Inefable (COMPLETA)

V e i n t i d o s

Maraton de Julio!!!! Aqui tenéis la segunda parte del maraton.

Maratón 2/3

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Mark me cogió de la mano mientras me guiaba hacia lo que parecía ser el cuarto del conserje. Cruzo el pasillo y se quedo quieto delante de un apuerta de color azul oscuro que se notaba que estaba desgastado por el tiempo.Me solo por un segundo la mano y abrió la puerta ya que no podía con la otra por la escayola.

—Vamos.

Mark entró junto a mí y cerró la puerta. Yo estaba pegado a la pared al lado de una estantería con productos químicos y utensilios de limpieza que olían químicos pero bueno. Mark me miró y se acercó rápidamente a mi. Puso sus manos en mis mofletes y me acerco hacia él lentamente. Una de sus manos estaba muy caliente y la otra fría por ser del material de aquella escayola que llevaba.

—Que guapos eres— me susurro.

Antes de que yo pudiera contestar me besó. Me beso haciendo que yo empezara a recorrer su espalda con mis manos. La oscuridad estaba muy pero que muy presente y solo podía ver a Mark a una distancia muy pero que muy cercana. Me dejó de besar y me empujó lentamente hacia la pared. Puso su mano por encima de mi hombro y me empezó a besar el cuello. Cada beso que me daba parecía un chute de droga, como si algo me estuviera hacinado sentirme así de bien.

—Mark...

—¿Qué?— decía entre beso y beso.

El calor se había asentado en la pequeña habitación donde estábamos. Sus besos eran flechazos cada vez más fuertes. Subí mi mano por su espalda hacia su pelo y hundí mis dedos en él, en su suave y oscuro pelo. Al instante escuche como el conserje se acercaba a la habitación, escuchaba las ruedas del carrito del conserje acercarse por el pasillo.

—Viene alguien— le dije hacinado que se separara de mí unos escasos centímetros.

—Joder.

—Vámonos— le dije abriendo la puerta lentamente.

Al ver al conserje un tanto lejano a donde estábamos nosotros salí corriendo cogido de la mano con Mark. Me encanta cogerle de la mano, me gustaba demasiado, vivirla mi vida cogido se su mano.

—¡Eh vosotros, parad!— nos gritó al conserje pero pasamos de él y bajamos las escaleras al primer piso muy rápido.

Al acercarme a mi clase Mark se paró. Y yo con él. Me acerqué a él y lo miré a los ojos, durante unos segundos no dijimos nada solo nos quedamos observándonos uno al otro. Dios mío es que sus ojos, no podía parar de mérida a sus ojos. Es que joder son precioso.

—Enzo...

—¿Sí?

—Me importas mucho, pero que mucho— me dijo Mark hacinado que se me formara una sonrisa de lo más tonta.