Capítulo 20

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Harry despertó al sentir la cama moverse, Louis se estaba bajando y falló al intentar no despertar al chico. —No era mi intención despertarte — Dijo el comandante suavemente, terminando de bajar de la cama. —Está bien, ¿es hora de entrenar? — Harry se levantó y se quedó sentado en la cama, intentando arreglar sus rizos. Louis lo miró detenidamente.

No me molestaría que así fueran las mañanas... cada mañana. Pensó para si mismo.

—¿Qué pasa? — Preguntó el menor al sentirse tan observado. —Nada, deberíamos cambiar tu venda — Louis fue a tomar vendas nuevas y con cuidado retiró la anterior. Después de colocar correctamente el vendaje, fue a su baño y tomó un frasco que contenía un ungüento para heridas. —Debí pensar en esto antes, es para tu ojo — El comandante sentó más cerca de Harry para poder aplicarle el ungüento.

—Ya no me duele, pero se ve terrible — Dijo Harry apenado, no podía negar que quería verse bien para Louis. —Pudo ser peor, además, no te ves mal si eso es lo que te preocupa — Harry lo miró a los ojos y sintió su cara arder. —No lo decía por eso — Mintió. Louis se rio. —Bueno, yo no sé cómo lo haces, pero te ves bien como sea — El corazón del chico latía con fuerza. —Incluso con esa ropa sucia y maloliente — Harry le frunció el ceño. El comandante se levantó cerrando el frasco y dejándolo en su lugar.

—Es fácil para ti, tienes un baño propio, nosotros debemos compartir el agua de las duchas — Harry se sentía ofendido por el comentario de Louis. —Debiste decirlo antes, puedes bañarte aquí si quieres — El chico no se esperaba esa respuesta. —Espero que esto no lo tomes mal — El comandante le pasó un saco. —Louis... — El chico se emocionó al ver lo que contenía el saco. Se levantó de la cama revisando las camisas y los pantalones, al fondo había una armadura para el torso. Louis no se perdió ninguna expresión de Harry. —Esto es demasiado, no sé si pueda aceptarlo. — El chico estaba al borde de las lágrimas, nunca había recibido tanto en su vida. —Te será de ayuda, tus camisas ya están muy rotas y yo no ocupo estas, además la armadura la necesitarás ahora que... — El brillo en los ojos de Louis se apagó. 

—Ahora que iremos a la guerra — Terminó Harry. Louis no le respondió, él solo bajo la mirada.

—Soy de los mejores reclutas, puedo usar la alabarda mientras monto al caballo, estuve practicando como pelear a puño, Liam me ha estado enseñando sobre cómo trabajan los asedios y creo saber más sobre como curar heridas que cualquier otro recluta en la tropa — Harry se acercó a Louis. —Sé que el general Sheeran ha dicho que puedo llegar a ser tan sanguinario como Simon — El comandante levantó su mirada. El chico se arrepintió en ese momento el haber hablado tanto. Los ojos de Louis estaban vacíos, tenía el ceño fruncido y estaba apretando la mandíbula. —¿Por qué te preocupas tanto por mí? — Se atrevió a preguntar el chico. —¿Por qué estás tan confiado, Styles? — Preguntó Louis con tosquedad. —Ayer estabas tan asustado, y hoy tienes el atrevimiento de hablarme así — El comandante dio un paso al frente haciendo retroceder a Harry. —¿Por qué estás tan tranquilo ahora? — Preguntó el mayor, sabiendo la respuesta. El recluta volvió a dar un paso atrás y se quedó en silencio. —Porque sé que estaré a tu lado — Respondió el chico con un suspiro, luego de un largo silencio. 

El comandante tomó bruscamente a Harry por la cintura y lo acercó a él, dejó un brazo alrededor de él y con su otra mano pasó lentamente las yemas de sus dedos desde la frente del chico hasta sus labios. Harry cerró los ojos disfrutando del momento, su corazón estaba latiendo tan fuerte que sentía que se detendría en cualquier momento. —Espero verte con la ropa que te regalé en el entrenamiento de hoy... y usa tu armadura, necesitas acostumbrarte a tenerla puesta — Louis habló muy despacio y separó a Harry de su agarre. —Y siéntete con la libertad de bañarte aquí, nadie entra a mi cabaña — El chico lo miró con las pupilas dilatadas, y asintió, incapaz de pronunciar una palabra. —Te daré privacidad, iré a desayunar algo, nos vemos más tarde en el campo de entrenamiento — Harry volvió a asentir sin dejar de mirarlo. Louis tomó su mano y le dejó un beso.

En cuanto el comandante salió de la cabaña, el chico se dejó caer sobre la cama y besó su mano. Se tomó su tiempo para bañarse, disfrutó la tina de agua en la que estaba y lavó con cuidado sus rizos, cuando terminó, se dio cuenta que Louis le había regalado ropa interior también. Se cambió y se colocó la armadura, se miró al espejo y por primera vez en su vida, se sintió cómodo con lo que veía. Se sentía bonito, limpio y fuerte. Salió de la cabaña y fue corriendo al campo de entrenamiento. 

Llévame a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora