Querido diario:
Soy Jared Hazel Evans.
Hoy junto a mi melliza Lily, he recibido una carta para asistir a Hogwarts. ¡Severus también irá!
Creó que este día podría ser el inicio de muchas aventuras, risas y buenos momentos.
-Jared. H. Evans.
Pd: Prime...
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Jared pov. Octubre 20, 1972. Sala Común Slytherin.
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Estaba en la mesa de estudio que había en la sala común, a mi izquierda estaban los tres niños de primer año al cuidado de Sev y mío.
Hace algunos minutos Severus se había ido a la habitación a tomar una siesta después de semanas de estar en alerta para que no volviera a caer en una broma de mal gusto.
Leía los apuntes de Runas que me había dado un quinto año de apellido Dolohov, había prometido traerme chocolate amargo de la próxima salida a Homsdage que tuvieran, y claramente acepte.
Mordía la uña de de mi pulgar derecho, mirando con detenimiento las diferentes tipos de runa que había para protección. Al parecer la tarea de Dolohov se trataba de poner la función y significado correcto de cada runa.
Que suerte había sido la mía el haber leído desde el primer cuales eran las diferentes Runas existentes en el mundo mágico.
—Haz.— La voz de Regulus llamo mi atención, dándole una última mirada al pergamino voltée a verlo.
—¿Qué sucede, Reg?— Pregunté al menor, quien parecía un poco incomodo y miraba con duda hacia Crouch y Rosier.
Durante las últimas semanas había aprendido algunas pocas cosas, como que Crouch era un amante de romper estereotipos y que Rosier se dejaba guiar por lo que decía Malfoy.
Así que ambos dejaban un poco al lado el hecho que era nacido de muggles, a excepción de Reg quien seguía firmemente las creencias de sus padres, según palabras de Narcissa.
—Sea lo que sea, suéltalo Reg o no podré ayudarte.— Eso parecio alentar al Black a hablar.
—¿Podrías ir por Severus? Necesito ayuda para mi tarea de Pociones.— Pidió amablemente, mientras jugaba con su tintero tapado.
Parpadee varias veces, debía admitir que estaba algo sorprendido por la petición del niño, ya que las anteriores veces que Sev o yo le ofreciamos ayuda, se negaba firmemente y de una manera orgullosa.
—Sí, claro. Espera aquí.— De manera automática me levante de mi asiento para ir hacia el pasillo que daba a las habitaciones de los chicos.
Seguía en estado de shock, ya que de alguna manera logre llegar a la habitación y sin tropezar durante el camino. Me acerqué a la habitación donde Sev dormía tranquilo y con un libro en el rostro.
