Catorce.

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Nuestro último día en el lago, me quedé despierta hasta tan tarde que no recuerdo exactamente la hora en la que me quedé dormida. Cuando desperté el sol estaba en pleno apogeo ya que iluminaba completamente la pieza en donde estaba. Mientras miraba el techo aún acostado pensé en lo de anoche y una cosquilla se hizo presente en mi estómago, inmediatamente negué con la cabeza. ¿Qué había ocurrido? Bueno, no había ocurrido nada trascendental en mi vida, sin embargo, el hecho de que Satoru y yo nos podríamos haber besado me hacía pensar más de lo que debería o simplemente es algo que mi cabeza está inventando ¿realmente nos habríamos besado? ¿qué quiso decir con ''qué me estás haciendo''? Si no aclaraba mis pensamientos mi cabeza de pronto estallaría.

La puerta de la habitación se abrió de par en par, de un brinco me senté sobre la cama.

- ¡Buenos días bella durmiente! -Ieiri entró a mi habitación dando pequeños brincos mientras se acercaba a mi cama- Estoy demasiado feliz... -susurro cerca de mi oído, sus ojos brillaban como nunca-

- ¿Qué pasó? -pregunté, ella tomó mis manos y sonrió ampliamente-

-Nanami y yo nos besamos -miró hacía la puerta para corroborar que nadie la estaba oyendo. Me quedé en shock, no había sido la única perdiendo el tiempo anoche- ¿No dirás nada? -frunció el ceño al ver mi reacción, inmediatamente cambie mi postura corporal y la abrace-

-Me alegra mucho, sólo te diré una cosa: no lo hagas sufrir o te mato, aunque seas mi mejor amiga sabes que él también lo es –ella me dio un pequeño golpe en el brazo, pero inmediatamente se retractó-

-Por supuesto que no lo haré sufrir, ni él a mí. Lo tenía al frente todo este tiempo y no me había dado cuenta.

-Pues vaya que si te tardaste, hasta yo lo sabía.

- ¿Por qué no me lo habías dicho? -protesto-

-Porque no tenía que meterme ponte tú, tu sabes lo reservado que es Nanami. Además, cuando estabas en esa ''relación extraña'' con Satoru ¿por qué crees que él se fue de la casa un tiempo? -Me dio algo en el estómago cuando recordé a mi mejor amiga con Satoru, en ese momento para mí no significaba nada, ahora sería distinto-

-Pobre mi pochi pochi -interrumpió mis pensamientos, no pude evitar colocar cara de asco ante tal expresión-

-Por favor Ieiri te lo suplico no le digas así frente a mí, por favor compórtense con normalidad cuando estén conmigo –Le rogué-

-A nanami no le gusta que lo llame por sobrenombres, pero como soy yo me lo perdona –se levantó de la cama en dirección a la puerta de la habitación- Ya levántate, no sé por qué aún estás acostada, el almuerzo ya estará listo.

- ¿Cómo que él almuerzo? ¿Qué hora es?

-Las 13:00 p.m. te esperamos abajo.

Rápidamente me levanté en dirección al baño para asearme antes de bajar. Me cambié el pijama y bajé las escaleras corriendo, Suguru iba con tres platos servidos en la mano, tomé uno para ayudarlo.

- ¡Buenos días! -Dije saludándolos a todos-

-Buenas tardes diría yo –bromeo Suguru mientras todos nos sentábamos alrededor de la mesa- ¿Por qué dormiste tanto? -preguntó-

-Sólo estaba algo cansada -Comenté mientras miraba de reojo a Satoru, él ni siquiera me había visto porque estaba concentradísimo en su plato de comida. Tomé un poco de ensalada mientras suspiraba algo desanimada.

El día pasó rápido, a las seis de la tarde ya teníamos todo ordenado y listo para irnos devuelta a la ciudad. En todo el día Satoru se la pasó ignorando mi presencia, sin embargo, intenté no tomar tanta atención a esas acciones, estaba disfrutando con mis amigos este maravilloso fin de semana.

Llegamos a Tokio en aproximadamente una hora de viaje en auto, antes de irnos sólo me despedí de Suguru ya que Satoru se había subido inmediatamente a su auto. Al llegar al departamento lo primeros que hicimos fue poner a lavar la ropa, no habíamos ensuciado tanto, pero éramos tres personas por lo que era inevitable que se acumule ropa sucia. Y así se terminaba un fin de semana que quedaría siempre guardado en mis recuerdos.

Dos semanas después...

El primer semestre estaba terminando, era época de exámenes y todos estábamos muy ocupados y pendientes de eso, en sacar buenas calificaciones. Después de que regresamos de la casa del lago la presencia de Satoru en mi vida había disminuido rotundamente, me había podido dar cuenta de que era él, el que trataba de mantener la distancia conmigo, traté de no darle tantas vueltas al asunto porque tenía cosas más importantes de las que preocuparme, sin embargo, no podía evitarlo porque si me afectaba, me sentía desanimada. Ieiri se había dado cuenta de la baja en mi estado de ánimo, pero la convencí de que sólo era por los exámenes finales y pareció creerme.

Me encontraba en el patio de la universidad junto a Suguru viendo los resultados finales en el gran diario mural que siempre ponían con cada uno de los nombres de los estudiantes de la facultad y el año correspondiente con todas las notas de cada curso y examen.

-Gracias al cielo pasé todo –dijo casi en un suspiro- ¿Cómo te fue a ti?

-También pasé todo -comenté feliz- espero que a Ieiri y Nanami también les haya ido bien –de pronto mi sonrisa se esfumó al ver a Satoru acercarse a nosotros o más bien a su mejor amigo que lo saludaba con una mano en alto, pero no venía solo, una chica castaña casi de mi estatura venía junto a él. Se puso a revisar también el diario mural mientras buscaba su nombre, yo ya sabía que había pasado todo pues Gojo estaba antes que Hattori.

-Me fue bien -comentó mirando a Suguru mientras lo abrazaba con un brazo por los hombros- ¿Vienes a mi casa? -le preguntó-

-Íbamos a pasar la tarde juntos toru -mencionó la muchacha a su lado mientras se colgaba de uno de sus brazos. ¿Toru? Me contuve en rodar los ojos.

-Con __________ queríamos ir al festival por la noche -mencionó Suguru- si quieren pueden ir con nosotros -miré con los ojos bien abiertos a mi amigo pelinegro mientras intentaba mentalmente cambiar esa idea de su cabeza-

-Oh no, con Utahime tenemos planeadas otras cosas -mencionó Satoru despreocupado, gracias a dios no había aceptado-

-¡Siiiii! -gritó la chica- ¡Por favor Toru vamos al festival! ¡Nunca me han llevado a uno! ¡Por favor, por favor, por favor! -Ella lo tironeaba levemente de la manga de su ropa como una niña pequeña, yo suplicaba mentalmente a que nuevamente se imponga a una respuesta negativa.

-Está bien –dijo de mala gana mientras trataba de soltarse del agarre de la muchacha-

- ¡Que! -dije, todos me miraron, pensé que lo había dicho sólo en mi cabeza- Que bueno, eso, que bueno -traté de sonar desapercibida, por primera vez después de mucho tiempo sentía la mirada de Satoru en mí, pero lo ignoré- ¿Nos vamos Suguru? Tengo que ir a cambiarme de ropa.

-Si, vamos. Nos vemos en la noche –Se despidió alegremente de su amigo mientras nos alejábamos del lugar. Estábamos a punto de salir de la universidad cuando recordé algo.

- ¿Me esperas dos segundos? Olvidé algo –Suguru sólo asintió y yo corrí hacia uno de los salones de clases para las inscripciones. Había un muchacho que estaba guardando sus cosas, pero levantó la vista al verme agitada entrar por la puerta- ¿Aún me puedo inscribir para el concurso de arte?

- ¡Claro! -Dijo con una sonrisa- Estaba por irme, pero aún quedan formularios. Rellénalo y estas dentro –Hice caso a lo que me dijo y rellené los papeles que me entregó. Luego volví con Suguru que estaba sentado en la entrada de la universidad esperándome, se puso de pie al verme.

-Te tardaste más de dos segundos -bromeó, observó como guardaba las hojas en mi mochila- ¿Qué es?

-Me inscribí en un concurso de artes –me encogí de hombros-

- ¿Artes? ¿De qué? -preguntó curioso-

-Acuarelas –me miró sorprendido- Pocas personas saben de esto, siéntete afortunado -sonreí para luego seguir caminando hasta la estación de metro.  

Trato equivocado | Satoru Gojo jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora