu madre, ¿no te alegra mi felicidad? –
Mi padre siempre fue un manipulador cuando quería tener las cosas a su beneficio.
-Germán, que lastima, aun sigues siendo la misma mierda de siempre, con tus palabras de víctima y acciones de perro atropellado, pero tampoco es como me sorprenda, como lo dijiste tú la última vez, tú ya no tienes hija, asi que no es de tu relevancia lo que yo te comenté. –
Sé que las lágrimas que corren de sus ojos no son falsas, y me duele más a mí que a él, pero jamás una hija merece ser tratada así por su padre, no como lo hizo aquella vez.
-Si tan solo me dieras la oportunidad...-
- ¿Oportunidad? Claro, como te la vengo dando de hace tanto tiempo, tuviste muchos meses para llamarme y solo pedir disculpas, pero estabas entretenido metido en las piernas de Roxana y llenándole el closet a Charlotte. –
-No me faltes el respeto Atenea, soy tu padre...-
-Padre cuando te conviene solamente, porque para estar ahí cuando tu hija estaba en la misma mierda no lo eras. Hazme el favor de traer a los chicos, ahora. –
Agacha su cabeza y sale de la habitación, no pasa mucho tiempo cuando los tengo a todos rodeando la cama en la que me encuentro y viendo si todo está en orden.
Logro divisar a mi padre que ya se va del cuarto y antes de que logra irse le digo.
-Aaa y otra cosa, avísame para cuando le vaya a poner el apellido a Charlotte. –
Su cara toma vida y me mira con ilusión.
-Qué bueno que quieras estar en un momento tan importante como ese. –
-No papá, no te confundas, es para sacarme tu apellido y ser una Dimou solamente, no quiero compartir apellido con oportunistas. –
Vuelve a la misma postura en la que se encontraba minutos atrás, pero parece aun más devastado, asi es la vida, una tiene que ser perra como esta misma.

ESTÁS LEYENDO
DIOSA
Storie d'amoreLo que lograba hacer aquella mujer de ojos cuál esmeraldas y pelo como la noche sin estrellas era lo suficientemente fuerte para que las mafias más grandes de todo el mundo posaran sus miradas en ella. El estocolmo era una palabra ajena para esa ch...