🌬Lo Que El Viento Me Trajo

45. Ikigai

Ikigai:  significa el impulso de la vida, la razón de esencial por la que actúas cada día.

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-Y que harás para su cumpleaños Oikawa san?

Akaashi llamaba la atención del castaño quien permanecía tomando crema batida del pastel de navidad. Habían hecho una fiesta con los demás amigos de Kageyama.

-Que, su cumpleaños, de Tobio?

-Si, es pasado mañana.

-Que? Ni si quiera sabia que cumpliria años tan pronto.

-Eres un idiota, cualquiera lo sabe, hasta yo.

Tsukishima se sumaba a la platica.

-El año pasado no pudimos celebrarlo.

-Por que?

-Quedamos en salir a beber, pero Kageyama san se negó.

-Incluso Hinata vino solo a eso.

-Es verdad lo recuerdo, me pregunto por qué se negó...

Ambos chicos se sirvieron pastel, dejando a Oikawa algo pensativo, realmente era un tonto, que pensaba? Que la gente como Kageyama no cumplía años, no, no era eso, aun sentía que no estaba lo suficientemente cerca.

No era la primera vez que tenía que celebrar el cumpleaños con una pareja, al igual que en las anteriores relaciones, no se le dificultaba siquiera preparar algo u bueno simplemente dejaba que pasara el día y compraba cualquier cosa en la tienda de ropa para no quedar mal pero ciertamente esta vez era diferente, se sentía ansioso por hacer ese día tan especial.

Vio a Tobio en la sala y a Kuroo hablando con otros invitados o más bien solo escuchando la conversación, haciendo intervenciones de vez en cuando, sonrio inconscientemente mientras que solo escuchaba el balbuceo de sus acompañantes.

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Kageyama por fin despertaba, Oikawa se había negado rotundamente a quedarse en su casa, realmente no lo entendía aunque no se sentía inseguro por ese hecho, y es que el tiempo que habían estado tratándose lo habían hecho ganar confianza no solo en el si no en si mismo.

Como era de costumbre puso agua en la cafetera y espero hasta poder servir el café sobrecargado con una cucharada de azúcar, justo como a él le gustaba, no demasiado dulce ni demasiado amargo, se acercó la taza par poder deleitarse con el aroma cuando el sonido de la puerta lo hicieron tambalear la taza y desbordar un poco de aquel líquido.

Suspiro hacia sus adentros, no era muy temprano pero ese momento de la mañana le era sagrado, aunque preguntó quien llamaba a la puerta nadie contestó, así que decidió solo abrir, cuando su vista se encontró con un ramillete de flores entre blancas y violetas se podían reflejar en los orbes de Tobio.

Se sintió un poco confundido ya que la grandeza del ramillete opacaba al portador. Sin embargo, los ojos castaños buscaron su océano, ahí estaba Oikawa regalándole una mirada curiosa.

-Feliz cumpleaños cariñito mio.

Kageyama tomo el ramillete, mientras Oikawa lo tomaba por sorpresa y lo abrazaba, el agarre se sintió cálido aunque Oikawa tenía las mejillas heladas, Tobio hundió su cabeza en el cuello de su pareja, buscando aquel olor al que ya se había acostumbrado.

-Muchas gracias..

Kageyama se dispuso a colocar las flores en agua, en un abrir y cerrar de ojos Oikawa estaba frente a él presionandolo.