✫.༓☾Amuleto de la suerte☽༓.✫

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La mañana era tan hermosa; el viento era tan refrescante y el sol acogedor entregando un hermoso calor a los seres de aquella ciudad, aunque ese era un día cualquiera para todos, era un poco trágico para un hermoso omega que corría con todas sus fuerzas en el intento de llegar puntual -o al menos no tan tarde- a su primera clase de ese día en la universidad.

¿La razón?. Quedarse dormido después que haya escuchado sonar su alarma debido a la noche anterior llena de insomnio que había usado para pensar en aquel alfa loco que se había convertido en su héroe. O bueno en su salvavidas, según como el quisiera llamarlo para que no sonara tan cursi.

Con una gran falta de oxigeno en sus pulmones y el cuerpo cansado se propuso descansar un momento cerca de una agradable sombra que le proporcionaba un árbol en el parque en que se encontraba. Tenía un gran recorrido por delante para llegar y de tan solo pensarlo lo cansaba más.

(Quizás podría transformarme), pensó aún con el pecho intranquilo y la cabeza apoyada en la corteza del árbol; sería una gran ayuda para sus pequeñas piernas que ya no daban más, además de que se encontraban tiritando por el gran esfuerzo físico.

Sin embargo una de las principales reglas de la universidad era no presentar su lobo dentro del establecimiento de estudio.

(Me destranformaría dentro de los estacionamientos y así no seria descubierto por nadie).

-¿Lo harás o no?-- pronunció ya cansado de la indecisión del joven-- Decídete de una vez, estamos demasiado atrasados.

Ante la queja de su animal no hizo nada más que sucumbir a su forma lobuna dejando ver a su hermoso omega albino -claro que para el pensamiento de los demás era un alfa por el tamaño de su lobo-, recogió con su hocico la maleta donde llevaba sus cosas y emprendió el camino a su meta, al inicio con un trote como calentamiento para después aumentar la velocidad de sus pasos.

-Pronto llegaré-- soltó contento al reconocer que le faltaban tan solo un par de cuadras hasta su destino.

Siguió corriendo con la alegría de llegar por fin, hasta que un cuerpo desconocido pasó por su lado con mucho más rapidez haciéndolo desestabilizarse, caer, rodar y quedar sentado, aturdido por lo que acababa de pasar.

Sus ojos no pudieron ver nada, solo logró divisar una sombra negra sin poder reconocer el objeto que lo haya tocado, ¡A parte de que era demasiado rápido!.

Parpadeó varias veces intentando asimilar la situación y mientras seguía sumido en su expectación una pequeña manilla que posaba en el suelo llamó la atención de sus azules ojos al brilar por los choques de rayos solares en su material; tenía un dije de media luna a parte de varias estrellas alrededor de toda la extensión. Quedó encantado con el diseño del objeto.

Al final llegó a los estacionamientos y se destransformó para arreglarse, salió otra vez en busca de aquella manilla guardándola dentro de su maleta y se dirigió a la entrada principal de la universidad.

Se preparaba mentalmente para el regaño de su hermano al verlo llegar demasiado tarde a su primera clase.

Se preparaba mentalmente para el regaño de su hermano al verlo llegar demasiado tarde a su primera clase

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En medio de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora