Campamento Militar

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Jared POV

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Jared POV.
Junio 26, 1973.
Fueras de Londres.

Como era de esperarse, desperté al día siguiente recostado en la cama que usaba en la cabaña durante mi estadía en el campamento militar.

Hice el intento de levantarme, pero un par de manos en mía hombros de lo negaron haciendo que volviera a acostarme en mi cama. Me di cuenta que mis compañeros de cabaña estaban a mi alrededor, algunos parecían recién duchados.

—Que gran susto el qué nos estabas dando, tardaste doce horas en despertar.— El chico pelirrojo qué recordaba que se habia acercado a mi, fue quien hablo primero.

Aún algo confundido y con un poco de notable sueño, mire a todos lados tratando de entender que me había sucedido y parecía que todos estaban atentos a cualquier mínimo movimiento qué llegase a hacer.

—Sí no es molestia, ¿porqué sigo acostado?— Tome el valor de preguntar el tan extraño comportamiento de los años mayores.

Más de uno se removió incomodo en su asiento, ¿Andrew? Fue quien tomó la iniciativa para informarme sobre mi situación.

—El doctor del campamento te diagnóstico con gripe, cree que pudo ser debido al estrés de la escuela. Recomendó qué te quedarás en cama por lo menos tres días.— Parpadee varias veces debido a la sorpresa de haberme enfermado por estrés.

Hice el intento de sentirme en la cama y volvi a ser recostado con cuidado por dos pares de manos. Suspire frustrado, eso de estar acostado sin hacer nada por tres días no se escuchaba muy llamativo qué digamos.

—El entrenador nos ordeno qué no te dejáramos levantarte de cama, y que si lo hacías, cuando te recuperaras, te haría limpiar los baldosas de las duchas con un cepillo de dientes.— Anunció otro chico que estaba hasta atrás de los demás, de solo imaginar eso me dio escalofríos.

Así que simplemente me hundí más en la cama donde estaba, por la luz qué entraba por las ventanas del lugar y como los años mayores estaban tan tranquilo aquí a mi alrededor, podía suponer que era la hora de comida.

Suspire pesadamente estando aún recostado en la cama donde estaba y mirando en total silencio, como los demás adolescentes –verdaderos– jugaban a empujarse y golpearse entre sí.

Sin poder evitarlo, puse mis ojos en blanco por unos instantes dejando mostrar a los demás mi irritación y aburrimiento estando aquí recostado y sin hacer nada como si fuera un inválido.

—¿Dónde está mi comida?— Pregunté de una vez llamando la atención de todos y haciendo que dejaran de hacer lo que hacían.

Entonces más de uno perdió el color de su rostro, al darse cuenta que ninguno de ellos había pensado en la posibilidad de traerme algo de comer desde los quince minutos qué había despertado.

CIRCLES    |    James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora