Uno.

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Como todas las semanas, mi día comenzaba bastante ajetreado partiendo a las 8:00 AM, era mi primera clase del día por lo tanto siendo las 7:30 minutos salía desde el departamento en el centro de Tokio para ir a la universidad.

- ¡De nuevo no tomarás desayuno! -Compartía departamento con mis dos mejores amigos, una de ellos era Ieiri y el otro era Nanami, dos personalidades totalmente opuestas por no decir tres personalidades si no contamos conmigo-

- ¡Me compro algo después! ¡No te preocupes tanto por mí! -le di un pequeño abrazo a mi castaña amiga que me miraba con cara de pocos amigos-

-Siempre dices lo mismo __________ Hattori, estas casi en los huesos... -la interrumpí-

-Ya Ieiri no exageres, ni mi madre se preocupa tanto por mi

-Me ofende que digas eso, soy tu mejor amiga y me preocupo por ti y además como estudiante de medicina mi deber es velar por la salud de todos y cada... -la volví a interrumpir-

-...uno de tus pacientes, lo sé, yo también te quiero –le di una sonrisa y besé su mejilla para luego salir rápidamente por la puerta. Había días en los que podía darme el privilegio de salir a las 7:50 porque con ieiri coincidíamos con los horarios matutinos de la universidad, creo que esos eran los únicos momentos en donde no la escuchaba quejarse porque yo no tomaba desayuno, si supiera que a veces tampoco alcanzo a almorzar.

Como siempre había llegado puntual, ya había muchos estudiantes pues muchos comenzaban la jornada de clases temprano, cuando llegué al salón había sólo dos compañeros, uno de ellos era Suguru Geto, estudiante de tercer año que se había retrasado un año con esta asignatura, ambos estudiábamos Ingeniería Industrial, siempre pensé que era un chico antipático, pero es todo lo contrario, de hecho, de este curso es con el único que me llevo bien.

- ¡Buenos días por la mañana! -Dije sentándome a su lado, estaba sentado justo en medio del salón de clases. El me regalo una sonrisa y me devolvió el saludo, de pronto mi estomago rugió ferozmente.

-Creo que alguien tiene hambre -sonreí mientras me tomaba el estómago abrazando mi vientre, tenía mucha hambre. Lo vi buscar algo en su mochila, sacó una manzana –Ten, la necesitas más que yo.

-Gracias. -La tomé y le di un mordisco, estaba deliciosa. Trate de comérmela toda antes de que apareciera el profesor y así fue, me levanté de mi asiento sólo a tirar a la basura el cuesco que había dejado, con eso podría sobrevivir durante la mañana.

La clase transcurrió normal, ejercicios y más ejercicios, nada del otro mundo ya que así era esta carrera. Guardé todas mis cosas y salí junto a Suguru al patio.

-Te invito a tomar desayuno -mencionó mientras terminaba de cerrar su mochila y la acomodaba en su hombro izquierdo-

-Está bien, ya que me debes un desayuno -sonreí.

-Por eso mismo lo ofrecí -me devolvió la sonrisa y comenzamos a caminar juntos por el pasillo del aula para llegar a lo que era la cafetería. De pronto todo fue interrumpido por la voz masculina de alguien que llamaba a mi acompañante.

- ¡Por fin te encuentro Suguru! ¡Necesito tu ayuda! -apareció corriendo frente a nosotros y tomó a su amigo por los hombros ignorando completamente mi presencia-

-Satoru no seas mal educado –Suguru se alejó de él, el chico de pelo blanco me miró de reojo bajo sus lentes oscuros. Satoru Gojo, estudiaba lo mismo que yo, iba en tercer año igual que Suguru sólo que este era popular por su reputación entre las mujeres. Chico popular de cabello blanco con ojos azules que su presencia no pasa desapercibida en ningún lado, era el mejor amigo de Geto.

Trato equivocado | Satoru Gojo jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora