Quince.

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Suguru pasó por mi cerca de las ocho de la noche, no usaría un traje típico porque no tenía, pero él si vestía un yukata de color azul y se veía muy diferente a como estaba acostumbrada a verlo diariamente.

-Voy a desentonar contigo así vestido –Dije mirando nuevamente mi atuendo ya que llevaba unos pantalones negros holgados de pata ancha junto a unos tenis de color blanco con plataforma y encima un top color blanco junto a una chaqueta de color oscuro-

-No seas boba, te ves bien. Vamos -Asentí y caminamos desde el departamento hasta el lugar que sería el festival. Había mucha gente disfrutando de este, había muchos puestos de comida y juegos. Era maravilloso. Suguru estaba hablando por teléfono, pero cortó la llamada rápidamente -Satoru ya llegó, está esperando a Utahime en los baños-

- ¿Qué es ella de él? -pregunté de pronto, no pude ocultar mi curiosidad-

-Otra de sus conquistas –dijo Suguru tranquilamente mientras se encogía de hombros-

-No va a cambiar nunca -mencioné tratando de no sonar tan desanimada a lo que estaba mencionando. Era un hecho de que Satoru Gojo es un Don Juan y yo siempre lo había sabido, no era un secreto, sin embargo, en estos momentos era algo que simplemente me estaba costando un poco aceptar.

De lejos pude ver su cabello blanco, iba sin sus gafas oscuras de siempre, vestía ropa normal por el contrario su acompañante llevaba un yukata color blanco con rojo, la observé con detenimiento su rostro tenía una cicatriz, pero eso no le quitaba lo hermosa, no podía no reconocerlo porque estaría mintiendo.

- ¡Hola! -Dijo ella alegremente mientras ambos se acercaban a nosotros- Tu tampoco viniste de forma tradicional –me habló directamente a mi-

-Mmmm no, no tengo uno. Quiero ir a jugar algo –dije cambiando de tema-

-Pues entonces vamos –dijo mi amigo pelinegro, ambos caminábamos juntos mientras los otros dos nos seguían detrás. Llegamos a un puesto en donde debíamos disparar cinco tiros a unas latas de refresco vacías - ¿Estás segura que no quieres que yo lo haga? -Preguntó Suguru, levanté una ceja-

- ¿No confías en mis habilidades? ¿Me estás desafiando? -Él levantó ambas manos-

-Lo siento –Luego de eso tomé el arma con los balines ya cargados, que valgan la pena todos los documentales de policías que he visto. Respiré profundo mientras apuntaba a las latas tomando con mi mano derecha el arma y la mano izquierda sostenía mi muñeca para tener un mayor dominio y control de este. Primer disparo, directo al blanco, segundo, tercero, cuarto y quinto disparo llegaron al objetivo. La señora que atendía en el local hizo sonar una campana anunciando mi triunfo dándome a escoger los premios. Escogí un peluche grande de pingüino.

- ¡Vaya! ¿Hay algo que no hagas bien? -preguntó Suguru con sorpresa-

-Peinarme –Ambos reímos mientras yo sostenía mi enorme peluche-

- ¡Yo también quiero un peluche! -Utahime, la acompañante de Satoru lo miró impaciente-

-Tienes que conseguírtelo sola, yo sólo pagaré -Dijo de forma arisca dándole el dinero a la mujer del puesto. La muchacha se preparó con la pistola, pero sólo le dio a una sola lata. La señora del pequeño local le dio un premio de consuelo, una paleta de sabor. Satoru comenzó a reír, yo estuve a punto de tirarle mi peluche por la cabeza por su crueldad.

- ¡No hay nada para Utahime! -Comentó aun riendo, la muchacha le dio un golpe en el hombro molesta-

-Okay, okay, lo siento –se disculpó, pero seguía con una sonrisa en el rostro. Luego de unas horas en el festival decidimos irnos a sentar en una de las bancas porque ya estábamos cansados de tanto caminar, recién íbamos en la mitad del recorrido ya que a mí me gustaba visitar cada uno de los puestos de artesanía.

Trato equivocado | Satoru Gojo jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora