Mielle. Cap 30.

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Pocas veces puedo tener la suerte de observar alguna discusión en esta vida.

Por eso me es extraño que una chica se enfurruñe como gato que extiende sus garras hacia una pobre recepcionista.

Y todo por un pastel.

Aunque entiendo a la chica ya que los pasteles están divinos pero nos es correcto ni moral ni ético enfadarse con un pobre empleado.

Y la pobre recepcionista tan solo sonreía pero pude ver que su frente estaba llena de sudor tratando de aguantar.

Chica:Dígame, ¿por qué el especial de hoy se a acabado a tan solo de abrirse la tienda?. Son solo 20 minutos de solo abrirse. ¡20 minutos!.--Daba pequeños golpes en la recepción.--

¡Qué agresiva!.

La camarera se acerca con mis platillos.

También se veía nerviosa.

Recepcionista:Disculpe pero la mayoría de los pedidos del especial de hoy han sido por encargo y desde que la tienda se abrió se han ido entregando.--Le explicaba.--

Chica:Entonces debe de haber uno que haya fallado.¿Qué tal si me lo venden?.--Dió una opción.--

¿Qué?. ¿He oído un error?.

Por nada me atraganto con el pastel.

Le hago una señal a la camarera para que me trajera un té.

Y rápidamente me lo sirve.

Recepcionista:¿Disculpe?.--Mostró una cara de fríaldad.--¿Qué quiere decir con fallo?.

Chica:Lo que a oído. Si tiene uno que le sobre lo compraré gustosamente.--Volvió a repetir.--

Recepcionista:Entonces solo salga de la tienda.--Dijo fríamente.--

Chica:¿Qué?.--Se sorprende.--

Recepcionista:¿Cómo se atreve ha calumniar contra la gran pastelería de la capital?. ¡Me niego rotundamente a servir a alguien como usted!.--Gritó con furia.--

Pude ver asombrada esta escena de gran drama.

Y esperaba que todo terminara ahí pero de repente veo una sonrisa maliciosa por parte de la chica que tan solo me superaba en edad física por dos años y unos veinte centímetros de estatura.

Segundo después baja la capa de encima de su cabeza y largos cabellos de color lila caen sobre sus hombros, su rostro juvenil se muestra dando un aire de niña y abre sus ojos de un color dorado miel.

Por eso es que ella se llama Mielle por el particular color de sus ojos que se asemejan más a la miel dorada sacada de las colmenas de la madre naturaleza.

Esa fue la frase con la que se caracterizaba a la protagonista en la novela y en el juego. De caracter recto pero flexible, amable pero en cierta forma agresiva en palabras.

Y ahora...

¡Mi némesis!.

Dejé la taza que estaba en mis labios sobre su plato.

Mis ojos miraron a la supuesta protagonista.

Sé de antemano que esta niña es el peor de los venenos gracias a Castia.

Pero no está de más vigilar un poco a mi destinada enemiga.

Además estoy muy interesada en lo que hará ahora.

Sin embargo las siguientes palabras me dejaron consternada.

Mielle:En nombre de la familia imperial quiero que me des unos de tus dulces sino quieres que cierre este lugar.--Dijo con malicia.--

¡¿Reencarné en la princesa abandonada?!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora