11: PIETRO

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Pasó una semana desde aquel incidente, ira, rabia, dolor de cabeza que te hace sentir como si estuvieras por desmayarte o incluso quedarte en el suelo hasta que tus músculos se tensen y llegues a sentir como se clavan púas sobre tu corazón. Mi cuerpo no estaba acostumbrado al ejercicio, puede ser quizás porque solamente soy un escritor intentando sobrevivir en este mundo de locos, o solamente necesitaba unas clases que me daban a pensar que puedo hacer cualquier cosa que me proponga.

El cuerpo de Amanda cayó al piso y gruñó al sentir el dolor sobre su espalda, me acerque a ella lo más pronto posible, mi pequeña silueta tapando la suya.

- De verdad debo seguir haciendo esto más seguido - Dije mientras reía, extendiendo mi mano.

- Bueno, has podido avanzar bastante en estos últimos días. Aunque es mejor que te tomes un descanso de esto y le empieces a tomar prioridad a otra cosa.

- ¿A qué te refieres? - Pregunté, frunciendo el ceño.

- Deberás comenzar con tus clases de magia para poder llegar a controlarla y saber cómo usarla. Aún así, es extraño ya que no sé quién te enseñará - Me dijo, cruzándose de brazos.

Ella y yo nos dimos la vuelta al sentir unos pasos aproximarse, la princesa Millicent iba al medio de los otros dos, tenía puesto un vestido lila que tapaba su cuerpo por completo y se sentía algo incómodo a la vista, a su izquierda estaba Azael, que siempre se encontraba con su armadura y su espada sobre su cintura. Yelena estaba sobre el otro extremo, su cabello rojo estaba recogido en una coleta, su camisa dejaba ver sus brazos y su cuello.

- Buen día Pietro, ¿cómo estás? - Me preguntó Millicent mientras le daba una reverencia.

- Todo muy bien por suerte su majestad, recién hemos finalizado la práctica de hoy. - Comente, dándole una pequeña sonrisa.

- Me da felicidad poder saber que te estás adaptando a tu nuevo hogar, Amanda me ha estado diciendo que tu entrenamiento va de maravillas, por lo que creo que es momento de pasar a la siguiente fase - Me dijo, mirando a Yelena por encima de su hombro - No hay nadie mejor en todo el mundo que te pueda guiar en tu magia como nuestra querida bruja. Ella te aconsejara en cada paso que debas tomar, se que esto puede llegar a ser algo confuso al principio y lo entendemos muy bien, todo bendecido a pasado por ese momento en el cual se siente perdido - Sus ojos verdes se suavizaron - Pero con la persona correcta a tu lado, esto solamente pasará rápido y podrás ver que en poco tiempo, todo mejorará.

Me sentí un poco mejor ante la sinceridad de la princesa, aunque todos los ojos estaban puestos sobre mí en las últimas semanas, las palabras de aliento que ella me dio calmaron mis nervios. Además, tener una persona profesional en aquel ámbito podría hacer las cosas más fáciles.

- Bueno, no queremos seguir molestandolos más tiempo del debido. Suerte, querido - dijo Amanda, pasando por mi lado para retirarse junto con Millicent y Azael.

- Sígueme - Yelena comenzó a caminar más adentro del bosque, el lugar estaba completamente poblado de pequeños pájaros hasta otros tipos de animales extraños que no podía llegar a descifrar sus nombres.

En el medio del bosque, se encontraba un árbol inmenso, sus hojas de un color verde claro que cubrían la mayor parte de arriba. El tronco llegaba hasta al suelo, el cual tenia un aspecto de color blanco sobre la gran mayoria, sobre sus ramas colgaban pequeños tenues de luz que brillaban con fuerza y le daban vida a aquel jardin.

- Ese es el árbol de la vida, como dice su nombre es el que le da vida a nuestros poderes. Es nuestra comunicación con los dioses, podemos comunicarnos con el nuestro a través de aquellas cálidas iluminaciones que cuelgan. Si llegáramos a perder esta reliquia, el reino podría llegar a estar en peligro de perecer por el resto de los siglos - Explicó mientras lo señalaba - Por cierto, ¿has leído algún libro de magia o la historia de los bendecidos?

- Siendo sincero, no he podido acercarme a la biblioteca aún. Creo que los entrenamientos me han mantenido muy ocupado - respondí apenado.

- Entonces te diré la verdad, tus prácticas conmigo no serán lo mismo que las que has tenido con ella. Esto trata acerca de conectar con tu niño interior, trabajar para sanar aquellas heridas profundas del corazón, tu deber es poder aprender a tu pasado y darle importancia a tu presente - Me quedé en silencio, la escuche atentamente y las preguntas fueron apareciendo - El poder de cualquier bendecido viene de la antepasada más poderosa, hace muchos siglos una persona con estas habilidades era llamada Leitovura, no se trataba como alguien que había sido iluminado, sino que era un maldecido, un verdadero infierno sobre la tierra. Puedes llegar a encontrar más información en la biblioteca, pero si lo deseas puedes hacerle preguntas a la princesa.

Ambos llegamos al centro de una parte del bosque, alejado de todo y de todos, nos sentamos sobre el suelo y la observé en silencio.

- Cierra tus ojos, deja que las preguntas que tienes se esfumen y los recuerdos aparezcan. Puede llegar a suceder que en algún momento esas escenas aparecen de repente, no te asustes y déjalas entrar - Murmuró. Tome una respiración profunda e intente calmar los latidos de mi corazón, sentí como una pequeña rafaga de viento golpeaba mi rostro - Ahora, piensa en una esfera alrededor de tu cuerpo, puede ser de cualquier color que desees - Hice lo que me pidió, visualizando una esfera de color verde, sentia tanta calma que podria llegar a dormirme - No te asustes, respira y abre los ojos.

Confundido por sus palabras abrí mis ojos lentamente, mi respiración se entrecorto cuando me di cuenta de que mi cuerpo se había levantado del suelo, estaba levitando. Yelena sonrió, ella estaba haciendo lo mismo, un destello sobre sus ojos y una mirada de orgullo.

- Te felicito por lograrlo a la primera, deberás tener mucha paciencia en este ámbito - dijo, guiñandome un ojo.

𝐂𝐎𝐑𝐎𝐍𝐀 𝐇𝐄𝐂𝐇𝐈𝒁𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora