Una historia de amor situada en el año de 1439, durante la guerra de los cien años.
Cuando el recluta Styles se durmió por completo, el comandante Tomlinson lo acostó con delicadeza en el suelo y acarició sus rizos mientras admiraba su belleza, jamá...
Durante las primeras horas de viaje, Harry pudo reponer la energía que perdió la noche anterior, sin embargo, tuvo un sueño donde su padre lo motivaba y le agradecía el sacrificio que hacía por su familia. Despertó muy exaltado y Liam lo tranquilizó. Al medio día las carretas se detuvieron para que los reclutas pudieran comer y estirar las piernas, los chicos estaban relacionándose entre sí, contando anécdotas y miedos con respecto a la guerra, compartiendo comida y dándose ánimos, Harry no estaba prestando mucha atención, estaba pensando en su madre y en su hermana, hasta que escuchó el nombre del comandante Tomlinson en la conversación.
—...Y el comandante Tomlinson ordenó a sus soldados quemar varias casas del pueblo, muchas personas murieron ahí, incluyendo niños y mujeres, algunas embarazadas que no lograron salir a tiempo, fue realmente horrible ¿pueden creerlo? ¡y todo por negarle pasar la noche ahí! — Todos estaban sorprendidos al escuchar al recluta contar la historia, más lo estaba Harry ¿había entendido bien? —Yo había escuchado que el comandante Tomlinson secuestró al bebé de un poderoso feudal, y para devolverlo le pedía la mitad de sus tierras, pero él no creyó que Tomlinson hablara en serio así que no le dio nada, unos días después, el bebé fue entregado con vida de vuelta a los padres... pero sin ojos — Habló otro recluta. Harry se comenzó a sentir asqueado por lo que estaba escuchando, no quería creerlo. —Y eso sin contar las matanzas que hizo en las iglesias, torturando y desmembrando a los sacerdotes para que le dieran el dinero que tenían de las donaciones y diezmos — Dijo otro de los reclutas —Si la guerra no nos mata, él lo hará — Añadió. Harry se comenzó a asustar, ¿era posible que el hombre que le dio su saco y le ayudó a ponérselo, fuera un monstruo? Tenía miedo de verlo otra vez. Volvieron a subir a las carretas y continuaron su viaje.
El sol se terminó de ocultar y en cuanto la carreta se comenzó a detener, tomó a Liam del brazo para bajar a buscar un lugar discreto para dormir, no quería toparse al comandante, no podría verlo a los ojos de la misma manera. Liam sabía lo que estaba pasando, no era tonto, conocía al joven rizado desde antes que ambos pudieran caminar, pero no quiso presionar a su amigo a decir nada sin que estuviera listo. Harry estaba a punto de recostarse cuando escuchó que lo llamaban —¡Recluta Harold Edwar Styles! ¡¿Dónde mierda estás?! — Esa voz era del general Malik. Harry se enderezó —Aquí estoy, general Malik — Respondió intentando sonar con seguridad. La cara de Zayn se relajó cuando vio a Liam. —Recluta Styles, te toca hacer guardia — Dijo más tranquilo. Harry no entendía, pero no se animó a preguntar nada, solo asintió. —Liam, recluta Payne... — el general corrigió. —Te tocará hacer guardia también, conmigo — Liam sonrió —Entendido, general Malik — respondió Liam mientras tomaba la manta que Zayn le había dado la noche anterior, comenzaron a caminar hacia el norte y Harry comenzó a buscar al general Ed para comenzar la guardia.
Cuando lo encontró estaba subiendo al carruaje, Harry se apresuró a caminar. —General Sheeran, ya estoy aquí — Dijo el recluta con tranquilidad. El general se asomó por la puerta con cara confundida —Yo no pedí ningún servicio — respondió —¡Oh! ¿Es por la guardia? — Añadió. —Si señor, el general Malik me avisó que hoy me tocaría hacer guardia — Respondió Harry. —No te toca hacer guardia conmigo, el comandante Tomlinson pidió que hicieras guardia con él de nuevo — Harry estaba muy desconcertado, el general seguía hablando— Me imagino que hiciste un gran trabajo cuidando anoche recluta, nadie había hecho guardia dos veces seguidas aquí, felicidades — El chico comenzó a sentir miedo, no quería ver de nuevo a Louis. —Pero deberías ir a buscarlo, te estuvo esperando, pero se fue molesto porque no llegabas, se fue hacia el sur, y suerte recluta Styles, cuando está de mal humor puede ser muy duro — Harry le agradeció al general Sheeran y salió corriendo.
El camino estaba lleno de pasto alto y los grandes árboles hacían que la luz de la luna perdiera fuerza, a penas y podía ver en donde pisaba. Conforme avanzaba se sentía más perdido, no recordaba cuanto había caminado y se estaba empezando a asustar.
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—¿Comandante Tomlinson? — Dijo Harry muy suave cuando escuchó un ruido entre los árboles, pero nadie respondió. El chico continuó caminando unos metros más cuando se rindió, no podía caminar más hacia el sur o se perdería por completo. Tomó aire y suspiró, vio una gran roca al lado del caminó y se sentó en ella. No estuvo ahí ni un minuto cuando sintió una mano taparle la boca mientras el cuerpo detrás de él lo tiraba al suelo, cayó boca abajo lastimándose las rodillas.
—En cualquier momento puede llegar el enemigo y tomarnos por sorpresa, recluta — Esa voz... — y tú sentado en la roca más grande y llamativa que pudiste encontrar, ¿cómo puedes ser tan imbécil? — Louis se oía tan enojado que Harry no pudo evitar sollozar, recordando las historias que habían contado sobre él, estaba asustado. Louis se levantó y Harry giró su cuerpo boca arriba, el comandante pudo ver en el rostro de su recluta que algo estaba mal, Louis estiró su mano para que el chico la tomara, pero él no lo hizo, se levantó por su cuenta. El comandante se sintió rechazado y su enojo se elevó más.
—Ya tengo el lugar para la guardia — Dijo molesto. —Entendido, comandante Tomlinson — Respondió Harry, Louis pudo notar en su voz el miedo y se comenzó a preocupar. Caminaron unos metros arriba del camino y ahí entre los troncos de unos árboles caídos se quedaron.
Ambos sentados en el tronco del árbol, ninguno hablaba. Harry estaba viendo al cielo, podían verse unas cuantas estrellas entre las copas de los árboles. Louis volteó a verlo sin saber cómo iniciar una conversación.
—Traje un pan para compartir — Dijo Louis sacando a Harry de sus pensamientos. El chico volteó rápidamente a verlo, Louis le acercaba el pan que tenía en sus manos. Harry se quedó asombrado ante ese acto ¿ese era el mismo Louis que le quitó los ojos a un bebé?
—Comandante Tomlinson, gracias — Harry tomó la mitad del pan y mordió un pedazo... su sabor era increíble ¿era acaso hecho de...? —Pan de trigo — Dijo orgulloso Louis, casi como si pudiera leer los pensamientos del recluta. Harry solo había probado el pan de trigo una vez en su vida, un hombre que le debía dinero a su padre le había pagado con el valioso pan. —¡Es delicioso! ¿Dónde lo consiguió comandante? Esto vale mucho dinero, no tenía que compartirlo — Dijo Harry sonrojado.
—El rey nos manda pan de trigo cada cierto tiempo como muestra de agradecimiento para los generales y para mí, este era el último — Louis se sintió satisfecho al ver al recluta tan feliz. —Es maravilloso comandante, el mejor pan que he probado en mi vida, gracias — Sus ojos se encontraron y los segundos se volvieron minutos, no había nada más en el mundo, solo ellos dos bajo los pequeños rayos de luz que la luna brindaba.
