Capítulo 26

19 2 0
                                    


Harry se encontraba sentado junto a un árbol, mirando hacía donde estaba Louis con aquel hombre, brindando y riendo, no podía evitar sentirse mal. Él deseaba que el comandante estuviera así con él, disfrutando de su compañía, el chico quería que le tomara la mano y le dejara mil besos en la cara.

Los celos son algo que nunca había experimentado, todo esto era nuevo para él, ese beso con Louis fue el primero que había recibido, ese abrazo y esos besos en su mano, todo era nuevo y especial, pero tal vez para el comandante, no era así.

Por más que Harry estuviera viendo fijamente a Louis, este no le devolvía la mirada y eso lo estaba matando. Esa indiferencia y frialdad del hombre al que quería era insoportable.

Le dolía, le molestaba y lo enojaba estar en esta situación, Liam aun no regresaba y estaba ahí solo sin saber como iniciar una conversación con alguien. Y John, con el único que podría pasar el rato, le estaba prohibido cruzar palabra.

Mientras todos festejaban y se conocían, él se estaba levantando rendido, para irse a dormir de una vez, cuando el chico se levantó, chocó contra un soldado, tirando la botella que el otro traía.

—¿Necesitas otro ojo morado? — Harry levantó la mirada, sus rodillas temblaron al oír esa voz. —¿No te fue suficiente con la última vez? — Simon estaba delante de Harry con una mala cara. Harry dio un paso atrás cayendo sentado, de nuevo en el lugar donde estaba.

—Discúlpate y tráeme otra botella, pedazo de porquería — Los soldados que estaban alrededor se comenzaron a acercar, formando un círculo con Simon y Harry dentro. Simon sabía que como nuevos ahí, debían ganarse el respeto del lugar y aunque aun no estuviera totalmente recuperado, darle una paliza a Harry haría que los demás soldados le temieran.

Sería fácil, pensó

Harry estaba asustado, Liam no estaba ahí y sabía que Louis no se metería a ayudarlo. ¿Pero porque no lo ayudaría? ¿Será que Louis no lo quería? Porque Harry ya sentía que lo amaba.

El joven se levantó y Simon le dio un empujón, preparándose para golpearlo y dejarlo varias semanas sin poder moverse. Harry pudo ver a lo lejos como el comandante estaba mirándolo muy atento, pero en cuanto chocaron miradas, Louis le dio la espalda.

Ya era suficiente, no solo iba a dejar que fuera golpeado por Simon, otra vez, sino que enfrente a todas estas nuevas personas, Harry pasaría a ser el eslabón más bajo de todos y de ahí no podría salir.

El joven soldado se comenzó a enojar, y toda esa frustración la lanzó en forma de puñetazo directamente en la cara de Simon, quien no se lo esperaba. El chico lo hizo caer al suelo y estando ahí, no se lo pensó y se lazó sobre él para seguir golpeándolo en la cara y en la cabeza. Harry lanzaba puñetazos cada vez más rápido y con más fuerza, Simon ni siquiera tuvo oportunidad de levantarse. Los alaridos por parte de los soldados alrededor se hicieron presentes y cada vez más soldados se acercaban a ver la pelea.

—¡Styles! ¡Styles! ¡Styles! — Gritaban.

Cuando los nudillos de Harry se comenzaron a manchar de sangre un par de soldados lo apartaron de él. Simon se estaba ahogando con su sangre, tenía destrozada la nariz y el miedo en sus ojos era evidente. Rápidamente los soldados lo pusieron de pie y se lo llevaron para ayudar a detener su hemorragia. Harry estaba temblando por la adrenalina sin terminar de asimilar lo que acababa de pasar.

—¡Así se hace, Styles! — Gritó a lo lejos John, levantando una copa, brindando en su honor. Los demás soldados de Dover y de su batallón, lo empezaron a felicitar. Entre gritos y aplausos, Harry no sintió cuando se lo llevaron en donde unos soldados se encontraban tocando instrumentos, bailando y tomando. —Te lo mereces — Le dijo un soldado dándole una gran botella de licor al chico. Harry lo reconoció, era el cocinero de su batallón. El joven le sonrió y tomó de la botella sin parar hasta terminarla. Si a Louis no le interesaba estar con él, ¿cuál era el sentido de estar triste entonces? Hoy quería divertiste como los demás.

Harry bailaba, reía y bromeaba con los demás. Nunca se había sentido tan desenfrenado, tal vez era a esto a lo que refería el comandante cuando le dijo que el alcohol era lo único que los hacía sentirse menos miserables, pero aun sintiéndose tan libre, Harry se sentía tan vacío.

Le hacían falta unos brazos, unas manos y unos labios. Harry se detuvo en medio de su baile, y con el valor que el whisky le había dado, salió a buscar al comandante. Esta vez, le haría saber a Louis como le dañaba su indiferencia. Comenzó a caminar aturdido por el ruido de la música y de las conversaciones de los soldados. Caminó por unos minutos hasta que vio a la distancia a Louis despedirse del aquel hombre, antes de entrar a una cabaña. El chico esperó hasta que el hombre estuviera lo suficientemente alejado para que no lo viera entrar al lugar donde el comandante estaba.

Se acercó tambaleándose y tocó la puerta. Ya poco le importaba lo que pasara, el chico quería apostarlo todo por Louis y necesitaba saber su el comandante estaba dispuesto a todo como él. Y poco sabía él, que estaba a punto de saber la respuesta.

 Y poco sabía él, que estaba a punto de saber la respuesta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Llévame a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora