V e i n t i s e i s

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Mark

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Mark

Siempre me ha gustado la música, siempre ha sido mi lugar seguro en este mundo, el sitio al que acudía cuando no podía más con mi vida y con el que consolaba mis penas. Gracias a la música he conocido gente increíble.

—Mark por favor quítate los cascos que estamos en clase— dijo Laura la profesora de lengua.

—Si, perdón.

Me quité mis cascos de cable conectado a mi móvil donde todavía sonaba una canción "Mad Sounds". Me los guarde en el bolsillo derecho donde tenía el móvil y fingí que estaba prestando atención a la clase porque la verdad es que la clase de sintaxis era lo que menos me importaba ahora mismo, aunque esta tarde iba a ir al cine con Enzo no me podía quitar de la cabeza que tendría que convivir con mi tío y mi primo. Es una tortura eterna prácticamente hasta que cumpla los dieciocho y me pueda ir de casa.

Pasaron dos horas hasta que noté como mi móvil vibraba en mi bolsillo derecho, estábamos dando clase de Latín un idioma completamente innecesario que no se porqué se usa en ningún lado, odio que sea obligatorio.

Instagram.

Nico: Hola.

Nico: ¿Tú eres Mark verdad?

Miré el móvil extrañado por ver quien me estaba escribiendo, era uno de los amigos de Enzo y nunca había hablado con él, la verdad es que no se como tiene mi Instagram.

Instagram.

Yo: Si.

Yo: ¿Quién eres?

Nico: Un amigo de Enzo.

Yo: Vale

Yo: ¿Por qué me hablas?

Vi en la pantalla que estaba escribiendo escuche una voz femenina que me llamaba.

—¡Mark!— gritó mi profesora de latín.

Yo levanté la cabeza ya que estaba escribiendo con el móvil entre las piernas y no estaba prestando la mínima atención a la asignara.

—¿Si?

—¿Es eso un móvil?

—No...

Ella sabía perfectamente que era un móvil, y yo sabía que me lo iba a quitar. Mis compañeros de clase se rieron ligeramente cuando ella me atacó con la mirada.

—Bueno, ya que no es un móvil puedes hacer una visita al jefe de estudios y así le cuentas que estabas haciendo con tanta atención mirando tu entrepierna— dijo finalmente haciendo que todos se rieran de una manera algo burlona pero qué les iba a pedir, son gente de dieciséis años.

Yo puse los ojos en blanco.

—Vale.

Me levanté y disimuladamente guardé el móvil en el bolsillo derecho del pantalón. Seguía con el brazo escayolado pero solo quedaban unos días para que me lo quitaran por fin, no aguantaba ni un minuto más con esta mierda.Camine unos metros desde mi asiento en quinta fila hasta la puerta del aula que estaba al final de la clase, sin mirar hacia atrás cruz el arco de la puerta que ya estaba abierta y me adentre en el vacío pasillo.

Inefable (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora