Capítulo 13

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Harry estaba listo para seguir con el entrenamiento, tomó su alabarda y junto con los demás reclutas comenzaron a trabajar. Cuando la luna estaba en lo más alto del cielo, decidieron que era momento de parar y volvieron al campamento. Algunos soldados dejaron a los reclutas entrar a sus cabañas, y lo demás simplemente se comenzaron a dormir en el suelo, Harry no quiso dormir ahí sabiendo que el soldado Simon lo podía ver, así que buscó su maleta y decidió irse un poco más lejos, caminó hasta llegar a la barda, desde ahí aun podía ver un poco de las cabañas de su tropa de infantería, se comenzó a acomodar entre los bloques de paja que estaban en el lugar, realmente estaba cansado. Acostado ahí, solo con sus pensamientos, se dio la libertad de llorar y dejar salir todo lo que se estaba guardando durante el día.

Le dolía todo el cuerpo, tenía hambre y el frio de la noche era muy intenso, pero nada de esto era comparado con el sufrimiento en su corazón, no solo Louis lo había lastimado, sino que el único recuerdo de su madre lo tenía el soldado Simon y no lo podría recuperar, se sentía realmente angustiado y solo en ese lugar.

Poco a poco Harry se comenzó a quedar dormido, el viento soplaba ligeramente en el rostro del recluta, pero eso no fue lo que lo despertó, lo levantó la sensación de una presencia observándolo. —No quise despertarte — Louis se encontraba parado frente a él. Harry tuvo que tallarse los ojos para corroborar que no estaba soñando, no podía creer que él estuviera ahí.

Es-está bien comandante... — Harry fue interrumpido. —Te dije que mientras estemos solos, me podrías llamar Louis — Dijo el castaño dejando a Harry confundido, ¿por qué él se estaba portando como si nada hubiera pasado? El joven rizado se cuestionó a sí mismo un poco molesto. —Louis, ¿Qué sucede? — Preguntó el chico luego de un rato de silencio. —Harry, necesito que entiendas qué frente a los demás soldados, no te puedo dar un trato diferente, eso solo te podría meter en problemas... — El comandante se inclinó para acariciar el ojo hinchado de Harry —En más problemas — El joven notó que su voz se oía con una genuina tristeza. —Tú me dejaste tirado ahí — Respondió el chico con su voz rota. —No había nada que pudiera hacer Harry, si te hubiera defendido, Simon hubiera buscado la manera de volverte a lastimar, se hubiera vuelto en un reto para él — Louis suspiró —He visto todo el daño que puede causar, incluso a los mismos soldados, no quiero eso para ti — El chico no respondió, Louis le limpió las lágrimas y se volvió a poner de pie. —Sé que esto te podrá animar un poco — El comandante sacó el sobrero de Harry de su bolso y se lo entregó, los ojos del joven se iluminaron, tomó el sobrero y se lo colocó en la cabeza. —Gracias, gracias, gracias — Dijo el chico, levantándose para abrazar a Louis con todas sus fuerzas. —Si que sabes disculparte — Añadió el Harry sin romper el abrazo. —No esta mal para ser la primera vez que lo hago — Dijo Louis riéndose. Harry se separó de él y lo miró a los ojos. —¿Es la primera vez que te disculpas? — Preguntó incrédulo. Louis se puso rojo y esa vista dejó a Harry cautivado. —Bueno, no recuerdo haberlo hecho antes — Dijo intentando mantener una postura seria, no podía demostrar sus sentimientos sin sentirse débil. 

Eso lo hace aún más especial Louis — Respondió Harry con dulzura. Louis le sonrió. —No quisiera, pero debo irme, necesitas descansar y mañana entrenaremos muy temprano — Dijo el comandante tomando la mano de Harry, dejando un beso en ella. El chico se sonrojó y le sonrió mostrando sus hoyuelos. —Lo entiendo Louis, nos vemos mañana a primera hora — Harry dudó si sería correcto volver a abrazar al comandante, pero lo hizo de todos modos, Louis respondió el abrazó como si lo estuviera esperando, se quedaron así unos minutos sintiendo el corazón acelerado del otro, entendiendo que los sentimientos de ambos eran correspondidos.

Se separaron y Louis le dio una última caricia al rostro del Harry antes de volver a su cabaña. Cuando el comandante se alejó y el chico lo perdió de vista, se volvió a acostar. La felicidad que sentía le quitó de encima el dolor y el cansancio del entrenamiento, esa noche, Harry durmió con una sonrisa en el rostro.

Para el chico no había marcha atrás, se estaba enamorando completamente del comandante y no se había puesto a pensar en las consecuencias de esto.

Louis por su parte, deseaba rechazar lo que comenzaba a sentir, porque lo hacía tener menos control de sus pensamientos y de sus emociones, pero negar sus sentimientos no harían que desaparecieran.

Llévame a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora