Capítulo 28

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Ambos se encontraban en la cabaña del comandante, donde solo un par de velas alumbraban el lugar. Louis le había dado una camisa limpia al chico, ya que la que él traía, estaba manchada de la sangre de Simon.

Se encontraban juntos en la cama, frente a frente, platicando como si fuera la primera vez que se conocieron. Louis se mantenía acariciando el rostro de Harry, enrollando sus dedos entre los rizos del chico.

—No tuve la oportunidad de felicitarte por tu pelea de hace rato, fue excelente — Louis felicitaba a Harry, dejándole un beso en la mano. Harry, ruborizado, le sonrió. —Supongo que ahora si debo preocuparme de que Simon me intente matar — Louis se quedó muy serio. —Sabes, hubo un soldado que representaba mucho problema para Simon, pero no fue por mucho tiempo — El soldado lo miraba igual de serio. —¿Qué le pasó? — Louis se giró mirando al techo. No podía ver a Harry pensado en aquel otro soldado. —No sabemos, simplemente desapareció, se hizo una búsqueda para encontrarlo, al principio Sheeran creyó que se trataba de un secuestro por parte de las tropas francesas, pero yo sabía que no fue así — El chico lo miraba preocupado, se apoyó en su brazo para levantarse y poder a Louis. —¿Entonces? — El comandante se negaba a ver al soldado a los ojos. —Lo único que encontramos fue su casco, estaba destrozado, por lo que estoy seguro, era una alabarda — Harry lo miraba con terror. —Aunque el casco estuviera lleno de sangre, nunca encontramos su cabeza o su cuerpo — El soldado cayó de vuelta a la cama, mirando al techo, por su mente pasaban mil cosas y ninguna era buena. —Nunca pudimos comprobar que fue Simon, pero si hablamos muy seriamente con él, no matamos soldados ingleses, solo franceses — Louis suspiró.

—No dejaría que te hiciera nada, Harry, quiero que lo sepas — El comandante añadió, al ver a Harry tan preocupado. El soldado se giró para poder abrazarlo. —Lo mataría con mis propias manos si te llega a lastimar — Agregó, girándose para responder el abrazo del chico. Harry suspiró sobre el pecho de su amado comandante, sintiendo su corazón latir en su mejilla.

—Bueno, no sé si sepas, pero ya me ha dejado un ojo morado — Harry bromeó. —¿Y quién crees que fue el que lo dejó tan herido aquella vez? — Le respondió el comandante orgulloso. Harry se rio. —¡Sabía que habías sido tú! — Ambos se rieron. —No fue fácil y debo decir que le jugué sucio, lo ataqué por detrás, era la única manera para que no supiera que era yo — El chico lo miró con sus grandes ojos brillando. —Te lo agradezco, Louis — El comandante sonreía satisfecho. —¿Ves? Te lo digo en serio Harry, no dejaré que nunca nadie te lastime, te doy mi palabra aquí y ahora

Solo eso bastó para que el corazón del chico latiera con fuerza, sentía la cara caliente. —De acuerdo Louis, yo te creo — Le respondió el chico con una dulce voz, dejando encantado al comandante.

La noche pasaba con lentitud a la vez que ambos conversaban de la nueva vida en Dover. —Louis, el hombre que recibió al pelotón, ¿quién es? — Preguntó Harry. El chico se había quedado con inquietud sobre la relación del comandante y aquel hombre del parche, parecían llevarse bien, demasiado bien para el gusto del soldado.

Y la verdad es que Harry temía perder lo que tenía con Louis, sentía que no era suficiente para estar con alguien tan importante y valiente como el comandante y que en cualquier momento él podría encontrar a alguien mejor, más fuerte e inteligente.

—No me lo preguntas por celos ¿verdad? — Le contestó el mayor bromeando. Harry al escucharlo se ruborizó. —Vi como lo mirabas, a veces eres muy fácil de leer — El chico no le respondió, se sentía tan patético al no poder controlar sus celos, y peor aún, su inseguridad. —El es un viejo amigo, hemos estado en la guerra juntos y fue él quien me ayudó a tener mi propio batallón, él es Trevor Clinton, el comandante de la asentación en Dover — Louis acarició la mejilla de Harry. —No deberías estar celoso, yo... — El comandante luchaba por hablar, pero no quería escuchar en voz alta todo lo que había pensando hasta ahora. —¿Tú qué...? — El chico podía ver en la mirada del comandante un brillo especial, quería saber que es lo que pasaba por su mente. Louis lo miró y frunció ligeramente los labios en señal de negación, el comandante cerró con fuerza lo ojos. —Harry, yo... yo nunca había visto a un hombre... de la manera en que te veo a ti, yo realmente creo que eres hermoso, en todos los sentidos — Cuando Louis abrió los ojos, pudo ver un brillo reflejado en las mejillas de Harry, eran lágrimas. —¿Por qué lloras? — El comandante estaba bastante nervioso después de haberle confesado a Harry uno de sus más profundos pensamientos sobre él.

—Es que me hace muy feliz escucharte decir eso — Harry estaba tan sonrojado que se escondió bajó las cobijas. —No te escondas, me gusta verte — Dijo el comandante, realmente se divertía estando con el soldado, era la persona más especial que había conocido, pero al ver que Harry no se quitaría la cobija de encima, decidió meterse también. Cuando lo tuvo frente a él, Louis lo acercó para poder besarlo, el chico no se resistió. Unieron sus labios en un beso largo y profundo, sintiendo la necesidad que tenían el uno del otro.

Así pasaba la noche, entre abrazos y besos.

Cuando finalmente Harry se quedó dormido, Louis se quedó despierto torturándose con el futuro y con sus sentimientos. Ahora, esta guerra ya no era lo más importante para él.

Lo más importante estaba entre sus brazos, respirando profunda y tranquilamente.

Y ahora lo había decidido, lucharía por amor, ese amor que nunca había tenido la oportunidad de experimentar y que Harry le estaba brindando con toda su inocencia.

El comandante le dedicó un beso en la frente, eh intentó dormir, sujetando al soldado con un miedo irracional a que desapareciera de su vida y lo dejara roto y sin esperanza, así como se sentía antes de ver sus preciosos ojos verdes por primera vez.

Llévame a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora