🌬Lo Que El Viento Me Trajo

34. Ecos de miel.

La mañana era fría y Tobio buscaba la calidez de otro cuerpo en la cama, se acurrucó en la cobija de peluche, estaba solo, eso lo hizo tener un mal recuerdo, aunque seguro Oikawa llegaría pronto con el desayuno, o al menos eso pensó.

Busco su teléfono para distraer su mente en las redes sociales, estaba feliz ahora después de tanto tiempo triste y enojado con el mismo, aunque le abrumaba un poco que pronto sería la pasarela y presentación de la colección de invierno, aunque estaba un poco retrasada, tenía muchas cosas en mente como que el próximo fin de semana sería el cumpleaños de su primo y pronto el de el.

El cumpleaños de Akaashi lo tenia tan presente gracias a cierto peligris, que casi a diario le recordaba, además de  que tenía que colaborar con el, y hoy tenía que encontrarse con Bokuto para comprar todos los preparativos.

Kageyama dejo la cama para dirigirse a la cocina, aun seguía adormilado y pensando en que estaría solo en aquel departamento, no fue así, Oikawa se encontraba en la barra de la cocina con un café y viendo su teléfono como si se tratara de un periódico.

-Buenos días...

Tobio soltó algo temeroso, Oikawa no se levantaba más temprano que el y menos un domingo por la mañana, esa no era la costumbre, era poco el tiempo que llevaban saliendo pero era suficiente para conocerlo o al menos eso creía Tobio, pensaba que Oikawa era algo predecible, aunque la verdad era que entre más pasara el tiempo, menos lo conocía, así era por que casi nunca hablaban de él.

-Buen día Tobio chan, no quise despertar...

-No lo hiciste, me sorprendió no verte en la cama...

Tobio río efímeramente al decir eso, pensó que causaría gracia o llamar la atención de Oikawa pero en cambio recibió una sonrisa fingida, al mismo tiempo que Oikawa se levantaba para servirle un poco de café al pelinegro.

-Quieres que le ponga azúcar?

El castaño miró sobre sobre su hombro para ver a Tobio quien tenía la vista perdida en el suelo, algo no estaba bien, lo sabía por qué era experto en ello, las veces que Atsumu lo evitaba y de repente lo trataba mal, era el mismo sentimiento, inconscientemente Tobio estaba esperando eso.

-Si, solo una cucharada.

Sintió estremecerse, cuando vio a Oikawa caminando con la taza de café hacia el, quería saber que había de malo con el, esperaba que Toruu derramará el café apropósito, eso fue lo primero que se le vino a la mente, cerró sus ojos apretandolos lo más que pudo, cuando escucho el sonido de la tasa en la barra de cerámica.

-¿Estas bien?

Oikawa soltó al ver aquello, estaba inquieto, tenía que ser sincero con Tobio,  debía de confesar lo que había pasado la noche anterior.

-Si, es solo... la resaca, creo que debería ir a casa.

-De acuerdo, quieres que te lleve?

Kageyama se sintió decepcionado, creyo que Oikawa le diría que se quedara pero no, no fue así.

-Descuida, quiero llegar a hacer unas compras, más tarde me veré con Bokuto.

-Bien...

Pasaron unos momentos en el cuál ambos cruzaron miradas, cada uno esperando algo que no llegaría. Tobio salio despidiéndose con la mano en cuanto cerro la puerta, el castaño suspiro, su pelinegro no sabia nada pero verle ese rostro de inocencia y de seriedad le causaban culpa, no sabia si quiera cuál sería la reacción de Tobio si supiera sobre su amigo y el.

○●○

Tobio seguía inmerso en sus pensamientos mientras recorría diversas tiendas con Koutaro y Kuroo, a pesar de que ambos tenían personalidades diferentes a la de el, no le molestaba en absoluto la actitud de ninguno de ellos, de hecho de vez en cuando lo hacian reír y tenían palticas serias, se conocieron en el ámbito del modelaje, esos recuerdos entraron en Kageyama, cuando Bokuto entro a una tienda de ropa de la nada, los dos pelinegros se quedaron parados y por inercia siguieron a Bokuto.