✫.༓☾Mala suerte☽༓.✫

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El joven se encontraba realmente molesto, las carcajadas de su mejor amigo no servían para nada en calmar su jaqueca; producto después de haber bebido demasiado la noche anterior.

Pero lo que más le mantenía realmente molesto era el hecho de que al fin se encontró la noche anterior con aquel omega que tanto había anhelado volver a ver y lo había arruinado por completo. La frustración estaba carcomiéndolo.

-Aunque debo admitir-- habló entre carcajadas bajas intentando calmar su respiración-- Usar tu voz de mando por primera vez, en un hombre alfa y en un solo susurro fue genial viendo el resultado que obtuviste. El alfa puro de pacotilla estaba muriendo de miedo.

-¿Qué sucedió con ese idiota?-- masajeo el puente de su nariz apoyándose aún más en la cabecera de su cama ante el repentino dolor fuerte en su cabeza.

-¿En serio no lo recuerdas?-- el menor negó-- Bueno, después de que yo llegara a los baños, ese hombre se encontraba aún temblando en el suelo y después de unos minutos se marchó corriendo al ver que estabas ebrio y perdido.

-Agh, debí haberle hecho algo más-- el mayor soltó una carcajada-- ¡Ay, por favor Chan!... Ya basta-- bajó su voz al no querer estremecer a su amigo después de tantas veces cometer el error de gritarle y que este actuara de manera sumisa.

-Lo siento-- siguió riendo bajito-- Es que...-- inhaló aire para calmar su risa-- En serio, fue gracioso verte encima del pobre omega que apenas podía cargarte en tu estado y la cara de confusión que tenía -- el recuerdo paso otra vez por su mente haciendolo volver a carcajearse enfrente de su amigo.

El menor se quejó emitiendo un chillido triste y molestó mientras se cubría con las sábanas de la vergüenza que sentía.

Según su mejor amigo después de haber caído encima de aquel pequeño omega; totalmente ebrio, fue retirado de los brazos del mencionado para ser cargado por el rubio y ser llevado a casa; dejando a un albino lobo algo confundido pero con la promesa hacia el alfa rubio de que pronto llamaría para agradecerle a su amigo de haberlo salvado de un apuro, otra vez.

-Ey, Hyunjin-- tocó los pies del mencionado por encima de las sábanas intentando consolarlo al sentir feromonas de tristeza en la habitación-- Lo volviste a salvar y al menos no le vomitaste encima-- hizo una mueca de asco-- Además no causaste demasiado daño, todo esta bien.

-No todo esta bien-- murmuro bajito-- No recuerdo nada-- suspiró-- Eso incluye su rostro y nombre.

-¿Entonces como sabes que es bonito?-- quitó la tela de la cabeza del alfa dejando ver su rostro.

-Su lobo es hermoso Chan-- sonrió triste ante el recuerdo-- Es obvio que es hermoso.

-Bueno... Tienes razón, no he visto su lobo... Pero si es bonito.

-¿Podrías describirlo?-- sus ojitos llenos de ilusión.

-No lo creo-- deseaba que su amigo no se ilusionara demasiado con aquel omega, aún no, si después de todo no termina siendo su predestinado. Cosa que veía posible por la falta de aroma que mantenía aquel joven. Contrario a todo lo que describía la leyenda.

-¿Por qué no?-- realizó un puchero-- Por favor~

-Tendrás que descubrirlo por tu cuenta-- el menor ponía ojos de cachorro intentando convencer al rubio-- Deja de hacer eso, no caeré.

El pelinegro ante su plan fallido sonrió con picardía, asustando un poco al mayor. Cerró sus ojos unos segundos y arrugó su nariz; mientras lo hacia daba paso a lo que más adoraba el alfa mayor. Orejitas y colita.

Chan al ver dos orejitas negras en la cabeza del menor tembló combatiendo contra el intento de controlar sus ganas de acariciarlas.

-Te dejaré mimarme y acariciar mis orejitas... A cambio de tu información-- la mirada carmín se convertía como la de un cachorro volviéndolo totalmente tierno a los ojos del alfa.

En medio de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora