Querido diario:
Soy Jared Hazel Evans.
Hoy junto a mi melliza Lily, he recibido una carta para asistir a Hogwarts. ¡Severus también irá!
Creó que este día podría ser el inicio de muchas aventuras, risas y buenos momentos.
-Jared. H. Evans.
Pd: Prime...
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Jared pov. Junio 30, 1972. Calle Magnolia.
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Finalmente habían llegado las vacaciones de fin de mi primer año en Hogwarts, al principio había ido bien.
Pero todo se arruinó el día en que Potter decidió empezar a burlarse de mi y mi rostro, suspiré pesadamente al recordar todo lo malo donde él estuvo involucrado.
—Wow, ese fue un largo suspiró.— La voz de mi madre me hizo volver a la realidad.
Al parecer había estado mucho tiempo en silencio y mirando mi almuerzo como si algo estuviera mal con el, mire alrededor de la mesa.
Mis padres me miraban preocupados al igual que Lily y Petunia, debia admitir que me sorprendía ver a Tuney preocupada por mi, cuando a principios de vacaciones solo me había ignorado.
—¿Soy bonito, familia?— Pregunté confundido, mientras hacía a un lado el plato con mi almuerzo.
Pude ver como mi hermana mayor abría un poco su boca con sorpresa y fruncia sus cejas de manera muy marcada.
—¡Qué tonterías, Haz! ¡Ven papás! ¡Les dije que no debíamos dejarlo ir! ¡Lo han molestado!— Los reclamos de Petunia fueron el inicio de un leve alboroto en el comedor.
Papá y mamá dejaron a un lado sus cubiertos, mientras asentían a las palabras de Tuney. Lily sólo estaba acariciando mi brazo derecho, sabiendo de donde venía esa pregunta.
—Haz, hijo. ¿Tuney tiene razón? ¿Te estuvieron molestando en esa escuela?— Solo pude mirar de mis padres hacia mi hermana y viceversa, estando en total silencio.
Al parecer no habían necesidad de palabras por parte mía, ya que mi silencio había dado entender rápidamente la verdad.
—Lily, ¿qué tan grave fue?— Ahora se estaban dirigiendo a mi melliza, sabiendo que no seria capaz de delatar a nadie.
Mi hermana pareció dudar en hablar, pero se rindió al saber que era necesario que ella hablará a comparación de mi.
—Al principio solo eran imitaciones, luego fueron burlas y luego empezó a acosarlo junto a sus amigos.— Ante las palabras de Lily, nuestra familia soltó jadeos de sorpresa.
—Debiste darles una patada en la espinilla como te enseñe.— Petunia me regaño, aún recordaba como me había enseñado partes del cuerpo que dolían al ser golpeadas.
