Las risas se impregnaban en el reino de Edhem, las voces de los hombres cantando a todo pulmón golpeaban las paredes y la música los acompañaba. Era una noche de otoño, la cual se notaba que era una de las últimas de la estación, las temperaturas comenzaron a bajar cada vez más, como si el invierno que se aproximaba no fuese severo.
En algunos extremos del comedor habían parejas teniendo un momento íntimo, sentados sobre los sillones o en otras posiciones que realmente no podían encontrarse de una forma cómoda.
Sentado, Bastian tenía su mirada puesta sobre la copa de vidrio llena de vino, admirando como aquel líquido espeso podía hacer desear a cualquier ser humano de aquella sequedad. El Rey Vinter miraba a su hijo cada tanto en silencio, con un pequeño ceño grabado sobre su frente, algo confundido ante el silencio que persistía en él.
- ¿Qué te pasa? - preguntó su padre, acomodándose sobre su asiento y poniendo toda su atención en su hijo.
- No es nada importante majestad, solo son demasiadas cosas en mi cabeza. Creo que todavía no puedo creer que seré su esposo, todo está sucediendo muy rápido
Mintió, decidiendo guardarse lo que sucedía en su mente antes de volver a humillarse frente a su padre una vez más, Vinter soltó una pequeña risa y le dio unas cuantas palmadas en su espalda para darle una pequeña muestra de su apoyo.
- Todo saldrá bien, convertirás dos reinos en uno y toda la gente del pueblo te va a respetar. Tus hijos tendrán tu apellido y reinaran en tu recuerdo, todos recordaran lo que habrá sido tu vida usando la corona, y serás recordado como una leyenda -
El príncipe le dedicó una pequeña sonrisa a su madre, lo suficiente para que no volviera a interrogarlo y volviera su charla con los invitados. Por alguna extraña razón, sentía un mal presentimiento aquella noche, y cuando las puertas del comedor se abrieron, todo tuvo una justificación.
Uno de los guardias que custodiaban el castillo entró deteniendo la hemorragia de su abdomen, logrando que la sangre manchara la palma de su mano y cayera al piso, sus ojos oscuros estaban llenos de horror ante una escena que había vivido unos momentos atrás, y el shock sobre su cuerpo que lo detenía de volver a su trabajo. Vinter fue el primero que lo notó, se levantó del asiento y se acercó a él, pidiendo una respuesta con su mirada.
- Nos han atacado mi señor, acaban de asesinar a varios de nuestros guardias y no hay ningún rastro cerca de algunos de ellos.
El rey salió del comedor sin decir una palabra, quien sea que deseaba empezar una guerra con ellos, la tendría. Varios reyes pasaron por su mente, tal vez uno del continente de al lado o incluso otro más cerca, e incluso se podría intentar de Stefan, aunque era una de sus últimas opciones, ambos eran muy buenos aliados.
La imagen enfrente de él era aterradora, incluso para un general que había estado en la guerra millones de veces, aquella pila de cuerpos uno encima de otros con sus pechos abiertos dejando sobresalir unas ramas de plantas con un ligero brillo amarillo sobre las puntas, ese color tan vivo era muy caracteristico del jardin de Zyra, no podia ser cierto, debia estar en un sueño. No hubo tiempo para que una lágrima cayera por su mejilla o lamentarse de la muerte de sus hombres, solo dejaba nacer la ira dentro de su cuerpo y dejarla esparcirse junto con la sangre. Se acercó a uno de los guardias que seguía con vida y dio una orden en su oído, dejando un pequeño suspenso para cualquiera que lo estuviera viendo.
- Padre, ¿qué vas a hacer con todo esto? - preguntó Bastian mientras terminaba de acercarse.
- Quiero que recuerdes muy bien lo que sucederá en la mañana mi león, el dia que tu gobiernes y alguien quiera poner a prueba tu paciencia, siempre debes atacar por el lugar donde jamás pensaran que lo harás, sus seres más queridos
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𝐂𝐎𝐑𝐎𝐍𝐀 𝐇𝐄𝐂𝐇𝐈𝒁𝐀𝐃𝐀
FantasyACTO UNO Pietro es un escritor mediocre del pueblo Aarush. Sin saber, una oportunidad llega a su puerta, algo que le cambiaría completamente la vida. Zyra, un reino con una maldición, y él, que debería entrar a conocer a sus gobernantes. ¿Podrá co...