Querido diario:
Soy Jared Hazel Evans.
Hoy junto a mi melliza Lily, he recibido una carta para asistir a Hogwarts. ¡Severus también irá!
Creó que este día podría ser el inicio de muchas aventuras, risas y buenos momentos.
-Jared. H. Evans.
Pd: Prime...
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Omnisciente pov. FuerasdeLondres. 06:30 a.m., Junio 26, 1972. Campamento Militar MMA.
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Jared Evans, de doce años. Estaba en pleno casi desarrollo para ser un adolescente fuerte y guapo.
Pero claramente, siempre había un tercero que quería adelantar ese desarrollo y por eso mismo, nuestro querido protagonista se encontraba en un campamento militar rodeado de niños más grandes que él y, en las afueras de Londres.
Sí, el menor de los Evans tenía una suerte para meterse en lugares peligrosos con mucha facilidad y sin querer.
Derecho, con el uniforme que le habían dado al llegar, estaba haciendo fila. La ropa era como la de un militar entrenando, camuflajeada y lo suficientemente ligera para hacer los ejercicios.
El entrenador pasaba entre las filas mirando el más mínimo detalle sobre el uso y limpieza del uniforme que todos traían puestos.
Jared casi no podía sentir su espalda de lo derecho que estaba y sin moverse, definitivamente odiaba los deportes. Pero haría un sacrificio por esto.
—Nombre y edad, niño.— La voz del entrenador se escuchó delante de Haz, quien salió de su disociación.
Paso saliva tomando valor y encontrando su voz, a pesar de que estaba jodidamente asustado por estar en un lugar desconocido y chicos mucho más mayores que él.
—Jared Evans, señor. 12 años, señor.— Fue un alivio para el menor de todos los adolescentes, el que su voz saliera sin tartamudear y firme.
Las cejas canosas del entrenador se fruncieron confuso, en todos sus años en el campamento militar nunca había visto que mandaran a un niño tan pequeño.
El entrenador Miller pudo ver pequeñas risillas de burla en los jóvenes más grandes que Evans.
—¿Por qué estás aquí, niño?— Haz pudo sentir como la poca valentía que había logrado juntar se esfumaba.
Aún así, inhalo manteniendo la calma delante de tantos adolescentes y el adulto frente suyo.
—Para poder denferme de mis acosadores, señor.— Tuvo que ser sincero en su motivo, sabía que un campamento militar era como una guía de lo que era la milicia.
Las burlas de los adolescentes y adultos jóvenes se detuvieron ante las palabras del niño, el entrenador Miller entre cerró sus ojos.
