Subí a mi casa y entré por la puerta con disimulo, porque otra vez había tardado más de media hora en ir a por la ropa o a colgarla. Caminé unos pasos por el pasillo hasta que mi madre escuchó que la puerta se cerraba de un portazo de repente.
—Enzo.
—¿Qué pasa?— dije.
—Se ha pasado un amigo tuyo... el alto, con el pelo rubio— dijo saliendo del salón y caminando hacia mi desde la puerta. —No me acuerdo de su nombre, bueno que me ha dicho que te dijera que bajaras al portal lo antes posible que te estaba esperando— dijo mi madre buscando algo a mi alrededor.
—Vale, me cambio y bajo.
Pase a su lado y su voz me atacó por la espalda haciendo que se me pusieran los pelos de punta.
—Enzo, ¿Dónde está el cesto de la ropa?
—Mierda.
Se me había olvidado cogerlo cuando me fui con Mark. Menudo idota que soy como dice él.
—¿Te lo has olvidado?
—Si, perdón.
—Pues ahora vas a por él— dijo fulminando la mirada.
—No puedo, tengo entrenamiento y voy a llegar tarde.
—Bueno...ya nos veremos las caras Enzo— dijo mi madre entrando en el salón y volviendo a ver su drama coreano favorito.
Porque aunque a casi todas las madres les gustan las telenovelas turcas a la mía le encantan los Doramas, si es ese tipo de madre pero la adoro. Fui a mi habitación y me cambié rápidamente con la ropa del equipo. Teniamos los colores rojos y blanco la camiseta era de color rojo y los pantalones, demasiado cortos para mi gusto, eran de color blanco como la leche. Me puse las medias del equipo y cogí las botas que no me iba a poner aún porque no iba a estar el camino hacia el campo de fútbol de mi instituto en esas incómodas botas. No se muy bien ¿porque me gustaba el fútbol? De pequeño mi madre me apuntó al equipo de mi colegio y desde entonces llevo jugando. Aunque nunca he sabido muy bien ¿porque sigo jugando? Ya no me gusta tanto, lo que se me da bien y al parecer si se te da algo bien es que te gusta pero no lo es. He pensado varias veces en dejar el fútbol pero no lo he hecho. No lo he hecho por miedo de que todos me dejen de lado, por miedo a la soledad algo que me aterraba. Salí de mi habitación y corrí hacia la puerta donde alado me había dejado las chanclas de Nike que me iba a poner para ir hacia el entrenamiento.
—Me voy, chao.
—Adios mi amor, pasatelo bien— dijo mi madre desde el salón.
Cruce el arco de la puerta y entré en el rellano y miré a mi alrededor por un instante cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo de repente sin ningún aviso. No sabia porque me había pasado y era algo que me perturbaba un poco...bastante. Saqué mi mochila del bolsillo derecho del pantalón y entré en Spotify para poner música mientras caminaba por la calle. Algo que me encantaba hacer porque sentía el main character de mi historia y me hacía sentir poderoso el estar por la calle con la banda sonora de mi vida en mis odios. Porque eso que dices que la música nos conecta a los recuerdos, es verdad y por eso siempre me gusta estar escuchando música por si me pasa algo bueno o algo malo, para poder recordarlo con esa canción de Lana del rey que me hace recordarlo.
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Inefable (COMPLETA)
Teen Fiction[COMPLETA] ¿Qué pasara si el chico más popular del instituto (que es gay en secreto) se enamora del chico nuevo y misterioso? 🌈 Enzo, un chico popular qu...