O1O

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O1O: Poema de lágrimas.

O1O: Poema de lágrimas

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Jared's pov.
Gran Comedor.
Febrero 14, 1972.



San Valentín había llegado finalmente a Hogwarts, la verdad no estaba demasiado interesado en esta festividad más que por los chocolates.

Casi podía saborear los chocolates que Lily llegaria a recibir y me daría a mi por ser intolerante a la lactosa, casi podía reírme al imaginar la cara de los niños al ver que mi hermana me daba todos sus chocolates.

—Por la manera en que te ries y el día que es. Esperas recibir los dulces que le den a Lily.— Habló Severus a mi lado, mirandome  como si nunca nos hubiéramos visto.

—Por supuesto que espero eso. Te daré los que no sean amargos.— Intente negociar con Sev, quien me miro no muy convencido.

Hice un puchero ante la mirada de mi mejor amigo, quien simplemente se rió y asintió rendido ante mí, sonreí arrogante al poder convencer a Sev.

—Ah, mis Slytherin de primer año favoritos.— La voz del Prefecto Malfoy sonó detrás nuestro, haciendo que Sev y yo voltearamos sorprendidos.

Aún recordaba como habíamos ganado algo de respeto Sev y yo, debido a Pociones y Runas. Aún me pedían que tradujera algunas poemas y a Severus que les ayudará con los procedimientos de algunas Pociones.

Mi garganta seguía algo resentida por lo sucedido hace algunos meses. Me daba escalofríos el recordar el té de limón y miel que me dio mamá durante las vacaciones.

—Esto es para ustedes, como recompensa de ser buenos estudiantes.— Nos tendió dos tablas de chocolate el Prefecto Malfoy, parpadee varias veces mirando la etiqueta.

—Oh, muchas gracias, Prefecto.— Agradeci por Severus y yo, empecé a quitar la envoltura del chocolate que me habían dado.

—Pueden decirme Lucius, ¿puedo decirles Jared y Severus?— Ante la pregunta del Prefecto, Sev y yo volteamos a vernos.

Entre cerré mis ojos hacia Severus, quien alzó una ceja cuestionandome y al final ambos suspiramos para voltear a ver a Lucius Malfoy.

—Claro, Lucius.— Respondi con una leve sonrisa, el mayor asintió satisfecho para después alejarse de nosotros e ir con sus amigos.

Seguimos mi mejor amigo y disfrutando del chocolate que Lucius nos habia dado, no era amargo el mío, pero podía hacer una excepción porque el mayor no me conocía.

Seguimos disfrutando de nuestro dulce durante un buen momentos, mientras mirábamos como muchos años mayores de nuestra casa y otras le regalaban chocolates a las chicas y viceversa.

CIRCLES    |    James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora