S i e t e

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Un día más tarde

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Un día más tarde.

Mark

—Pasa.

Una mujer joven con el pelo rubio y recogido en una coleta, unas gafas muy bonitas, una camisa de color rosa y unos vaqueros de un tono claro. Ella abrió la puerta de su consulta y me miró con ternura. Mi madre decidió esperar fuera sentada en la sala de espera junto a la recepcionista que por alguna razón se conocían.

—Siéntate— dijo caminando hacia un sillón que había en el centro de la habitación.

La sala estaba rodeada por ventanas por dos lados perpendiculares. En una de las paredes sin ventanas había dos estanterías de color marrón oscuro que quedaban muy bien con las paredes azules tirando a morado.Él suelo era de parqué. Caminé hacia el sofá azul oscuro que estaba delante de donde estaba la chica y me senté mirándola fijamente con cara de pocos amigos.

—Bueno...¿Qué tal? ¿Cómo te sientes?–– dijo la chica.

Yo no le iba a contestar, no quería contestar. Me quede quieta en el sofá sin decir ni una sola palabra.

—He empezado mal, perdona.

—Me llamo Kitty encantada de conocerte— dijo extendiéndome la mano y yo dándosela.

—Yo soy Mark.

Tras intercambiar algunas palabras me quedé callado durante cinco largos minutos esperando a que la media hora pasase rápido. Mi madre me obligaba a venir media hora todos los Martes, jueves y viernes. Yo no creo que necesita un psicólogo. Estoy bien, bueno, no lo estoy pero no me hace falta alguien a quien contarle mis problemas y que luego se los diga a mi madre como un chivato.

—¿Que has hecho hoy Mark?— preguntó Kitty con un cuaderno de color verde pistacho entre las manos junto a un bolígrafo de color azul.

—¿Para qué quieres saber eso?— dije.

—Para conocerte un poco mejor.

—Bueno, pues me desperté a la hora que suelo hacer, desayuné, fui al instituto y volví a mi casa.

Era mentira, había hecho más cosas pero no quería decirlas, no le iba a contar que ayer me había saltado las clases y había ido a un parque y me había besado con un chico muy guapo que era mi vecino que me caía bien.

—¿Cómo te va en el instituto?— preguntó.

—Bien— dije.

—No me mientas.

—No te estoy mintiendo.

—Si lo haces.

—No.

—Sé que te va mal en el instituto y que tienes problemas con la adición y un gran trauma por llamarlo de alguna forma, con la muerte de tu padre el año pasado— dijo haciendo que me quedara sin aliento.

Yo solo pude quedarme sin decir nada, me había dicho todo lo que me pasaba de una sala vez, no podía pensar en todo a la misma vez porque si lo hacía explotaba. Ella no sabía que él alcohol o fumar me relaja y me hace entrar en calma y no pensar. Ella estuvo observando durante veinte minutos en donde yo no dije nada.

—¿Cual es tu Hobbie?

—No tengo.

—Creo que te gustaba tocar el piano.

—Ya no toco.

—¿Por qué?

—Porque me recuerda a...

Mierda. Ya estoy soltando cosas que no debería decir.

—¿A tu padre?— dijo ella apuntando en la libreta.

—Si— murmure.

Antes de que pudiera decir nada una alarma sonó en el móvil de Kitty y me miró con cara de pena. Ella cerró su cuaderno y se levantó.

—Ya se ha acabado la sesión de hoy.

—Vale.

—Toma.

Habrio un cajón de su consulta y saco una libreta de color rojo sin ninguna palabra ni letra escritos en ella.

—¿Que és?— le pregunté.

—Tu nuevo diario.

—Todos los días tienes que escribir algo, lo que sea. Una frase, tu día, lo que quiera— añadió

Yo la mire de una forma bastante mala al pensar que ella iba a leer lo que yo iba a escribir en el diario.

—No me mires así, no voy a leerlo.

Yo me levante. Cogí el diario y lo miré con cara de asco al cogerlo y salí sin despedirme. No me gustaba ir al psicólogo

Un dia antes

Enzo.

Sus labios sabían a tabaco y a fresas. El chicle de fresas del Mercadona que aunque descansaba me gustaba en sus labios. Tenía su mano en mi nuca empujándome ligeramente hacia él y aunque fuera un pico de casi treinta segundos me pareció que había sido el beso más largo de la historia. Mark se separó de mí y apartó la mirada hacia la fuente donde había tirado la moneda. Dio un paso y apoyó sus brazos fuertes que no sabia que tenía en el borde de la fuente y dejó caer su fleco antes elevado.

—¿Te gustó mi deseo?

Yo seguía procesando lo que había pasado con él. Me había besado, y me había gustado. Me había gustado mucho y quería volverlo a hacer. Sin decirle nada camine un paso y medio hacia él y se incorporó. Ahora yo le agarre de la nuca y le bese. Pero no fue un simple pico, no ahora fue un beso con lengua y Mark sabía besar muy bien a comparación que yo. Nuestras lenguas se rozaban una contra la otra mientras una brisa veraniega nos azotaba junto algunas hojas de árboles que había alrededor. Mark se separó de mí y me quedé en una especie de trance, sin poder decir nada y completamente quieto mirando como sacaba un cigarro de la cajetilla y se lo colocaba lentamente entre los dientes.

—Que mal besas.

Tenía una sonrisa en la cara y yo estaba completamente rojo, pero muy rojo.

—Lo siento.

—¿Por qué?

—Por besar tan mal— dije bajando la cabeza.

—Mira que eres imbécil.

Yo me quedé callado y él caminó unos pasos hacia mi. Me dio la mano y me miró a los ojos haciendo que este momento fuera completamente inolvidable.

—Me da igual que beses mal, porque esto ha sido solo un beso.

"Esto ha sido solo un beso" nunca pensé que unas palabras me podrían doler tanto y a la vez darme ganas de pegar a alguien con tanta fuerza para hacerle desaparecer. ¡¿Cómo era capaz de decirme eso!?

· Nota de autor ·

Hola, vengo por aqui para decir que habrán varios capítulos con perspectivas de Mark en algunas partes. bueno en especifico son las sesiones con el psocologo de Mark y es una de mis partes favoritas de la historia y pues eso.Que espero que las disfrutes.

Chaoooo

Inefable (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora