Capítulo 27

16 2 2
                                    

—¡Louis! ¡Ábreme! — El comandante, al escuchar la voz de Harry, salió lo más rápido que pudo. Y lo vio en la puerta de su cabaña, cayéndose de borracho, tenía la camisa semi abierta y manchada de la sangre de Simon. —¡¿Qué crees que haces?! — Le preguntó el comandante molesto. El mayor lo jaló dentro de la cabaña antes de que alguien lo viera ahí. —¿Tú que crees que hago? — Dijo el chico intentando enfocar la cara de Louis. La luz en la vela del cuarto del comandante apenas y alumbraba sus rostros. Harry tenía las pupilas tan dilatadas, que se podía ver reflejado en ellas, sus labios estaban hinchados y rogaban por un beso del mayor, Louis tuvo que controlarse para no lanzarse sobre ellos.

—¿Alguien te vio venir para acá? — Preguntó el mayor preocupado. —¿Qué importa? — Replicó Harry, acercándose a Louis, el chico tomó el rostro del comandante entre sus manos con delicadeza, uniendo sus frentes. Había anhelado estar a solas con él de nuevo, sentía como si hubiesen pasado años lejos de él.

—¿Qué es lo que quieres? Te vas a meter en problemas — El comandante estaba desconcertado ante la extraña situación. El chico al escuchar esto no pudo evitar molestarse, se apartó para verlo mejor. —¿Solo yo estaría en problemas? — Respondió el soldado, con un tono indignado.

—Si alguien nos ve, ¿no me defenderías? — Volvió a preguntar, ante la ausencia de una respuesta por parte del comandante, quien lo miraba con sequedad. —Hay cosas en las que no puedo intervenir, Harry, tú debes entender — Finalmente respondió Louis. El chico, mareado y dolido, intentaba ver alguna muestra de tristeza en el rostro del mayor, pero no veía nada en el, el hombre frente a él era un muro de ladrillos, sin expresión ni sentimientos. —No sé por qué creí que estaría a salvo en la guerra, mientras estuviera contigo — El soldado respondió. Unas lágrimas rodaron por sus mejillas y el chico las secó rápidamente. —Ibas a dejar que Simon me golpeara otra vez — Harry se oía apagado. Louis no pudo evitar sentir un pinchazo en su corazón.

El comandante se encontraba frente a él, sin saber cómo responder sin terminar lastimando más al chico. Todo esto era justo lo que quería evitar, pero sabía que tanto como su pasado como su posición, iban a terminar arruinando las cosas. —Harry, no puedo ir detrás de ti cada vez que estás en problemas, o los demás soldados se darán cuenta de... — El comandante se detuvo, su corazón latía tan rápido como el del soldado.

Harry guardó silencio, esperando a que Louis terminara de hablar, el chico estaba casi seguro de que se trataba, pero necesitaba oírlo de su propia voz. —Tú sabes que... esto... está mal — Harry se rio ante su respuesta. —¿Desde cuándo el comandante Tomlinson hace lo correcto? — Preguntó sarcástico. —Maldita sea, Harry, tengo una reputación aquí ¿no entiendes? — Louis finalmente explotó al no saber como manejar la situación.

Las palabras del comandante atravesaron como dagas el pecho del soldado. De pronto, el alcohol dejó de funcionar y su inseguridad volvía a invadirlo. El chico retrocedió, desviando su mirada, se comenzaba a arrepentir de haber ido a ver al comandante.

—No puedes decirme eso, Louis, no después de haberme hecho sentir como si fuera especial para ti, no es justo — El comandante estaba molesto, porque sabía que Harry tenía razón, pero no quería ceder ante sus sentimientos. Él había estado toda su vida en la guerra, eliminando todo sentimiento que no fuera odio, para lograr sobrevivir, y ahora todo se estaba destruyendo por un par de ojos verdes.

—¡¿Qué quieres de mí?! — Preguntó Louis, tomando con ambas manos los hombros de Harry. Trayéndolo de nuevo cerca de él. —No quiero nada tuyo, te quiero a ti — Respondió el chico sollozando, sintiendo la humillación en su rostro.

Louis no esperaba tal respuesta por parte de Harry. Por primera vez en muchos años, alguien había dejado atónito al comandante.

—No puedo ofrecerte nada, Harry, nosotros, esto... no puede ser posible — Louis sonaba abatido. —No será posible mientras tú no quieras que lo sea — Harry colocó su cabeza en el hombro del comandante, dándole un abrazo, uno sincero y expresivo. Louis le respondió el abrazo. Ambos se quedaron en silencio, abrazados, hasta que la vela se apagó.

Definitivamente, el corazón del comandante estaba tan roto, que repararlo terminaría por romper el de Harry, él lo sabía, pero aun así lo quería hacer.

—Quédate esta noche conmigo, por favor — Dijo Louis en medio del abrazo. Nunca se había sentido tan vulnerable ante otra persona, Harry estaba derrumbando las paredes que tanto le había costado construir. Pudo sentir al chico temblar entre sus brazos.

Entre el silencio de la noche, podían escuchar sus corazones latir con fuerza. —Esta y todas las noches, si así lo deseas — Respondió Harry, apretando el abrazo con el comandante. Louis no pudo evitar sonreír ante la respuesta del chico. La felicidad que estaba experimentando, solo Harry se la podía dar.

—Tu es valde specialis mihi, puedes dormir aquí cuando quieras — El comandante se sentía orgulloso al tener al chico con él. —¿Qué fue eso? — Preguntó Harry con curiosidad. —Dije que podías dormir aquí cuando quisieras ¿No escuchaste? — Le respondió el comandante bromeando. Y es que, aunque sintiera muchas cosas por el soldado, aun no estaba listo para decírselo directamente, aun le temía a sus sentimientos. El chico solo se rio.

—Tienes que enseñarme a hablar latín — Dijo Harry separando por un momento el abrazo, quería mirar al comandante, necesitaba ver sus preciosos ojos azules y confirmar que todo esto era real, que Louis era quien lo abrazaba. A través del delgado rayo de la luz de luna, pudo admirar al comandante.

—Lo pensaré, pero por ahora, creo que deberíamos dormir — Louis respondió, dejando un beso en los labios del chico. Harry asintió.

El soldado sabía que Louis valía todo sacrificio y la única prueba que necesitaba para saber esto, era la manera en que el comandante lo miraba. A través de esos ojos azules, el chico podía ver su destino.

Llévame a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora